A poesia de Fulgencio
Martínez une a reflexão e o compromisso cívico com o estético. Partindo
do entendimento da poesia como comunicacão e de uma linguagem poética
que implica o leitor, para inquietá-lo ou para fazer com que seja
cúmplice no processo do poema, esta nova poesia espanhola aborda
alguns dos problemas do mundo atual, no século XXI, como a exploração
econômica desumana do homem e do planeta, a crise das ilusões que vendeu
a ideologia da globalização, o cinismo do poder. Os poemas
pertencem ao livro León busca gacela, publicado em 2009 pela
Editorial Española Renacimiento.
FULGENCIO MARTÍNEZ. Poeta
nacido en Murcia, España(1960). Es Licenciado en Filosofía y Letras por
la Universidad Autónoma de Madrid. Profesor de Filosofía. Dirige la
revista literaria Ágora. Ha publicado los libros de poesía:
Trisagio, La docta ignorancia, Libro del esplendor, Nueve
para Alfeo, Cosas que quedaron en la sombra, que obtuvo en
2007 el premio al Libro Murciano del año en la modalidad de poesía, y en
2009, León busca gacela (Renacimiento, Sevilla). Fue
incluido en la "Antología de poesía nueva", de Luis Rosales y Hugo
Gutiérrez Vega, editada en Madrid en 1982. Preside la Asociación
Cultural Taller de Arte Gramático.
ENLACE A LA PÁGINA DE LA REVISTA HISPANISTA. puede descargar el pdf (gratis) de la antología poética: POEMAS DE LEÓN BUSCA GACELA.
http://www.hispanista.com.br/artigos%20autores%20e%20pdfs/artigo296esp.htm
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:
HISPANISTA - Vol X nº 39 - octubre – noviembre - diciembre de 2009
Revista electrónica de los Hispanistas de Brasil - Fundada en abril de
2000 ISSN 1676-9058 ( español) ISSN 1676-904X (portugués)
antología
POEMAS DE LEÓN BUSCA GACELA
Fulgencio Martínez
LA VELA DEL DEMONIO
a Luis Cernuda (2002)
En la sospecha de que tu voz recuerde
la voz del demonio,
ve ahí reunida tu familia erudita
con el Consejo de la ciudad. Dirimiendo
ante los jueces nocturnos la querella
de tu homenaje, al cumplir tú cien años.
Como el marino al que un caprichoso azar,
una nube divina lo devuelve a su patria,
volviste tú a la tuya
cuando te daban ya por muerto entre los muertos.
Temen los eruditos el misterio del que estaban
______________________guardados,
y te presentan reducido a una corona marchita.
Insultan, así, a la inteligencia
de la vida y a la historia,
que hizo sitio a tu muerte en tierra extraña.
Aunque, comprende: sólo les mueve la rutina
de conseguir un poco de dinero.
Su servil inconsciencia les bendiga,
el aire que les ata a su columna.
UN SUEÑO EN EL SUEÑO
León busca gacela
en la cima del mundo.
Un león,
un animal de crin dura y espejos
duros como el latido de la tierra
avanza solo por la luz del día,
recorre todo el día la sabana
majestuosa de fuego y de silencio.
A la hora de Venus, se detiene.
Mira al azul remoto, y a la nada
dora que transporta su cuerpo
más allá del río donde ve
reflejados sus tristes ojos,
y la inquietud que se abría paso
en su rostro tira de él,
echa abajo su casa
de fieras y le hace
soñar por un instante
reunido en la Esfinge.
LA EXPULSIÓN DE LOS ESPÍRITUS DEL INVIERNO
Nada alegra tanto como una tempestad
que trae, del brazo, una luz
dura y larga y una despedida de seda.
Nada es tan leve después de oprimir tanto.
Nada tan grácil
como un águila real en su vuelo
ni tan decidido a aplastar cualquier presa.
Nada, en fin, tan alegre
como ese águila de vuelta a su nido,
caminando sin pasos,
sin pasado, libérrima en el aire.
¿Por qué no podría tener mi ansia
forma de ave que expulsa a los espíritus
acomodados del invierno y genera
un río de música en las alturas?
En un mundo inocente
quiero estar indefenso
como agua que mana en la noche
y, al alba, se muestra llena de barcos.
UNA VICTORIA MORAL
Los días de enero trabajan el corazón
con duras materias de melancolía.
Aún es corta la mano que trae la luz
y el palacio del invierno aún nos tiene
sumergidos en la fragua de nuestras intenciones
que no aciertan apenas a romper un cristal.
