EL MAR QUE NOS SALVA, DE NICOLÁS CORRALIZA TEJEDA
El mar que nos salva es la nueva entrega poética del madrileño Nicolás Corraliza Tejeda (1970). La obra apareció en abril de 2025 en la colección Poesía de la editorial El sastre de Apollinaire. La edición es hermosa, cuidada. En la portada, una sugerente imagen de un embarcadero antepuesto a un difuminado mar infinito. (Aplaudimos el cuidado que algunas editoriales de poesía nuevas están dando a la presentación y portada del libro poético, en orden a atraer a nuevos lectores pero también a contribuir a la belleza del libro -en un libro impreso todo es significativo, desde la cubierta hasta el último centímetro de contraportada. Si el papel es ecológico o no, si contribuye a la conservación de los bosques sostenibles, es sin embargo un asunto ajeno a la consideración estética).
Nicolás Corraliza Tejeda
"Volver, aunque solo fuese para nombrar la confusión" (Luis Miguel Rabanal)
La cita de inicio en el libro El mar que nos salva remite doblemente a la idea de vuelta, regreso: a la portada misma, con la imagen del embarcadero y el mar, y a la conciencia de vuelta del poeta al diálogo con el lector: es una marca de continuidad con la poesía anteriormente escrita por Nicolás Corraliza.
En efecto, el libro conecta con los poemarios anteriores del autor madrileño (hay una antología personal de su obra, publicada en 2022, Inventario de desperfectos, Ed. Huerga y Fierro, Madrid). Tuve la oportunidad de comentar en otra ocasión dicho libro, que nos mostraba a los lectores a un poeta cada vez más decidido a concentrar la escritura del poema en unas pocas palabras verdaderas, esenciales. *
Me interesa mucho esa construcción del poema a partir de un centro interior, que no siempre es evidente sino abierto a la sugerencia y a las diversas lecturas del mismo. Junto a esa intuición de un centro arquitectónico, el poema incrusta o se apoya casi siempre en una estructura de epigrama. La vocación de brevedad, concisión, precisión es signo de clasicismo en aquel libro de Nicolás Corraliza y en este otro que comento ahora. Tal voluntad vertida en escritura epigramática podría traducirse en pintura en imágenes icónico-morales y en prosa, en emblemas o, como ocurre en muchos poemas de El mar que nos salva, en aforismos. El aforismo en prosa: o en poesía, el verso epigramático, tiene una presencia muy significativa en las páginas del libro de Corraliza. Se diría que cada poema, o una buena parte de ellos, se articula externamente en ese sólido del verso epigramático o sentencia poética cuasi aforística. Es esto, sin embargo, recordemos, solo una línea de consistencia del poema. El poema asimilado al mar tiene un centro interior más desasosegado e inquietante, que escapa casi siempre a la primera lectura. Veamos algunos ejemplos (casi elegidos de cualquiera de las cinco partes o secciones que componen la obra El mar que nos salva).
Del poema "Umbrío" (1ª sección: "Crece el verano en la luz", p.13).
El lenguaje es un viento en ruinas
que calla.
De "Caudal de ceniza" (p 16):
El amor es el mar volviendo.
Del fragmento IV (2º sec.: "Playa de los estoicos", p. 22. op. cit.)
La esperanza es para los que agradecen.
Más que insistir en presentar otros ejemplos, quizá sea mejor tratar de abordar ese difícil núcleo interior de los poemas de Corraliza. Me guiaré por mi intuición y gusto personal en la distinción de dos o tres temas que creo aparecían ya en la citada antología-inventario del autor, pero que ahora en El mar que nos salva, están latiendo con más belleza si cabe, en un segundo o tercer plano del libro, aun siendo su meollo ardiente. Son estos temas, el amor, la poesía y la melancólica confesión de desaliento tras los naufragios "superados".
Son aquellos poemas en que, con suma sutileza, el poeta nos dice algo de sí y en los que se dirige a un tú. Se pueden encontrar en medio pero sobre todo al final del libro que comentamos:
DE UNA LUZ DEFINITIVA
Desatar los nudos.
Desnudar el cuerpo
hasta quedar desprendido
del cadáver que nos envuelve.
Un silencio donde enraizar
el misterio numérico de la música;
el eco perpetuo del desasosiego.
La voz ingobernable del poema.
Aproximaciones al destello
de una luz definitiva.
(p. 49. de la 4ª sección "Lírica y liturgia").
"De una luz definitiva" sintetiza los temas que inquietan al autor. Me parece muy logrado. Extraordinario.
Este otro poema es un ejemplo de claridad y belleza luminosa:
EQUILIBRIO
Sucede siempre en la belleza.
Cerca del árbol
se ha posado en el aire
un colibrí, ocupando
su justo sitio.
Para cantar. Para sentir el mundo
en su armonía.
(p. 61. "Liturgia y poesía")
O este otro, maravilloso poema, que pone broche final al libro, con sus tres versos últimos a modo de haikú:
NÁUTICA FINAL
Un océano entre las sábanas.
Ola y estría para huir de la guerra.
Sumergido:
encajado a tu boca
por los labios.
(p. 75. "El cuerpo y el viaje", 5ª sección del libro)
Fulgencio Martínez
Huesca, 6 de noviembre de 2025
_______
* Cf. https://diariopoliticoyliterario.blogspot.com/2022/11/fragil-cuatro-libros-de-poemas-fabulas.html
Enlace a mi artículo "Frágil" (septiembre de 2022), donde comento Inventario de desperfectos junto a otros tres libros de poesía destacables.


No hay comentarios:
Publicar un comentario