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martes, 27 de febrero de 2024

UN TESORO POR DESCUBRIR: "PROVERBIOS DE SABIDURÍA PRÁCTICA". Por Fulgencio Martínez. Avance de Ágora n. 25. Bibliotheca Grammatica, Poesía / dossier Sem Tob

 


 

 

Santob de Carrión

Proverbios de sabiduría práctica

Traducción, estudio preliminar

y notas de Ilia Galán

Ed. Ars poetica. Col. Ars antiqua

Oviedo, Abril de 2017 


 

UN TESORO POR DESCUBRIR: PROVERBIOS DE SABIDURÍA PRÁCTICA

 

Sem Tob o Santob de Carrión (Abdutiel, como le llaman aún los sefardíes que han conservado su memoria) fue un poeta y un hombre de múltiples sabidurías, que vivió en un siglo convulso, como fue el siglo XIV.  Radicado en Tierra de Campos, en Palencia, buen vecino de la ciudad de Carrión de los Condes -por entonces, esplendorosa villa y lugar de paso (y comercio) del camino francés a Compostela. Aunque algunos le hacen nacer en Soria a finales del siglo XIII, no hay evidencia exacta de la fecha de su nacimiento ni de su lugar de cuna. Lo seguro es que fue un notable personaje de Carrión. No debió ser un gran viajero (a diferencia de Ibn Ezra, otro gran sabio de la vecina Tudela en Navarra, el cual casi recorrió el mundo y el trasmundo de entonces, en el siglo XII). 

Samuel Ibn Sasón, un poeta contemporáneo de Sem Tob, y como él, perteneciente a la aljama de Carrión (por lo que se ve, villa no solo rica, sino culta y forjada con poetas y sabios hebreos y castellanos) hace esta deliciosa descripción del autor de los Proverbios:

   "Caballero eminente en la senda de la sabiduría, que pesa y sopesa sus versos y con su saber confunde a los sabios. Es tan experto en la cría de ganado como en la poesía. Es un escritor que rompe las rocas y habla desde el hisopo hasta el cedro, y sus poemas son hábiles y asombrosos. La vara de los gobernantes está en sus manos y está difundido por todo el reino" (Samuel Ben Sasón). (1)

 Ilia Galán, en el clarificador estudio preliminar de la edición que comentamos, recuerda que Sem Tob era un autor leído por los judíos sefardíes aún en el siglo XV y cita el caso de un converso acusado por el Santo Oficio, quien no considera herejía haber leído y memorizado los versos del poeta carrionés. (2)

El primer Marqués de Santillana, el gran escritor y poeta Íñigo López de Mendoza (su abuelo fue un hombre de cultura, don Pero González de Mendoza, contemporáneo de Sem Tob; y más tarde fueron grandes autores otros miembros de su familia, como Gómez Manrique y el genial Jorge Manrique; todos procedentes de la tierra palentina) lo consideró un gran trovador y dejó escrito en su Carta al Condestable de Portugal, considerada una primera historia de la literatura castellana: 

    "Concurrió en estos tiempos un judío que se llamó Rabí Santo, é escribió muy buenas cosas é entre ellas proverbios morales en verdat de assaz (re)conmendables sentencias".

  Véase por qué, a partir de este reconocimiento por el Marqués de Santillana del libro y del autor como uno de los grandes escritores del siglo XIV, la obra se conoció con el título de Proverbios Morales.

Ilia Galán, que sigue la magnífica edición crítica que realizó Agustín García Calvo, maestro de maestros, transforma el título tradicional de la obra por el de Proverbios de sabiduría práctica, atendiendo a que los temas de los versos no son solo morales, ni principalmente morales, sino gnoseológicos, antropológicos, teológicos, políticos, pedagógicos y, por supuesto también éticos y filosóficos en sentido de una filosofía mundana o del saber práctico. (Creemos, sin embargo, que el título de Proverbios morales no está de mal como cifra de la obra, atendiendo al estilo literario, al proverbio o sentencia en verso, que usará, en homenaje a Sem Tob, un poeta tan alejado en el tiempo y tan próximo a este, como Antonio Machado).

