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miércoles, 26 de noviembre de 2025

POEMAS DE ENRIQUE VILLAGRASA (INCLUYE TRES INÉDITOS DE "EN LA ESQUINA DEL VERSO") / CO-LECCIÓN ÁGORA POESÍA / Avance de Ágora: Papeles de Arte Gramático N. 35-36 Invierno 2025

 


 

POEMAS DE ENRIQUE VILLAGRASA (INCLUYE TRES INÉDITOS DE EN LA ESQUINA DEL VERSO)

 

CO-LECCIÓN ÁGORA POESÍA

 

         

Los poemas “Cementerio de Burbáguena” y “Allá en Burbáguena” forman parte de los dos últimos libros publicados por Enrique Villagrasa; Arpegios y mudanzas (2021), y Fosfenos (2024). Ambos dedicados a las vivencias del autor en su tierra de origen: en su pueblo, Burbáguena, y en la comarca turolense del río Jiloca.

Los poemas inéditos pertenecen al libro En la esquina del verso, que se publicará este próximo 2026, en la colección La Gruta de las Palabras, de Prensas de la Universidad de Zaragoza.


 

          DEDICATORIA DEL AUTOR 

 

Hace unos días desencarnaba Marina Heredia, la editora de Los libros del gato negro. 

Le dedico este florilegio a su memoria.

 

 

 

CEMENTERIO DE BURBÁGUENA

 

Es posible que cualquier cementerio de Nueva York

o de París, sin ir más lejos, tenga más vida que mi pueblo.

Pero es en el cementerio de Burbáguena donde no me pierdo.

Ni cuando era monaguillo, que todo me parecía más grande y extraño.

 

Y los muertos, tuyos y míos, bajo las cruces y en sus altos nichos

miran ese monte de San Bernabé cargado de primaveras. Dicen

que les gustan las cerezas y escuchar los chaparrones de lluvia

y las sombras de los negros pájaros que todo lo picotean. Frutos

casi en sazón como las palabras que persigues en la página de la

tarde. Son amigos estos muertos. Hablas con ellos de la siembra,

de las cosechas. De cómo te va por Tarragona, por el puerto

y los periódicos.

                            En este mes de abril de metáforas mil. Torrenteras,

el Jiloca y su mar: ese que hilvana olas en esa playa que no sabe

que ya ha encontrado. Los nombres de los residentes

no producen inquietud, si recuerdos. Pero ya no hay nada,

ni tormentas ni sol de verano.

                                                 Sí algún cuervo negro, como aquel

que en el Cimetière du Père-Lachaise de París te miraba desde la tumba despistada

a la izquierda de aquella entrada. Hoy ya no tienes que saltar la tapia del osario.

La puerta siempre está abierta. La muerte también sabe esperar.

 

Y cuando yo venga a esta casa no llegaré como extranjero.

Me quedaré aquí para encender tu memoria, como un cirio perfumado.

Resonancias y ecos de vidas vividas, en el seco recinto de tus muertos.

 

Me despierta el hondo latir del cierzo de la noche: cementerio de Burbáguena.

Desciendo con esa antigua y lejana luz del faro de Salou y llego al puerto.

Y siento otros muertos amigos: más de treinta años por estos muelles.

Apenas una hora más allá del tiempo.

                                                              Tarragona queda suspendida en el aire.

Precisas y preciosas las estrellas siguen fugitivas tu última sonrisa.

Y la barca de Caronte navega solitaria y vacía

                                                                           Jiloca abajo.

 

            De Arpegios y mudanzas (Los libros del gato negro-Instituto de Estudios Turolenses, Zaragoza, 2021)

 

 

 

 

ALLÁ EN BURBÁGUENA

 

Hay otros dos ecos, el sutil cierzo y el fuego de leña.

La infancia no regresa, allá en mi pueblo. Sí en Tarraco.

La noche mediterránea solo trae alegría y más tristeza.

Y mi garganta no es cantera de gritos ni juramentos.

La voz he perdido. Necesito una forma de belleza

a la que cantar, otra vez. Tu voz esta fría, apagada.

 

Mis ojos y mi corazón estuvieron en mortal guerra:

ayer entre mis ojos y mi corazón se estableció un pacto.

Su nombre y mi canto se borró, de este modo voy llorando.

Por todos es conocido: el cuidado que tuve, cuando emprendí mi viaje

hacia un bosque de árboles de profundas y densas raíces.

