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jueves, 14 de marzo de 2024

SOBRE VANGUARDIAS Y OTRAS DISIDENCIAS. Por José Luis Martínez Valero. (100 años del "Surréalisme" y el surrealismo en España e Hispanoamérica) / Avance de Ágora n. 26

 

                                                           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   Manifeste du surréalisme, volumen 1, número 1, 1 de octubre de 1924, portada de Robert Delaunay. (Fuente: Wikipedia).

 

¿No echan en falta el nombre de André Breton en esta portada? Esta revista se anticipó en unas semanas al "Manifieste du surréalisme" de A. Breton (del 15 de octubre de 2024), originalmente redactado para el libro Poisson soluble y conocido como Primer Manifiesto surrealista, gracias a la propaganda de Breton. En el origen mismo del surrealismo se dieron las disidencias. La revista, dirigida por el poeta alemán Ivan Goll, recoge textos póstumos de Guillaume Apollinaire, quien acuñó el término "surréalisme" en 1917. 

La revista Ágora dedica un dossier a la celebración de los 100 años del surrealismo, especialmente a su repercusión en la literatura y en las artes de artistas españoles o hispanos. El dossier por entregas a lo largo de los números de la revista en 2024. Presentamos hoy un texto del poeta y catedrático de Literatura José Luis Martínez Valero. Continuaremos en próxima fecha con otro de Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático de la Universidad de Murcia.

 

 

 

SOBRE VANGUARDIAS Y OTRAS DISIDENCIAS

 

      POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO

 

En 2024 celebramos el centenario de la aparición del primer manifiesto surrealista, obra de André Breton. Para conmemorarlo Bruselas ha abierto una exposición: ¡IMAGINA! 100 años de surrealismo internacional en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. Sobre esta vanguardia, se dice que para Francia terminó en 1969, mientras que, para Bélgica, nunca ha terminado.

 

                                                                         André Breton
 

El Surrealismo pretende romper con la barrera racional que durante siglos se ha ido posando sobre el mundo y, como lluvia constante, deja el suelo mojado, que oculta el polvo, la tierra reseca, esas langostas, hormigas o peces de los que habla Dalí, también la espontaneidad, lo incorrecto, la libertad sexual, el desnudo sin hoja de parra. El movimiento emprende la exploración del subconsciente, por tanto, se vincula a Freud.

          Los sueños forman parte de ese nuevo continente, se inicia el viaje por otra sintaxis, escritura automática, que busca acabar con la composición tal como la conocemos, romper ese contrato social por el que nos hemos comunicado, acabar con unos convencionalismos que creímos obra de la naturaleza. Se supone que nos llevaran a descubrir lo que hay más allá, sobre la realidad que hemos habitado existe otra y serán ellos quienes no la muestren. Dice Paul Nouge: Il s´agit moins de comprendre le monde que de le transformer.

Este artículo trata de exponer algunos rasgos y contextos que conformaron unas expectativas a menudo superiores a sus obras, por tanto, no se lea para obtener resultados, sino como una mirada, que socavó la muralla de lo imposible. ¿Lo lograron? Comprender en unas líneas todos estos proyectos del XX supone un imposible, razón por la que me limitaré a apuntar aquello que he considerado más destacable. Aun así, soy consciente de que habré olvidado muchas otras. El comienzo del siglo XX tuvo a nuestros autores del 98, también a los modernistas. La tristeza de la derrota y el optimismo de la esperanza conviven, basta mirar en los templos esas lápidas de mármol que se felicitan de un nuevo siglo.

Recordemos el primer manifiesto del Futurismo, difundido por TRISTÁN (Seudónimo de Gómez de la Serna) en su revista Prometeo, 1910: 

 

          PROCLAMA FUTURISTA A LOS ESPAÑOLES

 

