Co-lección ÁGORA
VIAJE POR LA POESÍA DE ÁNGELA SERNA. APROXIMACIÓN A ESE LUGAR LLAMADO NUNCA
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"Co-lección Ágora", una sección donde figuran textos inéditos pedidos a nuestros colaboradores, y que requieren un espacio más extenso, se transforma, en esta ocasión, en otra incipiente: Viaje por la poesía de…
Ángela Serna, la poeta salmantina residente en Vitoria-Gasteiz, profesora en la Universidad del País Vasco, nos envió, en el otoño de 2020, un conjunto de poemas inéditos, que pasarán luego a formar parte del poemario ESE LUGAR LLAMADO NUNCA.
Según información posterior recibida de la poeta, aquellos textos se recogen ahora en la tercera de las tres secciones de ese poemario en espera de publicación: en la titulada “Como un tiovivo de pintados caballos”. (Las otras dos son: “Mudez caliza”, y “Dónde la casa”).
En una nota que cierra el libro la autora dice:
“Ese lugar
llamado Nunca es un
compendio de poemas de tres poemarios inéditos (Mudez caliza, Dónde la casa
y Como un tiovivo de pintados caballos)
que dan nombre a cada una de las partes de este libro. Aparecen ordenados en
orden inverso al de su escritura. De cada poemario se han seleccionado aquellos
poemas que de manera más corpórea ponen en relación la temática o temáticas
abordadas aquí. Siendo independientes pueden, no obstante, leerse como un todo.
Tres ángulos de una misma figura cambiante. Esta es la razón, al menos una de las
razones, por las que he decidido no publicar los poemarios completos.”
Hemos creído que interesaría a los lectores conocer también algunos otros poemas de esas dos secciones primeras; tras consultar a la autora, damos una muestra de las tres partes del libro Ese lugar llamado Nunca.
Además, en este viaje, nos asomaremos a algunos de los poemarios ya publicados de Ángela Serna. Máscaras para no enloquecer, Cómo salir del palimpsesto, No todo es haiku, y Palabras sin boca…
ÁNGELA SERNA RODRÍGUEZ nació en Salamanca (1957) y reside en Vitoria. Estudió en la Universidad de Valladolid, doctorándose con una tesis sobre Flaubert. Ha sido profesora de la Universidad del País Vasco. Edita y dirige la revista Texturas-Nuevas dimensiones del texto y de la imagen entre 1989 y 2005, y ha realizado múltiples ensayos de comunicación entre el texto poético, la imagen, y últimamente el sonido y el video. Recomendable escucharla recitar sus poemas y los de otros poetas en su canal de youtube:
https://www.youtube.com/channel/UCkd3oHCdaQT7W_-pPMSFDOg?feature=emb_ch_name_ex
Desde 2000 hasta hoy, es autora de libros como Del otro lado del espejo, Vecindades del aire, De eternidad en eternidad, Luego será mañana (en otra habitación), Pasos-El sueño de la piedra, Definitivamente polvo, Solitudine, Máscaras para no enloquecer, Cómo salir del palimpsesto (retrato de un poeta), No todo es haiku, Palabras sin boca y Ese lugar llamado Nunca (inédito).
Ha intervenido en numerosos festivales poéticos y ha sido traducida al italiano, francés, rumano y euskera.
Participa en la antología La escritura plural, 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura (Selección de Fulgencio Martínez, prólogo de Luis Alberto de Cuenca. Ars poética, Oviedo, 2019).
VIAJE POR LA POESÍA DE ÁNGELA SERNA
INÉDITOS
Ese lugar llamado Nunca
Diálogo y barroco musical
Ese lugar llamado Nunca es un libro muy cohesionado, cada una de sus tres partes simbolizada por un palabra-fuerza (madre-casa-infancia), que en el conjunto es pieza de un diálogo íntimo. El diálogo íntimo constituye, precisamente, la forma interna (o cauce poético de comunicación) escogida por la poeta en este libro y en otros suyos. Su manera barroca, en el buen sentido de la palabra, en el sentido del barroco musical, convierten a esta poesía en una expresión de afectos que llegan directamente al lector, traspasando la capa de alusiones y contextos que acompañan su decir. A la forma poemática que es ya propia de esta autora (el dominio del arte de lo fragmentario, la alusión, el ritmo depurado y la palabra esencial) se agregan con brillantez, en este nuevo poemario, una contenida emotividad y una pátina de nostalgia y de inquietud espiritual que no dejan indiferente al lector.