Como los búhos rodamos torpes de día,
esperando la mancha de un filo caliente
o una tensión de pasos sobre carbón al rojo:
Nada nos duele más que permanecer
despiertos cerca de la telaraña
hueca y casta de la nocturna inquietud,
que gira acusadora en nuestra noria,
inaprensible como agua podrida.
Los linderos más altos nos demandan:
salid ya, los muertos, a tomar el aire.
Y el pecho fija su faldón al asiento,
torpes zancadas a impulsos tasados
desvanecen los prestos pies del afán.
Camino de retorno a la melancolía,
escribimos la oda a una victoria
moral, fácil contento para el poeta,
dura piedra de angustia para el hombre.
IBERIA PERDIDA
Cuando busca mi sangre más amplitud cordial
escribo en el paisaje nostalgias inmemoriales
de aquella dulce Iberia perdida como un sueño
al despertar de la Historia.
En las frescas mañanas aún escucho
voces de barro en los cerros dormidos,
tiemblan en los costales de los campos
diminutas hogueras azules, y rebaños
de gigantes surcan la faz de la lejanía.
El añil y la verbena florecen
en cualquier estación
sobre gargantas blancas
de polvo sin camino.
Frutos jugosos, armados de espinas,
aguardan al caminante sediento.
CADA TARDE VENGO
Trato de ser amigo
de mi mitad oscura.
Cada tarde vengo
a mirar las sombras.
Despidiendo el día
me alzo a vislumbrar
el vuelo de una paloma
sobre la maleza.
Comprendo, entonces,
que el deseo mío
es ya una forma
de presentimiento.
CANCIÓN TARAREADA
De un momento a otro
se aproxima
y me estremece
una canción
cuya letra no puedo recordar nunca.
Sé un estribillo,
un ritmo,
el tono desnudo
de la tierra en noviembre,
que sonaba en mi primer poema.
La ternura fanática,
desusada, del mozo
con su canario mudado,
que a cantar comienza
al oído del primer deseo.
POEMAS DE EL CUERPO DEL DÍA
DEVOLVERLE EL TIRO AL CAZADOR
Junto a la ropa sucia el papel de regalo.
Luis García Montero
Hay que buscarla siempre
junto a la ropa sucia:
la palabra
no evoca ya un camino
de madurez, ni despierta un viaje
hacia un otro yo.
De sobra probó nuestros enjuagues y lavados,
¡para que ahora la disfrazemos
de pureza, de prenda inmaculada!
La recogimos de la calle.
Con fidelidad, con descaro
habla peor de nosotros
después de otra colada.
Llega del agua, soltando su huella
en la mano abrigada con guantes.
Sensaciones duras, como los trazos
en la pimienta de un ligero refrigerio,
llevarán nuestros versos.
Devolverle el tiro al cazador
es el primer deber del pájaro solitario.
EN LA CALLE DE AGOSTO
En la calle de Agosto
la golondrina
que volvió antes de tiempo.
Cuando abrí mi balcón,
la perdí; las nubes la llevaban
en su red tupida,
las palabras, más que una vida robándome,
no la pudieron retrasar, ni un momento.
Ella, a la tierra,
al aire, al más allá. A la tierra.
CEMENTERIO DE PALOMAS
Qué desaliento el de la paloma
envenenada bajo la gran torre.
Cómo se apagan las cuerdas que, un día,
iluminaron nuestro paso triste
por aceras y plazas y jardines
polvorientos de esta ciudad.
Extrañas
se han vuelto nuestras huellas
aquí,
como un aleteo
de una vida que pasó hace mucho.
¿TU PAÍS?
Tu país, ¿cómo se llama?
¿Existe, en tu país, el capvespre,
esa riqueza de luz, de matices,
esa gloria que espera
hasta el final para mostrarse
entre las ruinas del día?
REVISTA ÁGORA DIGITAL DICIEMBRE 2014/EL HURÓN Y LA GALERÍA.
Fulgencio: a raíz de tu visita a mi blog te he buscado en internet y me he encontrado con estos excelentes poemas. Como la poesía suele aburrirme en su mayor parte, no puedo menos que señalar aquí que tus poemas, por el contrario, contienen mucha belleza. Y también sabiduría. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Blanca, poeta. No sé si conoces mi artículo sobre tu poesía, enlace: http://diariopoliticoyliterario.blogspot.com.es/2015/02/blanca-andreu-la-poesia-de-fin-de-siglo.html
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