EL FEDERAL RUBALCABA Y LOS INDIOS CATALONES
Publicado en La Opinión de Murcia. 12-1-2014
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/01/12/federal-rubalcaba-indios-catalones/527170.html
Publicado en La Opinión de Murcia. 12-1-2014
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/01/12/federal-rubalcaba-indios-catalones/527170.html
Imaginen en España un modelo de Estado
Federal. Cada una de las hoy llamadas Autonomías -en adelante, Estados federales- tendría una llave propia. Habría que definir, no
obstante, si esa “llave propia” sería la de la casa común, es decir, la de un
Estado llamado España –entonces, un Estado de Estados-, o, sería,
específicamente, llave de la casa o apartamento autonómico, federal. O llave de
ambos edificios: el general y el de ámbito territorial particular.
La Constitución de 1978 fue tan imprecisa en el momento de
aclarar estos puntos, que hoy aún seguimos resbalando hacia lo peor, desde el punto
de vista del buen funcionamiento del Estado. Eso peor no es –adelanto- la
secesión de Cataluña, del País Vasco, o, por qué no, de Murcia si en el futuro
nos diese por empeñarnos en reclamar nuestra independencia. Eso, siendo del
género histórico-fantástico, no es lo peor del todo. Lo peor es la tercera de
las posibilidades indicadas arriba: la llave maestra que vale tanto para el Estado
general como para el de un territorio de ese Estado. Esto es lo que hay hoy (de
hecho, aunque aún no de ley); lo que planea en el debate público, bastante soñoliento.
Las condiciones en que los semidespiertos políticos que nos gobiernan nos
tienen y en las que ellos se manejan como pez en el agua con un sónar corto son
las que dan pábulo para que se
interprete así la Constitución, en clave de lo peor; y me temo que es lo que el más semidespierto
de todos nuestros políticos, mi amigo Alfredo
Rubalcaba quiere convertir en lo futuro en pauta constitucional. ¿Rubalcaba
solo?. No, junto con su pareja de sonambulismo, Pedro, o sea Pere Navarro del Partido de los
Socialistas Catalanes. Su propuesta de
reformar en un futuro nuestra Constitución en una línea federal va por ahí:
oficializar que cada Estado federal tenga llave maestra en su propio ámbito y
en el conjunto. Por supuesto, unos Estados (Cataluña, País Vasco, y Murcia si
nos empeñamos, volvemos pues a la contienda y a lo que cada uno decida
otorgarse) tendrá más llave maestra que otro, más poder para gobernar lo suyo y
lo de todos. O sea, por un lado, un Estado federal asimétrico, compatible con
un mínimo de Estado general (como por cierto quieren los neoliberales del PP);
por otro, unos Estados federales absolutistas, capacitados por el ordenamiento constitucional
general para gestionar su casa propia y para manejar la de todos. Imaginen lo que
hay ahora, pero más: los nacionalistas catalanes, vascos, navarros, canarios, gallegos
no solo haciendo y deshaciendo a su antojo y criterio en sus respectIvos Estados
federales sino, por privilegios otorgados por la Constitución federal,
disponiendo leyes y normas del conjunto. Por ejemplo, en materia de
representación en las Cortes Generales, no se contentarían con un cupo de
representación como el que tienen hoy, querrían “por ser vos quien sois” doble
ración para “su Estado”.
Y esta solución es pésima, peor aun que la desmembración o
secesión de una parte del Estado, ya que sería asumir en el seno del Estado
español un número irracional de vampiros
dispuestos a chuparle la sangre, además con todo el derecho a hacerlo; sin
sentido de estado ni una debida solidaridad interterritorial y estatal, que
estaría ausente de la norma constitucional. Y todo eso lo piensa el somnoliento Rubalcaba
en pro de una solución para “el problema de Cataluña”. ¡Genial! Ni siquiera
enfoca su propuesta federal como solución
de compromiso o un mal menor. Va en ella
el legado de su talento bondadoso, del que nos hace gracia a sus herederos.
Rían de Rodríguez Zapatero.
Rubalcaba promete superarlo.
Su propuesta no solo huele a siglo XIX, a Pi i Margall, que jorobó ya la primera República
y la segunda República española, y que hizo distanciarse del socialismo y del
republicanismo español legítimo a gente tan valiosa como Miguel de Unamuno, compañero de Pablo Iglesias hasta que al socialismo se lo llevó el diablo
nacionalista. Miguel de Unamuno era invitado a la celebración del Primero de Mayo por el mismo Pablo
Iglesias y con él consultaba este sus discursos.
Es increíble que un
partido de izquierdas como el socialista vuelva a caer en los mismos errores
históricos de este país y en sus propios errores. (Tanto ha olvidado su
tradición socialista que han sustituido hoy la rosa del PSOE obrero por el
chupachup rosiforme de su logo actual).
Se esperaría del PSOE la propuesta de una Constitución que apoyase un Estado
moderno, potente, solidario, único apoyo para los trabajadores en un mundo de
neocapitalismo ultraliberal y de fragmentación social y económica. Si es
republicana esa Constitución, mejor, pero basta que sea monárquica y solidaria.
Un país como Noruega es monárquico y muy avanzado socialmente. Por el contrario,
“la solución Rubalcaba” está pensada en pro de demandas pre-estales, seudohistóricas,
de particularismos regionales esgrimidos por las respectivas burguesías catalanas,
vascas, hoy respaldadas por generaciones ahormadas por la instrucción que han
recibido al margen de todo sentido del Estado común, ese Estado que fue el
primero en Europa en superar el viejo feudalismo medieval y pasar a otra página
histórica: la Modernidad. Solo ilusiona hoy un Estado solidario, fuerte, frente
a los lobos que mandan ahí. Rubalcaba es tan socialista como yo soy Cristiano Ronaldo.
Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y
escritor
REVISTA ÁGORA DIGITAL ENERO 2014
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