En la traducción que propone esta edición, en prosa rítmica, maravilla de maravillas, se conserva el sentido del verso y del periodo (inclusive, a veces, las rimas asonantes o las rimas casuales consonantes, que tan graciosamente puntean el original poemario de Sem Tob, quien de un modo casi involuntario, o vaya usted a saber si consciente, naturalizó el verso asonante heptasílabo, al separar en dos el clásico alejandrino del Mester de Clerecía del siglo anterior, aprovechando la pausa o cesura entre los dos hemistiquios del verso culto de catorce sílabas).

La presentación en prosa rítmica resulta a veces otra obra de arte, como en este caso:

 "No hay día sin noche ni segar sin sembrar, ni calor sin frío, ni reír sin llorar; no hay corto sin largo, ni tarde sin pronto, ni hay fuego sin humo ni harina sin salvado; ni ganar sin perder, ni altura sin bajar; salvo en Dios, no hay poder sin debilidad" (p.82. op. cit.)

Esta especie de visión heraclítea, de la asunción del doble aspecto que encierra cada cosa mezclada (salvo Dios), que asume la imposibilidad de la pureza en un mundo inestable e imperfecto, es uno de los corolarios de la máxima con la que se inicia el "capítulo III" (sigue Galán la división capitular clarificadora que establece García Calvo):

"Ni fea ni hermosa cosa puede alcanzar el hombre en el mundo sino es con su revés". (p. 81).

Tal es el mundo. Tal hay que aceptarlo, pero no para someterse a la injusticia ni al mal, al contrario, para aprovechar las oportunidades. En el fondo, el poema filosófico de Sem Tob es una invitación a la acción. De ningún modo el ser humano puede ser dócil, inerte, pasivo ante las circunstancias; solo hay un límite a la aventura humana (término de aventura muy querido por Sem Tob) y es la imperfección y mezcla del mundo (en fin, los imponderables del mal y de la existencia humana, que bien supieron afrontar los estoicos; en este sentido, Sem Tob asume el estoicismo también, en lo que tiene de utilidad, de saber práctico, incluso pragmático, para no agravar o no incurrir en la infelicidad).

Es un gran acierto, desde este sentido, el título de la obra: Proverbios de sabiduría práctica, para un lector moderno, o de hoy, más concretamente. Para un lector conocedor, el calificativo de Morales es equivalente, dado que el término moral, en la filosofía práctica, desde Aristóteles a Séneca y Epicuro, indicaba ese "cuidado" del alma para logar la felicidad en un mundo donde todo le podía venir a contrario.

Ilia Galán sugiere, siguiendo a otros comentaristas de la obra de Sem Tob, que esta puede ser considerada como una autobiografía; al menos, en parte, lo es, entiende este lector. Hay momentos bellísimos y profundos, en los versos de Sem Tob, en que notamos la voz directa de la experiencia del autor; y desde luego, a lo largo de toda la lectura de los Proverbios no dejamos de oír directamente la voz del viejo poeta, una voz a veces compasiva, a veces irónica y a veces didáctica, maestro, confesor y a veces cómplice en astucia, otras compañero y animador de aventuras, como el Ulises, de Homero y de Kavafis:

"Del mundo decimos mal, y en él no hay otro mal sino nosotros mismos, ni monstruos, ni otras cosas".  (p. 119).

O a veces, como Platón, nos recuerda nuestra prisión, la caverna:

"Bajo el cielo en todo momento yacemos encerrados: nos hace noche y día, y nosotros cosa no sabemos. A esta lejanía pusimos por nombre: "mundo"". (p. 119)

Y véase cómo, a la vez, esa misma voz nos eleva por encima, tomando distancia del mal gracias a la palabra consciente.