Poemas como “La casa-epitafio”, y todos los que aluden al lugar-nolugar de los seres queridos perdidos, y esos poemas metafísicos, humanos, del final, en los que la poeta alude al "mañana"… Son muchos para mencionar, en un libro donde no sobra nada.
Diálogo, en suma, con las voces vivenciales de la propia autora y con la poesía escrita y leída que la acompañaron y afirman su vivir íntimo, y por otro lado, estructura y magia barrocas de la forma poética para transmitir con pureza esa fuente psíquica, a lo que se une la composición ceñida, casi minimalista, del poema concreto. Estos son algunos rasgos de la poesía de Ángela Serna que, veremos, están ya presentes en su anterior producción publicada.
De MUDEZ CALIZA (Hay balbuceos que permanecen)
Volver
a los abrazos:
al tiempo fértil de la casa
vacía.
*
¡Tantas cosas, madre!
Hay tantas cosas
que quisiera decirte
y sólo puedo dejar que la lluvia
me atraviese cuando te pienso, madre
no sé
cómo regresar
a ese lugar llamado Nunca.
SI TE DICEN …
Si te dicen que fui la mano
que dinamitó el puente,
habrás de pregúntate cuál sería
esa mano. Ya no tengo manos.
Si te dicen que abrí la puerta
de una casa que no es la mía,
pregúntate qué casa. Hace tiempo
que vivo a la intemperie.
Dicen.
Apuntan.
[Que nadie oyera el disparo
jugó a su favor]
*
EL TREN, LAS ARAÑAS,
TU CUERPO
Un tren atravesó tu cuerpo.
Las arañas lo saben.
Tu cuerpo.
Las arañas.
El tren lo sabe,
las arañas atravesaron tu cuerpo.
¿Sirve de algo contarlo?
De DÓNDE LA CASA (A quienes, en algún momento, fueron mi casa)
Casi barro, te cubre la tristeza.
Las fauces de la tierra se abren
puntualmente.
Soplar es un recurso vano cuando
la derrota no es ave migratoria.
[Casa-epitafio]
*
Así, la casa:
Como escribir con palabras que han pertenecido a
otros. Con las mismas palabras que han pertenecido
a otros.
¿Qué ecos, qué significados traerán hasta ti? ¿En qué
capa de sus múltiples capas encontrarás el matiz que
reclamas? ¿Permanecerá tu huella en esas palabras
cuando esas palabras se depositen en otras manos?
Así, la casa:
Como habitar espacios vividos por otros. Los
mismos espacios vividos por otros.
¿Qué ecos, qué significados traerán hasta ti? ¿En qué
capa de sus múltiples capas encontrarás el matiz que
reclamas? ¿Permanecerá tu huella en esos espacios
cuando por esos espacios se deslicen otros pasos?
Así, la casa.
de COMO UN TIOVIVO DE PINTADOS CABALLOS
El centro es como un círculo, como un tiovivo
de pintados caballos. Entre las crines verdes
y amarillas, el viento hace volar tu infancia.
José Ángel Valente
Llevo días pensando en mármol,
las palabras horadan la Piedra
sin que pueda saber lo que dicen.
De repente, tu nombre
cae por la escalera
y sale a la calle.
[No me quedan más piedras]
*
Debajo de las máscaras
que llevan los caballos,
habita una mujer.
Podrías ser tú.
*
Aún
hay tiempo
para el abrazo.
Ya tenemos vidas detrás
y también
saldremos de ésta:
no nieva
y tú no eres Walser.
*
Todo era silencio en la casa sin ti,
y el pasillo, un río desbordado.
Mil cerrojos atrapan la locura
y ya no viene el lobo, no es preciso.
