DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE F.M, DONDE SE HABLA DE LO DIVINO Y DE LO HUMANO
REIVINDICACIÓN DEL GOL DE WERT (Humor para la exportación)
Avanza la Gomendio por banda derecha, dribla a un contrario, progresa por la posición de extremo, centra…. y remata Wert de cabeza al fondo de la portería….¡Goooool! ¡Magnífico testarazo, a lo Santillana, de Ignacio Wert!….
La alegría de los hinchas blancos, en el graderío. En el
palco su presidente Rajoy sin
inmutarse da una larga chupada al puro, en señal de
satisfacción, pero, ¿señores, qué pasa? El colegiado europeo anula el tanto….
¿Ha habido fuera de juego? No sabemos, tremenda protesta, el juez de línea y el
árbitro se muestran enérgicos, Wert les increpa, hay lío, tarjeta roja para
Wert, el dorsal número 5, el árbitro tras consultar con el línea declara que es
un gol basura, no vale, anulado.
El goleador expulsado insiste con gestos expresivos ante el
árbitro: no hubo fuera de juego, la defensa estaba adelantada, veamos en la
repetición… parece que el gol es correcto, Montse Gomendio centra en posición legal… y
Wert ganó el espacio vacío de la defensa adelantada….
Analicemos otra toma de la repetición, desde el ángulo
frontal a la portería… ah, la imagen es ahora clara, la realización nos muestra
desde su arranque la jugada: la pelota
llega a la Gomendio, perfecto control, la baja y avanza por su propio campo, en
sentido recto a la portería de su equipo: ¡el gol es un autogol del defensa
retrasado! “Hubo autogol legal, sí, pero
ese gol es una tontería”: ha comentado
en tuiter el portavoz de la comisión
arbitral europea , quien no admite la humorada del gol de Wert y lo da por bien
anulado en defensa del juego serio: ¡qué ejemplo para los chavales tan poco
pedagógico!, el reglamento dice con claridad que el objetivo del juego es
marcar goles en la portería contraria…. No puede admitirse de ningún modo como
gol propio el que se mete al portero del propio equipo.
Rajoy defiende la actuación de Wert: últimamente está
obsesionado nuestro defensa con el gol, más vale que los nuestros marquen
aunque sea en propia meta. Comenta Rajoy a un reportero. El contrario nos ha
dado facilidades, dejó hacer, estaba nuestra portería más a mano, y apuraba
marcar antes de llegar al descanso. ¿Un gol psicológico? Son argumentos de los
forofos blancos, entrevistados en el descanso.
Pero la prensa, en crónica de urgencia, adelanta un titular,
comenta el extraño caso del doctor Hyde-Wert, asociado a la Gomendio, en esa maniobra
contra la propia meta: parece que respondió a una estrategia premeditada de “hay que hacer gol como sea”, llamar la
atención y despistar con una nueva estrategia. Valen igual los goles en propia
meta como en la ajena, esa será nueva norma en el fútbol moderno.
Al día siguiente, las aclaraciones a la prensa deportiva del
colegiado, a propósito de su reacción espontánea tras la jugada surrealista
añaden otra carga de polémica. El absurdo mundo del fútbol no es ajeno al
absurdo del mundo actual, el fútbol ha de actualizarse y ponerse al día en las
tecnologías y también en el mismo
absurdo. No dijo él, el árbitro, que el
gol fuera basura y absurdo desde el punto de vista del reglamento; aclara que
le parece absurdo este mismo reglamento del juego, su no adecuación, renovación
y puesta al día para estar a la altura
de las actuales circunstancias del mundo: el público quiere goles, démosle al
público lo que quiera, el mundo es
absurdo, ¿por qué el fútbol no lo es?…. Admitamos jugar al revés y demos por gol propio marcar en la propia meta cuando
venga bien o se pueda marcar.
Rajoy, satisfecho, y la capitana del equipo, Soraya, da el incidente por aclarado,
fue un malentendido. La brava capitana
del equipo admite la rectificación del portavoz europeo: es la prensa quien
tergiversa y enreda. Tienen algunos, dicho sea de paso, una visión muy
inmovilista del fútbol; que no se puedan cambian las reglas en pleno partido, ¿quién
lo dijo?, nada lo impide. El árbitro denunció el reglamento, anuló no el gol
sino el reglamento, por anticuado y desacorde con los nuevos aires del mundo.
Viva Wert, próximo Pichichi, ejemplo de delirios verticales en el área propia,
viva nuestra saeta, nuestro goleador autogoleador.
¿Erasmus elogiaría esta locura de ahora?
FULGENCIO MARTÍNEZ
PROFESOR DE FILOSOFÍA Y ESCRITOR CANSADO
Ágora digital 13 de noviembre 2013
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