¡Futurismo! ¡Insurrección! ¡Algarada! ¡Festejos con música wagneriana! ¡Modernismo! ¡Violencia sideral! ¡Circulación en el aparato venoso de la vida! ¡Antiuniversitarismo! ¡Tala de cipreses! ¡Iconoclastia! ¡Pedrada en  un ojo de la luna! ¡Movimiento sísmico resquebrajador que da vueltas a las tierras para renovarlas y darles lozanía! ¡Rejón de arador! ¡Secularización de los cementerios! ¡Desembarazo de la mujer para tenerla en la libertad y en su momento sin esa gran promiscuación de los idilios y de los matrimonios! ¡Arenga en un campo con pirámides!  ¡Conspiración a la luz del sol, conspiración de aviadores y chaufeurs! ¡Abanderamiento de un asta de alto maderamen rematado de un pararrayos con cien culebras eléctricas y una lluvia de estrellas flameando en su lienzo de espacio! ¡Voz juvenil a la que basta oír sin tener en cuenta la palabra: -ese pueril grafito de la voz-¡ ¡Voz, fuerza, volt, más que verbo! ¡Voz que debe unir sin pedir cuentas a todas las juventudes como esa hoguera que encienden los árabes dispersos para preparar las contiendas! ¡Intersección, chispa, exhalación, texto como de marconigrama o de algo más sutil volante sobre los mares y sobre los montes! ¡Ala hacia el Norte, ala hacia el Sur, ala hacia el Este y ala hacia el Oeste! ¡Recio deseo de estatura, de ampliación y de velocidad! ¡Saludable espectáculo de aeródromo y de pista desorbitada! ¡Camaradería masona y rebelde! ¡Lirismo desparramado en obús y en la proyección de extraordinarios reflectores! …..

 

Más tarde Rafael Cansinos-Assens y su obra: El movimiento V.P., 1921: En su primer capítulo titulado: “La epifanía del Arte Nuevo”, el Poeta de los Mil Años se decanta por lo nuevo:

Ahora yo quiero cantar cosas completamente nuevas. Yo quiero vivir en una hora futura y en un país de Occidente. Renunciaré en adelante a esa hora atrasada del cuadrante oriental y a esa noche precoz para coger como uva madura esa hora extraordinaria que hace más largos nuestros crepúsculos. Quiero repudiar todas esas vejeces para desposarme con esa hora futura. Ahora quiero cantar la tremenda belleza de los tiempos nuevos. Quiero cantar las cabelleras cercenadas de las mujeres, la resurrección de sus piernas, los pájaros que han nacido en nidos cerebrales…

 

 

Dado que las Vanguardias exigían por medio de sus manifiestos, proclamas, ¿algaradas?, reclamar a sus lectores, ¿a los ciudadanos?, un cambio inmediato, la transformación del mundo de lector y del escritor.  Sin miedo a la hipérbole interpelaban en medio de la calle, en el periódico, en el teatro, al lector, al oyente, al espectador, cabría preguntar hoy, ¿qué representaron?, ¿de qué sirvieron?

En el capítulo VI de La rebelión de las masas, cuando Ortega y Gasset trata sobre este hombre del siglo XX dice:

 Heredero de un pasado larguísimo y genial –genial de inspiración y de esfuerzos--, el nuevo vulgo ha sido mimado por el mundo en torno. Mimar es no limitar los deseos, dar la impresión a un ser de que todo le está permitido y a nada está obligado. La criatura sometida a este régimen no tiene la experiencia de sus propios confines.

 

 

MANIFIESTOS Y REVISTAS

 

Todo movimiento vanguardista se esfuerza por alterar el contexto, de ahí que se propague por medio de manifiestos, equivalentes a declaraciones de guerra, solían publicarse en hojas sueltas o en revistas. La revista ha sido laboratorio de ensayo y pregonero de las nuevas ideas. Prometeo, comienza en los primeros años del siglo. Ultra, Grecia, Cervantes, en ellas se va a producir el Ultraísmo. En Francia se crea Europe, en 1923, ese mismo año aparece, La Revista de Occidente, que recogerá el primer manifiesto surrealista, La metamorfosis y El artista del hambre, obras de Kafka. 1926, en Málaga, surge Litoral, por Altolaguirre y Prados, la revista emblemática del 27, cuya imprenta especie de barco, disponía de algunos Picassos, salvavidas, galletas y ron. Poco después aparecen Verso y Prosa, Mediodía, El Gallo, Carmen y Lola, donde poetas, pintores, ensayistas y narradores darán cuenta de la atmósfera de la época. En Murcia, calle Merced, 22, vivía Juan Guerrero Ruiz, el fundador junto con Jorge Guillén de Verso y Prosa. En los primeros treinta en esta misma calle, Merced, 16, aparece la revista Sudeste, de Raimundo de los Reyes y José Ballester. Quizá el más representativo de los que promovieron revistas sería Manuel Altolaguirre, quien con su imprenta a cuestas se trasladaría a París, y Londres. Su casa-imprenta fue siempre el lugar donde los poetas coincidían, recordemos la amistad con Cernuda y Miguel Hernández. En Londres acuden Pérez de Ayala, embajador, Rafael Martínez Nadal, italianos e hispanistas ingleses. En París, Alberti y María Teresa León, entre otros.

