El autor de La segunda persona, en Huesca
CUATRO POEMAS DE LA SEGUNDA PERSONA, DE FULGENCIO MARTÍNEZ *
PASIÓN DE ESCRIBIR
Ayer –era yo muy joven hasta ese ayer–
escribía no sé para qué, ni os importa;
escribía por algún motivo hondo
o eso me parece ahora.
Descubrir la pasión
de uno y lanzarse boca abajo en ella,
sin pensar cada doble movimiento
del miedo y del esfuerzo…
Recuerdo que el resultado era
una liberación, como de un mecanismo.
Un vuelo corporal
intenso, no ficticio (o literario)
más intenso, incluso, en horas de siesta.
Escribir –hoy– me hace daño.
Me acuesto
para dormir y sigo desvelado y herido,
con taquicardia casi toda la noche,
el día en que he escrito una línea.
CAMINOS
Caminos que me aguardan
o que por siempre quedaron atrás,
no sé quién los trazó. Quieto, respiro,
respiro: respirar es suficiente.
No tengo que pensar en reunirme
con alguien, a alguna hora, en algún sitio.
Miro, a lo lejos, con expectación
e inquietud durante un breve tiempo,
solo por ver si han vuelto los gorriones
a posarse en aquella rama cerca
de la ermita de la Virgen de la huerta.
A la Virgen de la huerta
le ofreciera mi exvoto
de adoración supersticiosa. Esos dos gorriones.
A falta de cigüeñas, los aguardo
como buenos augurios,
¡queridas figuras de mi destino,
que no pueden señalar ya mi rumbo
ni su presencia tampoco hacerme daño;
vuestro saludo agudo no me lacera más
que un breve naufragio en mi memoria!
1 de febrero 2021
CAMINO DE LA ERMITA DE SANTA MARÍA DE SALAS
He mirado este cielo casi gris
y soleado por el camino,
esta luz casi siempre humosa
que da a los días términos más breves
pero más profundidad a cada uno
de sus momentos. Sobre la puerta
de entrada de su santuario
la Señora de luz, Santa María tiene
una gran margarita
con sus doce pétalos recordando en piedra
un reloj que no marca horas temporales.
¿Para qué dimensión está hecho ese reloj?
¿Desde qué eterno ojo mira su esfera?
¿En qué callado aire desgrana cada siglo,
golpe a golpe, y concentra
el pensamiento volátil? El mío descansa
aquí unos minutos, y con esfuerzo:
Miro, arriba, el círculo mágico
en el que navega en piedra una virgen,
a sus pies yace el vértice de un triángulo
oblongo que se prolonga invisible
en otro vértice que cae a mis pies;
como a recién nacidos nos espera
la eternidad. Pero, aún no.
Madre, me echas fuera
con un movimiento de tus ojos.
Te vuelves a tu reino sola,
como te fuiste una vez sola, con angustia y sed.
El sonido de la campana da la hora temporal
y me despide de tu navegación.
Hasta pronto, hasta otro día, hasta siempre.
martes, 16 de febrero de 2021
HUESCA
En el centro de la ciudad llena de iglesias
y en su campo donde traza el románico
su camino a Santiago por Jaca,
oirás donde estés una campana
dando la hora. Las medias y los cuartos
son graves respiraciones cortas,
la notación de las horas enteras
es una siembra copiosa y alegre
de sonidos, como era en mi infancia
el repicar de las campanas algunos
días de fiesta. Aquí en esta ciudad,
todas mis horas son extraordinarias.
En el Medievo el ángel del sonido
ponía su hilván al tiempo profano
por ellas, las campanadas horarias.
Proust en Combray buscaba la iglesia
más pequeña, con su azul campanario,
para sentirse, en su cuarto, libre.
Libre y protegido de todo mal
por la visión y la escucha, a distancia,
a la justa distancia, de la gracia materna.
Yo en cambio siento desasosiego
a la vez que liberación, amigos.
Al escuchar a cada rato entre mis
asuntos, el sonido de la campana.
Siento que, a través de su pulsación
aguda y su pausa grave hasta hacerse
lejana y llana, se desahoga la tensión
de la conciencia, el acumulado
oxidativo, rodante fantasma
del tiempo en la conciencia.
Y pongo
mi corazón a su hora.
Pero, en otros momentos,
la delicadeza se vuelve insistencia,
me oprime el pecho un dardo futuro,
mi aliento se cierra y ardo en aparente calma.
Hasta que pasa el veneno, no encuentro
refugio en nada, nado en un pozo,
me sigue la inclemencia, la luz me da guerra.
Cuando pasa el veneno, me lleva el ritmo.
20-2-2021
* Los poemas han sido publicado en la revista APOSTROF, con traducción al rumano a cargo del poeta DINU FLAMAND, autor, entre otros libros, de "Primavera en Praga" (Traducción al español en editorial Visor)
ENLACE A LOS POEMAS DE F. MARTÍNEZ, TRADUCIDOS POR DINU FLAMAND http://www.revista-apostrof.ro/arhiva/an2022/n2/a28/
ENLACE AL NÚMERO COMPLETO DE LA REVISTA RUMANA APOSTROF, FEBRERO 2022. Dirección Marta Petreu:
http://www.revista-apostrof.ro/arhiva/an2022/n2/
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