Fuente. NationalGeographic.com
En 1998 se publicó el libro I y II Encuentros con la Poesía. Ciudad de Águilas, editado por el Ateneo aguileño de las Artes y las Letras, y al cuidado del escritor y profesor Jesús Cánovas Martínez. El volumen recoge las colaboraciones de los poetas que intervinieron en los I Encuentros (enero de 1997) y II Encuentros (enero 1998). Jesús Cánovas Martínez, editor, escribe una nota breve de presentación de cada uno de los poetas, tras la que sigue una también breve poética escrita por el autor de los poemas que se leyeron en los encuentros y se reproducen en el libro.
Fulgencio Martínez participó en 1997 en los primeros Encuentros. Para más información sobre estos, ver la evocación publicada en la entrada anterior de esta bitácora.
Recordando el libro colectivo "I y II Encuentros con la Poesía. Ciudad de Águilas" (1997-1998):
https://diariopoliticoyliterario.blogspot.com/2024/12/recordando-el-libro-colectivo-i-y-ii.html
Reproducimos las páginas 29-37 (excepto p. 30) del citado libro. (Nota: Se ha corregido la cita de Machado que aparece en la "Poética").
FULGENCIO MARTÍNEZ
Murcia, 1960
NOTICIA BIO-BIBLIOGRÁFICA
Poeta de cuidada formación, ejerce como profesor de Filosofía.
Ha destacado como colaborador en importantes revistas de creación literaria de la región: "Azahara", "Monte Arabí",..
Miembro fundador del colectivo "La Puerta Falsa", ha organizado numerosos recitales y lecturas de poemas.
Como buenas muestras de su actividad poética, son destacables los tres libros que lleva publicados hasta la fecha: Trisagio, La docta ignorancia y La baraja de Andrés Acedo.
POÉTICA
Mi poética podría resumirla en una sola frase: escribir es un ejercicio de sonambulismo. Para los que no poseemos, como D. Antonio Machado, "el don preclaro de evocar los sueños", y ni siquiera distinguimos los sueños de la realidad, solo nos queda un territorio de nadie, una "chora" platónica, ese espacio indeterminado en el cual nos hundimos, como en un pozo, al escribir poesía. Porque escribir es como un viaje a las profundidades de uno mismo; de cualquier ser humano. Se supone un pozo, y una llamada. El riesgo de tal aventura es encontrarse, a uno mismo allá, en el fondo, y decir con Pessoa: "¡Toda mi sangre rabia por tener alas!".
Mi poética, en suma, es tal vez una hija bastarda del barroco. Vive en la contradicción del sueño y la vigilia, el camino de arriba y el camino de abajo, el amor-odio entre Narciso y Eco.
Copla para exorcizar el mal de un pensamiento
Vivir se pareció ya una vez a la nada,
y era bueno y firme como el mármol
del portal de mi casa.
Y era bueno y firme como el mármol
cuya humedad, en estío, se me hacía agradable
en los muslos y en los brazos,
mientras el sestero vaciaba mi calle.
Vivir, en aquellas horas, se parecía
a la nada... ¿Que puedo temer un día
que olvido, en blanco en mi copla?
Golondrinas de madrugada
(Hiperdulía)
"Oberts, els ulls son buits..."
J. V. Foix
Al erizo, emblema de la vacilación,
indemne sobre sus dudas si lo comparo
con mi espíritu.
I
Bajo sus cerradas púas
un alma alertada,
el erizo -bordado a la piel del agua-
siente su respirar a punto
con la hora que nace:
morir y hender sin gloria
hacia la eterna melodía...
Si, vacío de sus primeros rayos,
mi corazón corre descalzo
el bosque hacia su clapa,
¿quién le aparta la luz fría?
II
Me suenan como a un crótalo,
me agitan la dentadura,
la hierba del pecho...
En el centro está
la mácula, el diente
podrido de raíz.
No me preguntes
(que yo no sé)
qué hago yo
en el mismo sitio.
(Perdí la conciencia).
Mis palabras salen a cazar
con redes de viento que esconden
bajo un ralo estudio callado
durante meses y meses
-ignoran-, e ignoran que, en ese tiempo,
toda futura ganancia
la estriaron los furtivos.
Probación
Homenaje a Jules Laforgue
Como una araña desde la espesura
el poeta llega a los lugares comunes
de las almas en el Banquete.
También él su lira ha enterrado
hace tiempo, y se devana
sobre los raíles de un vivir asfíxico.
-El mundo es una garbera
que asaltan en la siesta los cerdos.
Él sabe que el corazón, entero, desnudo,
con su forma de océano en la orilla,
paso a paso se convierte
en un bazar donde todo se adultera.
Ay de él, que vino con balanza
y pesos,
poseído en la brisa que se le negaba...
Necesitará agua regia
para disolver su orgullo
más triste que el oro.
Afrecho para bien dormir
su propia estatua.
Un zumbido de abejas en el hueco de un tojo
Si hay consciencia allá,
si el pensar no concluye,
si persiste en lo roto del olvido
y con celo lustra, como un jazmín solitario,
la invernada...
y pasos que rehúyes
te acercan, ardientes, a un zumbido
que deberíamos curar con nuestros
solos brazos ahora,
como se apaga, dulcemente,
un fuego de violetas en marzo;
las brasas que quedan,
solo los niños saben
quién las compra desde el tabuco más mísero...
Si la dama negra existe y su seno
puntiagudo de interrogaciones existe
-acorralado animal desde que piensas:
"tal vez, cuando yo muera, ella siga
profundizando en mi inconsciencia,
que me frota, como un gusano, en vida"...-
Si hay consciencia allá
si el pensar no concluye...
agua sonámbula, vete
a grandes tragos tentando el lecho;
la ansiada greña que te salve
de tu nevado laberinto.
Oración hacia dos poetas de Granada
(Federico García Lorca, Ernesto Cardenal)
Pero vosotros, que estáis arriba
con el fruto más claro,
escuchad:
todo se nos volvía
ajeno
aquí. Todo está "escuro".
(Y en este álabe
de oscuridad nos alcanzan
los más terrestres mordiscos).
No vemos ya de la alondra
el rayo que conmueve con dulzura,
parados ante la desdicha
de un ángel exterminador
que nos ladra desde el sueño
y por nuestras venas colgadas.
Vosotros, que estáis arriba,
padres humanos.
(En el libro de la Vida,
a la derecha del Padre,
¿también nuestros nombres se marchitan?)
La pureza sin suelas sobre nidos de lluvia...
A mi hija Beatriz
La pureza sin suelas sobre nidos de lluvia
va encendiendo el hogar donde ya solo ardían
sombras, simulacros vacíos de rostros muertos,
al fulgor de las estampas que hilvana
leve arquero.
La pureza viviente,
sazón de los vinos que van a dar a la vida,
un ahogo que nos suma y nos agarra las manos,
es la póstuma alforja
que en la lumbre se lava y ruega por nosotros.
I y II Encuentros con la Poesía (Ciudad de Águilas). 1998. Águilas, Murcia (pp.29-37). VV. AA. Edita Ateneo aguileño de las Artes y las Letras. Coord. y edición de Jesús Cánovas Martínez.
Fulgencio Martínez
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