Podríamos decir que, por primera vez, el lector se ve implicado, impelido a la participación, no como mero espectador, sino que es tentado para que escriba. La revista, el diario, exponían sus experiencias. Tal como se dijo de Picasso que sus cuadros los pintaba un niño, a lo que vino a contestar: me he pasado toda la vida intentando volver al niño que fui, a esa primera impresión, a su primer trazo, donde se reunían la inocencia y la verdad. El niño antes de ver como todos, una vez que ha sido adiestrado y, por tanto, incluido, ve de forma que es necesario pasar la vida recuperando aquella visión. Ramón Gómez de la Serna, fundador del Ramonismo, padre de la greguería, rompió con cierto orden que se parecía a la lógica y compuso imágenes que poblaron muchos poemas. En 1897 André Gide, en su libro Los alimentos terrestres, había propuesto como objetivo fundamental la disponibilidad ante lo nuevo.

 

Cuando Moreno Villa en el 27 llega a Nueva York, poco después lo hará Federico García Lorca tras recibir una beca de la Columbia, encontramos en sus recuerdos, cartas, poemas, que la ciudad misma por sus gentes, edificios, calles, anuncios se hubiese transformado en la representación objetiva de la Vanguardia. Londres, París, Viena, Madrid, Roma, Berlín son ciudades con historia, con una vida familiar semejante, pese a las diferencias que se quieran exponer, aún no se ha producido en ellas ese gigantesco, desmesurado desarrollo de Nueva York. La vida urbana seguro que altera la perspectiva del lector, del visitante de exposiciones. El cine, los deportes, el baile, transforman el conjunto de expectativas que constituyen al ciudadano medio.

Quizá el género que mejor lo va a expresar por un distanciamiento, que neutraliza toda pasión, es la novela negra, con Dashiell Hammett, su mejor representante. En un mundo corrupto, alguien puede aprovechar esas corrientes trágicas universales para, al menos, anular el carácter divino del que se creen poseídos, de tal modo que, impunemente, hacen y deshacen, libres de toda carga moral. Así que, el detective, un don nadie, libre de todo interés, puede desmontar ese imperio en el que se creen instalados para siempre. Lo que no es obstáculo, una vez que cada uno ha recibido su merecido, para que el mundo siga igual, porque quien conoce los secretos, no está autorizado, como un dios justo, a alterar el destino.

Nueva York se convierte en una ciudad donde la hipérbole ha cristalizado. La historia se borra al mismo tiempo que se escribe. Un edificio no se conserva por su valor, no existe este en sí, se demuele y sobre sus ruinas se construye otro más alto, más moderno. La ciudad no tiene restos románicos, góticos, renacentistas, barrocos, la iglesia más antigua: Saint Paul, fue fundada en 1776. 

Los automóviles, el tranvía eléctrico, el metro, imprimen un ritmo distinto. El teléfono, la radio, convierten la voz humana en universal. Las calles amplias, los edificios altos rompen con el modo bucólico de contemplar los cielos. Las nubes siguen pasando, pero ya no guían a los peatones. La ciudad se convierte en una segunda naturaleza, ajena al ritmo solar, bajo el resplandor de la luz eléctrica. En las escuelas se organizan campamentos para que los niños conozcan el campo, las hierbas, los árboles, las ovejas, vacas y cabras. La velocidad se convierte en una dimensión nueva que va a transformar la manera de estar. El avión puede hacer en pocas horas recorridos que antes precisaban días, las fronteras naturales desaparecen, el cielo se convierte en aquel mar sin límites romántico. El hombre toma conciencia de que el mundo se convierte en un lugar que puede ser recorrido, donde se puede comerciar. Poblado por miles de lenguas diferentes, se verán obligados a servirse de una lengua única. En Cantos de vida y esperanza, 1905, poema Cisnes, que dedica a Juan Ramón Jiménez, advierte Rubén Darío:

 

       La América Española como la España entera

      fija está en el Oriente de su fatal destino;

     yo interrogo a la Esfinge que el provenir espera

     con la interrogación de tu cuello divino.