Las alarmas, alaridos.
No sabes
qué hace un escorpión
encaramado al pomo de la puerta.
El frío
mantiene en buen estado los cuerpos,
mientras llegan los hombres de la Morgue.
[Casa-pesadilla]
*
El día
que Lázaro
resucitó
yo no estaba
Fue ayer
Ya no hay
mañana
Ahora
todo es
ayer
Mañana
fue antes
del renacimiento.
*
Tatuado
en la arena
tu nombre
regresó
al mar.
Será un pecio
algún remoto día
y yo
no estaré.
¿Y
mañana?
Dímelo tú, Proteo.
*
Como el escultor cincela la piedra
hasta descubrir de su entraña el enigma,
así
Cronos trabaja los días.
Y los ocasos despiertan
y se acrecienta el deseo,
¡pero el Tremor!
POEMAS PUBLICADOS
Cómo salir del palimpsesto (retrato de un poeta)
La Única Puerta a la Izquierda, 2019 (prólogo de Elsa López. Ilustraciones del artista Koldo Gojenola y portada de Francisco Serrano Díaz)
Libro de la sabiduría poética de Ángela Serna
Cómo salir del palimpsesto es quizá el libro más complejo y definidor de la poética de vanguardia de la autora. Se estructura también en tres partes (como Ese lugar llamado nunca); con la novedad de que las dos primeras no son poemas, sino prosa que enmarca la reflexión metapoética y el sentido vital del libro.
En la primera, “Somos un palimpsesto”, la poeta señala la red de palabras, encuentros, rostros amados, lugares que conforman, a la larga, el laberinto-prisión del existente que es cada uno. La segunda, “El laberinto silencioso” de Elsa López, es un lúcido prólogo de esta excelente poeta y crítica canaria, el cual forma parte del propio cuerpo textual del libro.
Pues, en efecto, las dos primeras partes de este poemario (escritas en prosa, una por la propia autora, y la segunda por mano inteligente ajena) son el presupuesto teórico y metafórico (y me atrevería a decir, vital) de los poemas que conforman la tercera parte, la más extensa y donde se da entera la poética en acto de Ángela Serna: la intertextualidad (que también se presentó en el libro anterior Máscaras para no enloquecer) se convierte aquí en una fiesta, un tanto triste y desengañada a veces, pero siempre sugerente y generosa en el amor por la literatura y por la poesía que han acompañado el devenir sentimental (y existencial). Porque de eso trata, precisamente, la tercera parte y central (la que da título a la obra): “Cómo salir del palimpsesto”. La respuesta: se sale viviendo, la anticipan las propias voces teóricas de Elsa López y Ángela Serna de las dos primeras partes del libro. Vivir significa también perderse en las palabras, escribir. Esta tercera parte se abre y se cierra como una obra dramática, levantando y echando el telón…hasta la próxima función.
Se abre el telón:
Mi pequeña historia será olvidada
en la Historia, donde se alzará
única y sublime desde y para
siempre.
*
Escritura:
unos instantes de libertad
ante el precipicio del mundo.
Se cierra el telón.
DEL POEMARIO DE CÓMO SALIR DEL PALIMPSESTO
(fragmentos escogidos)
Se abre el telón:
Mi pequeña historia será olvidada
en la Historia, donde se alzará
única y sublime desde y para
siempre.
*
Alguien camina bajo la lluvia. Al fondo de una sala, el piano espera la llegada del poeta. Una silueta avanza a paso lento. Las abejas de lo invisible, ocultas en las grietas de la ciudad, la acompañan este invierno. El retrato difuso de unas manos impacientes conserva la huella de este caminar hacia la nada de la lengua.
*
El azul, su azul, está ahora ausente. Tal vez duerma, en este dominio público, acariciado por la lluvia fina que riega las baldosas por las que ya ha pasado. El azul es con frecuencia tímido. Caída.
*
Ningún árbol. Ningún recuerdo. Sólo un simulacro de escrituras en los márgenes, multiplicadas a esta hora de la tarde. El poeta, funámbulo, engulle el riesgo de la palabra no pronunciada aún. La voz se sobrepone de una caída inesperada. La voz. La suya y la de otros, superpuestas en el asfalto. Dentro, también la lluvia.