 

Contra ese tiempo, si tal tiempo llegara, y la muerte acompañara.

Qué dulzura viajar por el camino de la fuente a la vía, a la viña.

Así puedes disculpar la fastidiosa tardanza en regresar,

yo soy el trovador a quien bendita lectura abre la puerta del ayer.

 

¿Qué sustancia es la tuya, de la que estás formada Filosofía?

¡Cuánta más hermosa parece la hermosura! ¡Réquiem de Fauré!

Ni el mármol ni las silenciosas lápidas del cementerio de Burbáguena.

 

Dulce amor, renueva tu fuerza y grita: Altísimo, omnipotente, buen señor. Siendo yo         

tu siervo qué puedo hacer sino esperar a la hermana muerte.

 

Permita Dios, que en todo me hizo ser, que le dé gracias con humildad.

 

 

          De Fosfenos (Huerga y Fierro, Madrid, 2024)

 

 

 

                         INÉDITOS

 

AQUELLA MIRADA

 

Belleza. La mirada menor,

con la que contemplas ese paisaje,

aquella ola que acaricia esa arena salada:

ese mar incompleto pues faltan sus pasos.

 

Ya no hay límites infinitos,

ni arpegios ni mudanzas.

Todo es sílaba del anochecer:

memoria impenitente de esa otra ola

a la deriva. Queda su huella.

 

No quieres alcanzar el blanco de la página,

sí el rasguear de la pluma azul bajo tu acaso.

 

 

 

TAL VEZ

 

Tal vez tu vida sea eso, apresar tropos

en la esquina del verso, donde la palabra

es guiño, es gesto, es su mirada y su ausencia.

Geometría de silencios, con él y en él.

 

Tal vez hable verdad quien belleza escribe

y contemple tanto la sombra, que ella

se adueñe de todo. Pues en los versos

de más enjundia anidan los profundos

silencios de lo no dicho. Y alguien

algún día pensará en gritar sus nombres.

 

Tal vez o nunca el hombre que salga de su página

escape también y a la vez de sí mismo.

Salir de ella será pues vana ilusión.

 

Tal vez todo sea un fracaso de andanza.

Y, sin embargo buscas esa fragancia del verso,

perfumado por los abrazos del destino:

la cicatriz del cierzo. Y allí fuimos felices

aquel verano ido. Burbáguena es toda luz.

 

 

 

TU CIERZO Y EL MÍO

 

El cierzo condiciona, no destruye,

limpia y deshace, borra el pasado,

hace que mi pueblo esté abierto

a todas las posibilidades.

Arranca a las personas de sus ruinas

y nos lleva al límite infinito.

 

Así es el cierzo en mi pueblo:

hace brotar la sonrisa gélida

al salir de casa. ¡Dios, cómo sopla

barrio Moral arriba!

Es algo que nos habla,

como la poesía,

palabra escuchada.

 

¡Qué fresco es el cierzo

en Burbáguena!

Y cuántos poemas nos trae

este cierzo tuyo y mío.

La verdad anida en el verso.

 

            Inéditos de En la esquina del verso (Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2026)

 

Enrique Villagrasa

 

 

 

Enrique Villagrasa González nació en Burbáguena, Teruel, en 1957. En la actualidad reside en Tarragona. Periodista y lector de poesía. Ha escrito, entre otros libros de poemas, Lectura del mundo (Ed. Isla de Siltolá, Sevilla, 2014), De ceniza mis días (Ed. Corona del Sur, Málaga, 2008), Paisajes (Baile del Sol, Tenerife, 2007) y Línea de luz (Olifante, Zaragoza, 2007). Sus más recientes publicaciones son Queda tu sombra (Huerga & Fierro, 2019), La poesía sabe esperar (Igitur, 2019), la antología Arpegios y mudanzas (Instituto de Estudios Turolenses y Los libros del gato negro, 2021), Fosfenos (Huerga y Fierro, Madrid, 2024). En 2026 se publicará En la esquina del verso (Prensas de la Universidad de Zaragoza). Poemas suyos ha sido incluidos en varias antologías y están traducidos a varios idiomas. Colabora como crítico en Librújula, librujula.com, Turia y Alhucema

Página de Enrique Villagrasa en Ágora:

 https://diariopoliticoyliterario.blogspot.com/search?q=Enrique+Villagrasa

 

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