    

    ¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?

    ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?

   ¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?

   ¿Callaremos ahora para llorar después?

 

 

La ciudad y su potente capacidad adquisitiva, la industria agraria, el disfrute del primer mundo sobre el tercero. Las nuevas necesidades. Puede que hayan sido suficientes para generar un cambio radical en la actitud ante la obra de arte.

Cuando existe un canon, si se piensa que ha perdido todo estímulo creativo, hay que desmontarlo, rechazarlo por su sentimentalismo, por el parecido, por el modelo que se sigue. Sin embargo, ahora se trata de añadir algo a la realidad, agregar una nueva criatura. Hay una vuelta al principio. ¿Significó esta revisión de los medios expresivos otro “Renacimiento”?

 

El Suprematismo de Malevich: cuadrados, triángulos, circunferencias. La fiesta cósmica de Kandinsky. El modelo contemplado desde múltiples perspectivas de Picasso, Juan Gris, Georges Braque. El abstracto, el expresionista, el surrealista, suponen un mundo nuevo, al menos con esa creencia van a afrontar la obra de arte, ya sea pintura, escultura, escritura. La casa en la que se instalan, el arte con el que conviven les representa. Libres de prejuicios religioso, sexuales, políticos quieren hacer otra lectura del mundo. Ayudan a comprender este nuevo mundo en el que se nos ha instalado.

Stefan Zweig, en su libro El mundo de ayer, Memorias de un europeo, señala algunas características de lo que supuso para la sociedad el fin de la Primera Guerra Mundial. Del capítulo titulado: “Retorno a Austria”, elijo alguna nota de sus páginas finales, donde con cierto humor, figura como testigo:

 

Todas las formas de expresión de la existencia pugnaban por farolear de radicales y revolucionarias y, desde luego, también el arte. La pintura dio por liquidada toda la obra de Rembrandt, Holbeil y Velázquez e inició los experimentos cubistas y surrealistas más extravagantes. En todos se proscribió el elemento inteligible: la melodía de la música, el parecido en el retrato, la comprensibilidad en la lengua…

cuanto más joven era uno y menos había aprendido, más bienvenido era por su desvinculación de las tradiciones; por fin la gran venganza de la juventud se desahogaba triunfante contra el mundo de nuestros padres.

Honrados y formales académicos de barba blanca repintaban sus “naturalezas muertas” de antes, ahora invendibles, con dados y cubos simbólicos, porque los directores jóvenes (en todas partes los buscaban jóvenes ahora, y cuanto más jóvenes mejor) retiraban todos los demás cuadros de las galerías por demasiado “clasicistas”.

¡Qué época tan alocada, anárquica e inverosímil la de aquellos años en que, con la mengua del valor del dinero, todos los demás valores anduvieron de capa caída en Austria y en Alemania! Una época de delirante éxtasis y libertino fraude, una mezcla única de impaciencia y fanatismo.

Todo lo extravagante e incontrolable vivió entonces una edad de oro: la teosofía, el ocultismo, el espiritismo, el sonambulismo, la antroposofía, la quiromancia, la grafología, las enseñanzas del yoga indio y el misticismo de Paracelso. (380-382)

 

Más adelante, los museos, tendrán que replantearse su función pasiva, meramente expositiva, depósitos de arte, cerrados, para transformarse en lugares abiertos, activos, creativos. La figura, el modelo, la realidad pasan a un segundo plano, triunfa la abstracción, la sugerencia, la alusión. No basta ver el cuadro, la escultura, hay que convertir el arte en una posibilidad, como creación humana, descubrir la belleza, abrir puertas y ventanas para convertir al espectador en sujeto participativo, en descubridor de ese nivel que permanecía oculto. 

