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miércoles, 8 de enero de 2014

El federal Rubalcaba y los indios catalones. Diario político y literario de FM/25/T2.





EL FEDERAL RUBALCABA Y LOS INDIOS CATALONES

Publicado en La Opinión de Murcia. 12-1-2014
 http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/01/12/federal-rubalcaba-indios-catalones/527170.html


Imaginen en España un modelo de Estado Federal. Cada una de las hoy llamadas Autonomías  -en adelante, Estados federales- tendría  una llave propia. Habría que definir, no obstante, si esa “llave propia” sería la de la casa común, es decir, la de un Estado llamado España –entonces, un Estado de Estados-, o, sería, específicamente, llave de la casa o apartamento autonómico, federal. O llave de ambos edificios: el general y el de ámbito territorial particular.

La Constitución de 1978 fue tan imprecisa en el momento de aclarar estos puntos, que hoy aún seguimos resbalando hacia lo peor, desde el punto de vista del buen funcionamiento del Estado. Eso peor no es –adelanto- la secesión de Cataluña, del País Vasco, o, por qué no, de Murcia si en el futuro nos diese por empeñarnos en reclamar nuestra independencia. Eso, siendo del género histórico-fantástico, no es lo peor del todo. Lo peor es la tercera de las posibilidades indicadas arriba: la llave maestra que vale tanto para el Estado general como para el de un territorio de ese Estado. Esto es lo que hay hoy (de hecho, aunque aún no de ley); lo que planea en el debate público, bastante soñoliento. Las condiciones en que los semidespiertos políticos que nos gobiernan nos tienen y en las que ellos se manejan como pez en el agua con un sónar corto son las que  dan pábulo para que se interprete así la Constitución, en clave de lo peor;  y me temo que es lo que el más semidespierto de todos nuestros políticos, mi amigo Alfredo Rubalcaba quiere convertir en lo futuro en pauta constitucional. ¿Rubalcaba solo?. No, junto con su pareja de sonambulismo, Pedro, o sea Pere Navarro del Partido de los Socialistas Catalanes.  Su propuesta de reformar en un futuro nuestra Constitución en una línea federal va por ahí: oficializar que cada Estado federal tenga llave maestra en su propio ámbito y en el conjunto. Por supuesto, unos Estados (Cataluña, País Vasco, y Murcia si nos empeñamos, volvemos pues a la contienda y a lo que cada uno decida otorgarse) tendrá más llave maestra que otro, más poder para gobernar lo suyo y lo de todos. O sea, por un lado, un Estado federal asimétrico, compatible con un mínimo de Estado general (como por cierto quieren los neoliberales del PP); por otro, unos Estados federales absolutistas, capacitados por el ordenamiento constitucional general para gestionar su casa propia y para manejar la de todos. Imaginen lo que hay ahora, pero más: los nacionalistas catalanes, vascos, navarros, canarios, gallegos no solo haciendo y deshaciendo a su antojo y criterio en sus respectIvos Estados federales sino, por privilegios otorgados por la Constitución federal, disponiendo leyes y normas del conjunto. Por ejemplo, en materia de representación en las Cortes Generales, no se contentarían con un cupo de representación como el que tienen hoy, querrían “por ser vos quien sois” doble ración para “su Estado”.

Y esta solución es pésima, peor aun que la desmembración o secesión de una parte del Estado, ya que sería asumir en el seno del Estado español un número  irracional de vampiros dispuestos a chuparle la sangre, además con todo el derecho a hacerlo; sin sentido de estado ni una debida solidaridad interterritorial y estatal, que estaría ausente de la norma constitucional.  Y todo eso lo piensa el somnoliento Rubalcaba en pro de una solución para “el problema de Cataluña”. ¡Genial! Ni siquiera enfoca su propuesta federal  como solución de compromiso o un mal menor.  Va en ella el legado de su talento bondadoso, del que nos hace gracia a sus herederos. Rían de Rodríguez Zapatero. Rubalcaba promete superarlo.

Su propuesta no solo huele a siglo XIX, a Pi i Margall, que jorobó ya la primera República y la segunda República española, y que hizo distanciarse del socialismo y del republicanismo español legítimo a gente tan valiosa como Miguel de Unamuno, compañero de Pablo Iglesias hasta que al socialismo se lo llevó el diablo nacionalista. Miguel de Unamuno era invitado a la celebración del Primero de Mayo por el mismo Pablo Iglesias y con él consultaba este sus discursos.

Es  increíble que un partido de izquierdas como el socialista vuelva a caer en los mismos errores históricos de este país y en sus propios errores. (Tanto ha olvidado su tradición socialista que han sustituido hoy la rosa del PSOE obrero por el chupachup  rosiforme de su logo actual). Se esperaría del PSOE la propuesta de una Constitución que apoyase un Estado moderno, potente, solidario, único apoyo para los trabajadores en un mundo de neocapitalismo ultraliberal y de fragmentación social y económica. Si es republicana esa Constitución, mejor, pero basta que sea monárquica y solidaria. Un país como Noruega es monárquico y muy avanzado socialmente. Por el contrario, “la solución Rubalcaba” está pensada en pro de demandas pre-estales, seudohistóricas, de particularismos regionales esgrimidos por las respectivas burguesías catalanas, vascas, hoy respaldadas por generaciones ahormadas por la instrucción que han recibido al margen de todo sentido del Estado común, ese Estado que fue el primero en Europa en superar el viejo feudalismo medieval y pasar a otra página histórica: la Modernidad. Solo ilusiona hoy un Estado solidario, fuerte, frente a los lobos que mandan ahí. Rubalcaba es tan socialista como yo soy Cristiano Ronaldo.

Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y escritor

REVISTA ÁGORA DIGITAL ENERO 2014

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