*
Un hombre solo camina mordiendo el cielo ante el umbral de la Biblioteca.
Es Vanoli.
Anónimo, se convierte en un Orfeo que canta su “caminar” por las nieves de antaño.
Es Villon.
Las nieves de mañana.
Es Char.
Pasado disuelto ya. Mañana aún no nacida.
Es Celan.
¿Quién se hará cargo de mí
más allá del horizonte?
¿Qué porción de sombra
le corresponderá a mi sombra
tras la deserción del sol?
*
Ignorante, “perplejo”, el poeta busca “la promesa de una memoria”. Habla de la muerte, del amor. Va y viene en la diagonal del silencio.
Es Mallarmé.
*
Las palabras van vienen atravesando surcos de ausencia. “El gatito ha muerto. El azul no pertenece a nadie”.
Porque las palabras viajan
más allá de la vida
seguiré
más acá de la muerte,
persiguiendo palabras.
*
Abandonado en medio de tantas palabras es sólo una silueta atrapada en la bruma. Buscando restos de palabras pronunciadas por otros solitarios.
Es Jaccottet.
*
El poeta, un efímero que dice adiós al poema, sigue su camino. Sabe que no existe un teclado para la palabra. Y que…
Algún día,
al otro lado del mundo,
en otro idioma, tal vez,
alguien nos pensará.
Algún día,
en el silencio del agua,
alguien hablará de nosotros
cuando estemos muertos.
*
El piano permanece en la sala vacía cargado de las palabras del poeta y del peso de su ausencia. La calle es ahora la única promesa.
*
El piano no tiene la clave para salir del
palimpsesto. ¿Cómo salir de uno mismo?
Es inútil ocultarse tras la piel de un poema,
calzarse la incertidumbre de alguien
que siendo tú es otra a la vez.
¿Cómo decir que esa que no eres tú
-porque no lo eres- también eres tú?
¿Cómo conjugar ficción y realidad
para que mentira y verdad, sueño
y deseo, -sueño y sueño-, coincidan?
¿Cómo decir para que otra piel,
otra boca, otra mente, otras manos
encuentren en un verso el lugar anhelado?
¿Cómo pasar del poema
a la vibración del cuerpo?
¿Al suspiro contenido?
¿Al grito varado en el silencio?
¿Cómo?
*
Sin Leteo, e invadido por un silencio que cae como cae la lluvia, el poeta, de espaldas, des-habita la sala vacía. Ni un haz cargado de polvo le sostiene. Podría haber sido Hammershoi.
¿Es Hammershoi?
*
El azul está ahora ausente.
Si no fuera por la luz
que trepana los poros
de una frágil persiana
diría
que estoy muerta.
*
Alguien, bajo la lluvia, camina hacia el lugar donde se oculta la pupila de Satán. Hacia el Ocaso. Dentro, también la noche.
Regresar al líquido primigenio.
Al aterciopelado capullo
del gusano que seremos.
Ser gusano por fin.
Reptar.
Iniciar el viaje
hacia la transformación.
Metamorfosearse.
Pasar de la tierra
al fondo de la tierra.
Retornar del fondo de la tierra
a la tierra.
Volar
*
Se cierra el telón.
Máscaras para no enloquecer
Ed. Celya, 2017 (prólogo de Ángel Guinda)
Polífonía y afectos
Máscaras para no enloquecer es todo él un homenaje a la poesía desde el interior de la poesía misma, de la escritura y la vida que se da forma con ella. Además, en este libro se nos ofrece lo más puro del sentimiento de la autora. Es de destacar que, curiosamente la intertextualidad, la escritura como lugar de texturas innúmeras (palimpsesto o diálogo) no se contradice sino, al contrario, hace resaltar más el espacio puro, íntimo del sentimiento poético directo, desnudo, de la poeta (personalmente, como lector, es lo que prefiero en Ángela Serna, si tuviera que quedarme con sola una cosa de esta polifonía).