La desfiguración del yo, ¿su desaparición? Esta nueva identidad confusa, permite vernos como especie junto a otras especies. No somos la dominante. Incluso los países industriales, ricos, que han gozado de unos medios que le han facilitado la vida, están siendo desplazados. Las ciudades han perdido su identidad. No es que el mundo sea igual en todas las partes del globo, sino que el hombre que las habita, el comercio, la lengua que hablan han producido una igualdad que está por encima de las creencias. Si acaso, las viejas catedrales, los escasos palacios y jardines, continúan recibiendo miles de turistas.

 

¿QUÉ SIGNIFICAN LAS VANGUARDIAS?

 

En su tiempo atentaban contra el orden establecido, alarmando a quienes instalados en la norma y conjunto de prejuicios, lecturas, tradición familiar, lo bien visto, escuelas públicas o privadas, viajes, idiomas, estudios universitarios desafiaban cualquier desmán, porque su mundo era el único posible. Una estructura piramidal en cuyo vértice superior podríamos situar a los guardianes de los cánones por los que se regía el gusto, la educación, las buenas maneras, el humor, el resto, por naturaleza, estaba destinado a obedecer, y aquel que rompía el orden establecido, se le condenaba al ostracismo.

Hoy, esa estructura, aunque ¿permanece en el orden político?, no se corresponde con la realidad. La voluntad de cada uno tiende a un infinito cuyos límites desconoce, se concreta en la figura del joven, quien, por naturaleza, es depositario de toda posibilidad. No es necesario luchar para hacerse ver, para que se les reconozca, son ellos ahora quienes ocupan el vértice de la pirámide. Sin embargo, pronto descubren que esa cúspide es sólo aparencial, que el vértice no está donde el conocimiento de la geometría ciudadana los sitúa. Cuando son conscientes de que el mundo real es otro, ya es tarde, y, desde ese mismo instante pasan a ser príncipes destronados. Ignoraban hacía dónde iban, ahora ignoran de dónde proceden. De ese modo han alcanzado la auténtica dimensión humana. Descubren que, tras aquella apariencia a la que llamaban realidad, los bancos, la economía, eran quienes ocupaban la cumbre de aquel mundo al que querían cambiar. El enemigo, disfrazado, mimetizado con el terreno, ocupaba todo. Ellos habían sido hábilmente manejados por una engañosa realidad, de modo que se sienten perdidos en un bosque.  

Siempre ha habido cambios, más o menos profundos, claro que, dentro de un orden, nadie se saltaba las reglas de oro, así en pintura, se ha dicho que quien no sabe dibujar está destinado a ser un mal pintor. Hoy, esa valoración, simplemente se ha evaporado. ¿Hasta qué punto ciertos programas de IA no serán capaces de resolver en muchos esa carencia?

 

 

CARACTERÍSTICAS DE LAS VANGUARDIAS

 

Frente al orden, la aventura. Lo dionisíaco frente a lo apolíneo. Prefieren el camino a la posada, ruptura con el parecido. Fundamentalmente son antirrománticas, distanciados definitivamente de sus constantes sentimentales, heroicas, mistéricas. Las ruinas, la noche, la historia, la luna, pierden su prestigio. Funciona la hipérbole como intensificador, de ahí la revisión de Góngora. No aspiran a la eternidad, son efímeras, porque están destinadas a ser superadas por la siguiente, algo así como el más difícil todavía. Factor común es la provocación. Son iconoclastas, van a atentar contra lo que los bienpensantes respetan como sagrado. Destruyen sin que se sientan obligados a levantar nuevos monumentos.

Utilizan el humor, frente al dogmatismo, frente a la fe ciega, acostumbrados a su carácter efímero, desconfían de ellos mismos, quizá porque poseen un carácter histriónico. Como consecuencia no creen definitivamente en lo que practican, recordaréis aquella frase de Groucho Marx: estas son mis ideas, pero si no les gustan puedo cambiarlas. Esta infidelidad, implica que la apuesta por la vida que hacen, incluye la posibilidad de cambio. Se ha aceptado la velocidad como un elemento sustantivo. Algo así como, si las cosas cambian, porque no voy a aprender yo de ellas. No es obstáculo, para que el surrealismo y André Breton, mantengan unas ordenanzas excluyentes que expulsan a aquellos que son declarados heterodoxos.

