DRAGÓN CUSTODIANDO EL MISTERIO, EL BOSQUE INICIÁTICO DE ALFREDO RODRÍGUEZ
Dragón custodiando el misterio es el reciente libro de poemas de Alfredo Rodríguez. (1) Desde su anterior poemario, Hierofanías, (2) publicado en 2017, el poeta navarro ha ido ahondando en una visión propia del universo poético de lo sagrado, lindante cuando no consanguíneo con el mito y la filosofía simbólica de eco renacentista-neoplatónica. En ese sentido, uno de los poemas de Dragón custodiando el misterio, el titulado "Philosophia perennis", expresa de modo esclarecedor las corrientes del libro: la síntesis del impulso amoroso hacia lo ideal y hacia un cuerpo, junto a la filosofía como símbolo de la curiosidad inspiradora, y los mitos y el ámbito de lo numinoso. Lo reproducimos por ser también uno de los textos poéticos más hermosos del libro:
PHILOSOPHIA PERENNIS
Cómo envidio tu suerte
Por conocer que siempre necesita
De los placeres de la poesía
Tu alma sale por una rendija
Viaja hasta las raíces
La serpiente del mundo
La fórmula de Odín
Dime ahora entonces cuál es tu pena
Ven y dime tu pena, dulce amor
Tal que siempre parece
La falta de luz propia de la Luna
Trae los relatos de los navegantes
Nunca podrás renunciar a sus mitos
Dime tu pena o pelea conmigo
Mis guerras de frontera
Tu alma es como un río infranqueable
Al borrarse la senda de sus pasos
Que los dioses te lleven suavemente
Hasta su casa, amor
Una única pausa, marcada, como con cierta reverencia, ante la palabra amor, al final del poema, y también en la estrofa tercera. En cierto modo el libro es ese relato de navegante que se menciona en la penúltima estrofa: "Trae los relatos de los navegantes / Nunca podrás renunciar a sus mitos".
Nos resulta llamativa la coincidencia entre dos poetas diferentes entre sí, y entre dos libros tan singulares publicados por ambos en fechas próximas: Dragón custodiando el misterio, obra de un poeta todavía joven, Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969), y El secreto del mago, (3) libro de un poeta senior pero en permanente renovación, como Luis Alberto de Cuenca. El territorio de los mitos es común, sí, a ambos poetas, pero es más destacable la pasión por ellos, que los dos mantienen en sus poemas, y la actitud con que ambos escritores los desnudan de su retórica para presentarlos de nuevo transformados en la más pura poesía, dándoles a los viejos relatos una partida de nacimiento nueva a partir de nuestro tiempo.
"Serendipia" es otro de los poemas mánticos del libro de Alfredo Rodríguez. Conecta con el lenguaje balbuciente de nuestra época que busca correspondencias con algo inefable....
Serendipia
(Fragmento)
Un derecho lejano un momento de tregua
Sabedor acaso del descontento
Decisión de suprema ciega oportunidad
Como una nueva vida
Interior inmensamente aumentada
(...)
El ritmo casi frenético, de danza sagrada en el bosque, caracterizan a estos poemas, sin puntuación gráfica, que el lector ha de hacer suyos en su "interior bodega".
El bosque es la metáfora central del libro, su leit-motiv. Se puede decir que la escritura de Dragón custodiando el misterio representa un bosque iniciático. Las partes o escalas de la misma indicarían una fase de aprendizaje progresivo y desafío al dragón (tal vez el azar, el caos, el velo de la ignorancia y el olvido. Otros seres mitológicos, como la serpiente, habitan en ese ámbito de iniciación. En el caso de la serpiente tiene una doble alusión, a la sabiduría y a la materia: esta ha de ser transcendida por aquella; vencida por ella misma, por así decir).
La estructura del texto es triple, sinfónica: se desarrolla a lo largo de tres secciones que avanzan, como tres movimientos en música; tituladas, respectivamente, "Del alma en trance", "Las estancias de la memoria" y "Vida pura en vida". Componen como un himno, un trisagio velado, susurrado, que invita al bosque interior del poeta y se retira.
El hermoso epílogo de Sonia Betancort, dice mejor que este comentario la esencia del libro y del poeta:
"Como las serpientes mitológicas entregaron a Nagarjuna las enseñanzas ocultas y este, a su vez, siguió la infinita cadena de transmisión del saber, el bosque de Alfredo Rodríguez comparte su secreto con nosotros, lectores del siglo XXI: "la alegría de querer ser poeta", "vivir / como un dragón custodiando el misterio / su huella luminosa".
Aspiran los poetas a la palabra secreta de la sabiduría, tal como sugiere el poema de Alfredo Rodríguez "Escucha de labios del aedo (Outro)": "Sé mi hermano, sagrado Serpo Druk / Si no hay vida futura / Libérame de una vez de temores (...)
Y quizá la hayan encontrado, y sean capaces de hacérsela oír a la gente, aunque su secreto siempre permanecerá con ellos y con los capaces de escucharlo: los que sigan la misma o análoga aventura de aquellos buscadores (y navegantes).
Uno de ellos, el poeta Alfredo Rodríguez, nos dice al final de una jornada, como en la intimidad de la noche, a la luz de los astros:
Sólo creo en los dioses verdaderos
En la luz del verano
En las noches paganas
En la sílaba mística el destino
Justo en el nacimiento de los límites
Donde todo es azar
Escucha de labios del aedo (Outro). Fragmento final
La iniciación parece conducirnos a un punto donde quedan superadas las antítesis:
Haber perdido la sabiduría
O su infalible hallazgo
Esa nada que habrá de seguir a tu muerte
La habitación que da al jardín secreto
Donde abundan los mitos
Fragmento del poema Nihil aeternum. Estrofa primera
Alfredo Rodríguez es autor también de un diario poético, Días del indomable (4), que recomendamos leer antes o después de este hermoso libro de poemas.
Notas
1. Dragón custodiando el misterio. Alfredo Rodríguez. Chamán ediciones, Albacete, 2024
2. Hierofanías. Alfredo Rodríguez. Chamán ediciones, Albacete, 2017. Prólogo de Javier Asiáin.
3. El secreto del mago. Luis Alberto de Cuenca. Visor, Madrid, 2023. XXXIII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma.
4. Días del indomable. Diario de un poeta (2010-2011). Alfredo Rodríguez. Los Papeles de Brighton, Madrid, 2023. Prólogo de Miguel Sánchez-Ostiz.
Fulgencio Martínez
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