El elogio de la palabra, de la "virtud" del saber y del obrar bien (como en Calderón, que no se pierde aun en sueños) es otro de los corolarios que se desprenden de la filosofía escéptica y estoica, y en suma práctica e incluso utilitaria, de Sem Tob. Compensan toda la paleta de los males esos verdaderos placeres, de la palabra, el saber y el recto obrar con generosidad siempre tasada, pues tampoco hay que ser tontos (sólo el rey, dice entre irónico y pedigüeño, puede permitirse, por sus enormes riquezas, derrochar y alargar su generosidad; en cambio, para el común, lo virtuoso es el justo medio, como dijo el gran Aristóteles). El libro está dirigido al rey Pedro I, en busca de protección y amparo económico: llegó a ser conocido y titulado como "Consejos y documentos al rey don Pedro". Detrás de la petición individual, hay claramente una apología de la comunidad hebrea en peligro (aunque aún no había conocido ésta el momento de grave persecución y matanza de judíos que ocurriera en 1391, después de la muerte de Sem Tob).

Hay páginas que, extraídas de su contexto, son auténticos poemas modernos, casi surrealistas; como la oda a las tijeras, o a la amistad:

"Quien buena hermandad quisiera aprender y tuviese gusto en usar buena amistad, siempre debería observar las tijeras, que cuando las pienso no encuentro en las gentes cosas tan derechas como ellas; parten al que la parte, y no por vengarse sino con el gran deseo que tienen de unirse; como en río tranquilo, el que se metió entre ellas, metió su dedo entre dos ruedas de molino. 

Quien recibió mal de ellas, él mismo se lo busca, que por su gusto ellas no buscarían mal nunca: desde que de entre ellas sale, con eso ya están contentas, que no hacen nunca mal en cuanto están juntas: yacen boca con boca y manos sobre manos: tan semejantes nunca vi yo hermanos. Tan gran amor se tuvieron leal y verdadero que ambas se ciñeron con una sola cinta por estar siempre ambas en uno y hacer de dos uno, hacen de uno dos". (p. 109).

"Como un río tranquilo..." , nadie dijo que el río de Heráclito hubiera de ser tumultuoso. En la tranquilidad están todos los términos opuestos. Este hermoso texto podría ser una oda neoclásica a la amistad, pero es algo más bello y más rico literaria y filosóficamente. Hay que descubrirlo, y descubrirse.

El elogio de la amistad se sitúa en el contexto de una reflexión muy profunda sobre el placer.

"Placer que toma el hombre con quien no entiende, tiene por nombre "medio-placer"". (p. 106). Sem Tob prefiere los placeres con seres que entienden, es decir, con personas, no con cosas que no entienden. "Placer duradero puedo decir del buen amigo: entiendo lo que él me dice y él lo que yo le digo". (106). Los placeres sencillos, de la conversación, por ejemplo, son los superiores. Olvidar eso, hoy en día, nos lleva al frenopático.

En otro momento del poema de Sem Tob, se hace el elogio del libro. Pocas cosas hemos leído tan hermosas, y con tanto acierto en su contenido. 

"No hay en el mundo tal caudal como el saber (...) no hay tan noble ni tan buena ganancia, ni mejor compañero ni similar como el libro, y tomarle afición vale más que la paz...

Los sabios muy granados que uno deseaba y codiciaba ver, filósofos honorables, ¿qué era sino leer sus letras y sus versos?" (pp. 93-94)


Fulgencio Martínez López

Profesor de filosofía, poeta, y editor de la revista Ágora.


 __________

(1) Cf:

 https://www.sfarad.es/shmuel-ibn-sason-poeta-de-carrion-de-los-condes/

(2) Cf:

 https://apps.rae.es/BRAE_DB_PDF/TOMO_LVI/CCVIII/LopezGrigera_221_238.pdf

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