 

 

¿PAPEL DE LAS VANGUARDIAS?

 

Las Vanguardias han ayudado a ver con más claridad las incoherencias del siglo XX, de ahí a menudo su carácter profético, se han levantado contra la moral establecida, contra el orden, lo que ha motivado su adhesión a movimientos revolucionarios y, sobre todo, que se extendieran democráticamente. A ello quizá han contribuido, los medios colectivos, imaginad lo que supone viajar con los de la misma clase, en una carroza familiar, a realizar ese mismo viaje en un medio colectivo, ya sea tren, avión, metro, tranvía, autobús, donde aparte algunas pequeñas ventajas que pudieran mantener las diferencias de clase, tanto el punto de partida como el de llegada son los mismos. Por otra parte, el cine como medio de conocimiento, de educación, gestos, comportamientos, donde lo que piensa o siente un actor, puede ser visto en todo el mundo, va ofrecer un modelo reconocible…

 

 

MUJER Y VANGUARDIA

 

La primera guerra mundial demuestra que la mujer puede ejercer oficios que antes eran exclusivos de los hombres. Causa que acelera su incorporación al trabajo. La aviación estimula la aparición de jóvenes que igualan los retos de los hombres.  A lo largo del siglo XX hemos visto como han ido cayendo barreras, que la tradición había reservado solo a hombre; en cuanto al fútbol hemos comprobado que a menudo superan en estrategia y goles a los equipos masculinos. Determinados tipos de lucha, halterofilia, marcha, maratones, tiro al blanco, vela, natación, baloncesto, ciclismo, …En el deporte, en los estudios, en el trabajo se ha alcanzado un grado de igualdad cuya vuelta atrás es imposible.

Aún quedan restos de ocupaciones que se resisten a admitir a la mujer, así ocurre en la actividad religiosa, pese a que el misticismo, el grado más alto, más profundo, ha tenido representantes excepcionales, aún les están vedadas responsabilidades en algunas de las creencias más universales, especialmente aquellas que por su retraso en la modernidad conservan arraigadas tradiciones que excluyen la participación de la mujer.

En cuanto a la actividad creativa, poesía, novela, teatro, pintura, escultura, su incorporación ha sido definitiva. Pasan de un segundo plano, respetuoso con el magisterio masculino, a ejercer en una igualdad donde desde hace años no existe diferencia alguna. Aparte la lucha por los derechos civiles de las sufragistas, cárceles, huelgas de hambre, desprecios, muertes. Tras la primera guerra mundial, aparecen las “flappers”, dispuestas a romper con todo convencionalismo excluyente, Virginia Woolf, enarbola Una habitación propia, como argumento definitivo. La educación mixta, la incorporación masiva a la Universidad y a todo tipo de actividad laboral ha sido gracias a la actitud de muchas mujeres que las precedieron. Colaboraron en las Vanguardias Maruja Mallo, Concha Méndez, Rosa Chacel, María Cegarra, Carmen Conde, María Zambrano y todas aquellas que fueron llamadas las Sinsombrero. 

 

 

KAFKA

 

Este año se conmemora el centenario de su muerte, 3 junio 1924. Tomemos uno de sus libros más representativo: La Metamorfosis de Kafka, o Transformación, donde asistimos al despertar de ese pacífico viajante de comercio, buen hijo y buen hermano, que se descubre transformado en un bicho despreciable, de quien su pérdida será celebrada por la familia como si se tratase de una liberación.

Sobre la familia europea, Kafka escribirá después Carta al padre, donde muestra el deterioro del afecto paternofilial, saca a relucir los trapos sucios de la familia burguesa que ha basado su existencia en la afirmación rotunda de que esas cosas no les ocurren a ellos. Tendremos que llegar a las novelas de George Orwell Rebelión en la granja y 1984, para contrastar que esa familia no era un hecho singular, sino que era el sistema el que se había transformado en un monstruo.

Volvamos a un XIX que anticipa Charles baudelaire: “El spleen de París”:

                                                    

                                             EL EXTRANJERO

        

     ¿A quién amas más, hombre enigmático? Dime: ¿a tu padre, a tu madre, a tu

     hermana o a tu hermano?     