El libro está estructurado también en tres partes. La segunda, titulada “Sin ruido”, es la expresión de aquella poesía directa y desnuda. Conecta con los poemas breves del libro inédito Ese lugar llamado Nunca. Citamos solo un poema de esta segunda parte, pero podríamos mencionar cualquiera de la serie.
Has pasado por la vida
reivindicando un lugar.
Ningún lugar te pertenece.
Dónde tú estás es posible el Lugar.
La palabra poética te dará cobijo en él.
A veces.
DEL POEMARIO MÁSCARAS PARA NO ENLOQUECER
(tres poemas de la primera parte: “Somos aquello que leemos”)
VIII
Pero el fondo/ se ha quedado sin límites/ es oscuro
y se pierde/ como una caja china entre la niebla.
Juana Castro
Siempre he convivido con cuerpos oscuros. Cada día, con sus noches, me estremezco al sentir su presencia. Su respiración es tan familiar como una caricia de buenos días. De buenas noches. Una caricia de tierno y sosegado olvido:
El principio de un viaje que, de umbral en umbral, es la antesala del desconsuelo.
Hoy también, la niebla pasará la página.
El frío se instalará
en el rincón de los errantes
quienes se preguntarán
también hoy
qué hacen aquí.
XXII
He vivido entre los
arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces.
Leopoldo María Panero
Me dijiste “soy sólo una herida en la pared.”
Y yo te creí.
Aquel lugar de muros fríos y olor a meados
y a sudor da forma, desde entonces,
a mi territorio del miedo.
XXIX
Si el hombre sintiera de verdad,
no habría civilización.
Fernando Pessoa
Un día escribí la biografía de Nadie.
Confesé ser parte de una trinidad.
Pessoa me reveló que soy plural:
el plural de nadie.
Que las máscaras
mantienen a raya la locura.
Que vivimos en la intersección. En ese lugar inestable donde locura y cordura son sólo palabras, a veces trabadas, a veces libres, palabras con ojos con piel con insomnio y temblores; palabras de piedra palabras de olores palabras-palabras mujeres y hombres.
Susurros que dispersa el viento. Palabras.
¿Por qué será que no me sorprende
el exceso de desasosiego depositado
en estas líneas?
No todo es haiku (entre el haiku y el senryû, candilejas)
2019. Ed. Celesta. Madrid. Prólogo de Juan Manuel Uría.
La poética del sentimiento inmediato, en verso corto y en poemas directos, como palabras en la soledad, al lector, hemos visto que se hace presente en los grandes libros de la autora (incluido el inédito Ese lugar llamado Nunca). También en los dos últimos poemarios publicados: Palabras sin boca y No todo es Haiku.
La autora es ella también en este libro, más allá de la resonancia y la tradición japonesa de la poesía del sentimiento inmediato de las cosas. Especialmente, destacan aquellos haikai (parece que así es el plural de haikú) donde se nos hace sentir la materialidad.
DEL POEMARIO NO TODO ES HAIKU (entre el haiku y el senryû, candilejas)
En mi pie izquierdo
posas tu fragilidad.
Hormiga sola.
Levadura y sal;
se desliza el otoño,
horno de pan.
Gotas de lluvia.
Con las cuerdas tensadas,
el arcoiris.
PALABRAS SIN BOCA
(se presentó en Julio de 2020, en Priego de Córdoba. Editado por el Ayuntamiento de Priego)
DEL POEMARIO PALABRAS SIN BOCA
Ahora sé
por qué decidí no engendrarte:
el angosto corredor
del desamparo
del miedo
y de la ruina
-llegada la vejez-
conduce
-sin remedio-
a la locura.
(Y) Tú no merecías esto.
< A la hija que nunca tuve >
Al pensar en la tierra,
el Planeta crujió.
Y todo:
la infancia,
las excusas,
el miedo
saltaron sobre Ella
enterrándola.
(Selección de poemas por la propia autora. Notas de presentación de Fulgencio Martínez)
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REVISTA ÁGORA DIGITAL/ABRIL 2021
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