(HORACIO, HAFEZ Y EL VINO)
Horacio recomienda en su oda célebre
que filtremos el vino, y a un espacio breve
adecuemos la esperanza y los deseos.
Horacio compara el filtrar o seleccionar
lo mejor para mí, con una vida
moderadamente placentera
que no renuncia a la intensidad de algunos momentos
tampoco a otros menos lucidos, cotidianos:
porque para todos ellos rige el tiempo fugitivo
y en todos y en cada uno me muero.
Hafez llamó a Dios
por su más hermoso epíteto: el Copero,
que embriaga por turnos
al amado y al amante,
sus sacerdotes, dijo, son taberneros y poetas.
Entre Amado y Amante, Hafez, no hay ningún velo.
Tú eres tu propio velo, quítate ya de en medio. *
Deja el vino más frío
cuando vuelve el ciclo
de los días y de las noches.
En el sueño una rosa que acaricia
un párpado con fiebre;
cuando se desea, cuando no está
queda, aún, su brasa;
atrae como el alimento a los vivientes
cuando brota porque espera en los labios.
Hablo de Dios, de la fuente del poema,
pero quizá solo esté hablando mi sed,
la fuerza de la debilidad que me alza
al consuelo y a la miseria
de necesitar decir palabras
para seguir vivo; para no morir del todo.
Por el poeta místico oímos la poesía
que ha transformado en goce la muerte.
12-11-2022
Fulgencio Martínez
* Versos del poeta iraní Hafez Shirazí, traducidos al español por Clara Janés y Ahmad Taherí. (del poema "Por un rostro gitano").
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