      No tengo padre, ni madre, ni hermana, ni hermano.    

     ¿A tus amigos?     

    Emplea usted una palabra cuyo sentido me ha sido hasta hoy desconocido. 

    ¿A tu patria?

    Ignoro bajo qué latitud está situada.

    ¿La belleza?  

    De buen grado la amaría, diosa e inmortal.    

    ¿El oro?    

    Lo odio como odia usted a Dios.

     ¿Entonces qué es lo que amas, extraordinario extranjero?

     Amo las nubes…las nubes que pasan…allá…allá…¡Las maravillosas nubes!

 

Se desmontan los pilares que durante siglos han sostenido la sociedad: Dios, familia, amistad, patria, belleza, economía. Artista y lector se convierten en extranjeros, exiliados, casi místicos, próximos a esas nubes efímeras destinadas a pasar… A propósito de Baudelaire recordad aquella frase de Nietzsche: ¡Dios ha muerto! Que se corresponde con: Si Dios ha muerto, todo está permitido, de Los hermanos Karamazov. Que luego será caricaturizada por Woody Allen cuando dice: Dios ha muerto, Marx ha muerto…Y yo mismo no me siento muy bien. A lo que podemos sumar este grafiti de Nueva York: Dios está muerto, tan sólo es que no encuentro donde aparcar.

En todos ellos de un modo o de otro se habla de Dios, en los primeros como una afirmación dogmática, equivale a: antes sí, ahora no. Pero por decirlo con palabras de la época el opio es el mismo. Mientras que Woody y el grafiti, hacen un planteamiento humorístico, que revela una cierta orfandad.

 

 

EL DESCRÉDITO DE LA RAZÓN

 


Las dos guerras mundiales, la guerra fría, los cientos de guerras singulares ocurridas durante el siglo XX, han sido causa suficiente para desacreditar todo discurso, recordad el filme “Senderos de gloria” (1957) dirigida por Stanley Kubrick, donde la oficialidad ha de fusilar a aquellos soldados que han renunciado al suicidio de atacar lo imposible para satisfacer el orgullo del general que dirige la operación. El héroe, vencedor clásico, será sustituido por el vencido, desterrado, exiliado. La lucha entre el bien y el mal, en la que Superman ha de combatir a fondo, no es otra cosa que el mito del nuevo país, nuevo continente, América, alejado de la vieja Europa, fuente de todo conflicto, de las milenarias China e India, que representan el inmenso mercado, más la descolonizada África, el último resto de belleza, dotada de minas inagotables.

¿Cómo creer en la razón? Si es ella la que ha llevado a una muerte segura a millones de jóvenes, sólo la sinrazón, tanto en sintaxis como en la relación causa efecto, sólo en la alteración de todo convencionalismo, lo que hoy llamamos políticamente correcto, podremos dar cuenta de lo que pasa. De ahí que asistamos a un nuevo romanticismo, algo así como se cuenta de José Espronceda que, cuando los amigos le pedían que les acompañara, naturalmente no salía por la puerta, sino que se descolgaba por el balcón. A estos procedimientos debemos sumar el nuevo continente freudiano, el sueño, el inconsciente, la otra realidad.

 

 

LAS COMUNICACIONES Y LA ODISEA

 

El siglo XX ha supuesto una revolución en las comunicaciones. El tiempo que el XIX consideraba oro, se ha convertido en espacio, recorrer una distancia en función del tiempo invertido, al utilizar automóvil, avión o barco ha multiplicado nuestras posibilidades, a nadie asombra hoy que desayunemos en Nueva York y tomemos el té en Madrid. ¿Qué ha supuesto esta posibilidad? Aunque han aumentado los negocios, la serenidad del viaje, el rito de su preparación se ha desacralizado, los motivos han perdido solemnidad. Se diría que la vuelta a Ítaca, hoy por hoy, es algo trivial, la incertidumbre y por tanto la trascendencia, han desaparecido. Ulises puede estar de vuelta en unas horas, mientras Penélope y Telémaco apenas tienen el tiempo necesario para trasladarse al aeropuerto, el encuentro está desposeído de toda parafernalia. La repetición y el tedio tiñen la escena que de extraordinaria se ha convertido en cotidiana. Penélope y Telémaco saborean cualquier infusión mientras esperan la llegada del vuelo.

 

 

LA GLOBALIZACIÓN

 

El teléfono, la radio, la televisión han contribuido a la globalización de las comunicaciones. Internet y los ordenadores han convertido la instantaneidad en una dimensión cotidiana. La última noticia puede ser anulada un segundo después, de ahí que exista el peligro de su descrédito y como consecuencia implique la desaparición de la prensa en su viejo soporte, el papel exija su transformación, así como la de otros medios, lo que aparece hoy, mañana es sustituido, por tanto, su valoración es mínima. La fragilidad, inestabilidad, brevedad, son valores que se han impuesto en el siglo XX, la finitud de las cosas, se ha extendido a otra realidad, de tal modo que el soporte espiritual, columna que vertebral que mantenía el universo cultural de nuestra civilización puede desaparecer. Que una plaza de toros se convierta en un centro comercial no es una realidad revolucionaria, obedece a la utilidad, dada la escasa rentabilidad del edificio, conviene su reconversión. Que no se venda poesía, ¿implica que se deje de escribir?

Desde el punto de vista editorial quizá sea ésta una solución, pero y si variamos su soporte.  Si un montaje equivale a un poema, si el poema lo convertimos en canción, o cuadro, imagen o gesto, cartel u otro soporte, puede que aseguremos su permanencia.

 

 

LA ENSEÑANZA

 

Contrariamente a lo que se cree este país es muy conservador, de tal modo que imprimir un giro en la enseñanza, cuando se logró que las escuelas pasasen al Estado, y no dependiesen de los Ayuntamientos, supuso una auténtica revolución.

Recordad que nuestros reyes ilustrados, siglo XVIII, tuvieron que proteger las ideas de Feijoo, contra sus detractores. Que en 1876 un grupo de profesores, expulsados de la Universidad, decidió fundar la ILE, Institución Libre de Enseñanza, estimulando una educación apartada del aprendizaje memorístico a ultranza, donde triunfaba la repetición, como si el conocimiento estuviese fijado por leyes eternas. Proponen la anulación del libro de texto, el estímulo por la experimentación, el aire libre, excursiones, convertir las paredes de la clase en algo así como ocurrirá con el teatro y la ruptura de la cuarta pared. Vinculado a este proyecto surgirá pocos años después, 1907, la JAE, Junta para Ampliación de Estudios, el 1910, por encargo directo de Francisco Giner de los Ríos a Alberto Jiménez Fraud surge la Residencia de Estudiantes, donde tendrán ocasión de convivir con profesores y destacadas personalidades, nacionales y extranjeras, así las visitas de escritores e investigadores tales como Einstein, Bergson, Valéry, Chesterton o Madame Curie.

El conocimiento no tiene fronteras, juntos somos más, se dirá. Hay un personaje que, podríamos considerar clave, dirige tanto la revista: Residencia, como las publicaciones, me refiero a Juan Ramón  Jiménez, que viene a dar un vuelco a la escritura española en dos vertientes, una prosa poética con Platero, olvidaos de que se nos ha ofrecido como un libro infantil, 1914, por el contrario es un tratado donde expone su poética, y Diario de un poeta reciéncasado, que comienza las estancias en Nueva York, que después harán José Moreno Villa del que resulta Jacinta la pelirroja y Federico García Lorca con Poeta en Nueva York.

 

 

 Mi reino es una república» | La Verdad

 

José Luis Martínez Valero nació en Águilas, en 1941. Es catedrático emérito de Literatura. Poeta, narrador, ensayista. Ha publicado, entre otros libros: Poemas (1982), La puerta falsa (2002), La espalda del fotógrafo (2003), Tres actores y un escenario (2006), Tres monólogos (2007), Plaza de Belluga (2009), La isla (2013), El escritor y su paisaje (2009), Libro abierto (2010), Merced 22 (2013), Daniel en Auderghem (2015), Puerto de Sombra (2017), Sintaxis (2019) y Otoño en Babel (2022, ed. La fea burguesía, Murcia). Ha sido guionista en los documentales: Miguel Espinosa y Jorge Guillén en Murcia. También es un notable aguafuertista e ilustrador.

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