José Gálvez Muñoz junto a la tumba de Antonio Machado, ofrendando un banderín republicano.
MEMORIA DE UN PEQUEÑO VIAJE
por José Gálvez Muñoz
Hace apenas algunas semanas estuvimos en Collioure. Volvíamos de nuevo los cuatro hermanos, solo que ahora llevábamos con nosotros un banderín republicano y un mandato democrático. Una pequeña placa, que nos entregó el Ayuntamiento de Águilas y la Asociación de Memoria Histórica Amanecer 31, para dejar en la tumba del poeta. Recogía grabadas unas, no por conocidas, menos dolorosas palabras de Joan Manuel Serrat.
“…Murió el poeta lejos del hogar. Le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse lo vieron llorar…”
Esta vez las circunstancias y la amistad se habían alineado felizmente con nuestras intenciones, pues conseguíamos contactar con el alcalde de Collioure, Guy LLobet, gracias a la intervención rápida y generosa de un buen amigo. Ms Llobet muy amablemente se brindó a acompañarnos junto a la consejera municipal de Cultura, Mme Annie Lamarque, para celebrar un pequeño acto de homenaje en una mañana soleada, de un sábado de octubre, a los pies de la tumba de Machado. No hemos sido los primeros ni seremos los últimos. Cada día del año, numerosos ciudadanos conscientes, le brindan su reconocimiento, visitando serios y apesadumbrados su última morada.
Ante la tumba de Machad de izqda. a derecha, Pedro Gálvez, José Gálvez, Annie Lamarque, Guy LLobet y Luis Gálvez
A los 20 años de “la Retirada”, un 22 de febrero de 1959, coincidiendo también con los 20 años de la muerte de Antonio Machado, se reunieron en su tumba algunos poetas: Blas de Otero, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Alfonso Costafreda, José Agustín Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald y José Ángel Valente; y de aquel valiente homenaje de los poetas de los 50 nos quedaron estos versos de Goytisolo:
“…..Yo no he venido
para llorar sobre tu muerte,
sino que alzo mi vaso
y brindo por tu claro
camino, y por que siga
tu palabra encendida,
como una estrella , sobre
nosotros…..”
Placa en la casa donde murió el poeta.
Años más tarde eran otros poetas, Ángel González y Luis García Montero, junto con varios amigos, los que hacían también su homenaje. García Montero escribió el conocido poema Colliure, que termina con unos prodigiosos versos cuyo peso sentimos aún en nosotros.
“…La luna llega al mar,
el mar llega a Sevilla,
nosotros a un recuerdo
y a esta pálida desarmada emoción
de compartir una derrota.”
Esa pálida desarmada emoción de compartir una derrota que sigue, tan presente.
No podía completarse nuestro viaje, ni ser suficientemente comprendidas algunas de las consecuencias de aquella debacle intelectual y humana, sin dejar al menos una mirada compasiva en los campos de concentración; y otra esperanzada en la Maternidad.
En las planicies del sur de Francia, cerca de Perpignan, se encuentra el Campo de Rivesaltes. Sus barracones habían reagrupado refugiados y grupos de perseguidos de todo tipo durante largos años, desde final de los años 30: republicanos españoles, judíos, gitanos, vagabundos, harkis argelinos y prisioneros de guerra. En 2007 se convirtió en museo. En 2015 se levantó un Memorial a los Refugiados y el primer ministro Manuel Valls reconocía públicamente el maltrato que Francia dio a los mismos.
Ahora solo quedan algunos restos de aquellos pabellones, pero la arquitectura del Memorial es imponente, El edificio, como una gigantesca losa alargada de hormigón, guarda en el subsuelo las salas, las exposiciones y un interminable corredor.
Al sur de Perpignan, cerca de los Campos de Saint Cyprien y de Argelés sur Mer, se encuentra la Maternidad de Elne. La Maternidad suiza de Elne fue un refugio verdadero y un oasis de humanidad entre 1939 y 1944, cuando los nazis la clausuraron. Allí nacieron 597 hijos de refugiadas de la Guerra Civil española. El testimonio sencillo y emotivo de la enfermera que lo fundó, Elisabeth Eidenbenz, evocando aquellos días, se puede ver en un video explicativo, que se ofrece en la Maternidad. Todo aquello nos trajo del recuerdo el pensamiento de Hannah Arendt, que señala que es la natalidad y no la mortalidad, la que debe ser categoría central en el pensamiento político, pues “cuando nace un niño nace de nuevo la Humanidad entera.”
La Memoria democrática sí nos ayuda a entender el mundo.
Solo me queda despedirme de “aquellos días azules”, con algunas de las palabras que soltamos al viento en honor de Antonio Machado.
“….A veces las cosas se ponen difíciles y es mejor estar bien acompañados. Acompañados por personas honestas y capaces de afrontar el Destino. Así, nos tranquiliza saber que siempre podremos recurrir a Machado para fortalecer nuestra moral y nuestro valor….”
Murcia, Noviembre, 2024.
El autor del artículo, José Gálvez, primero izquierda, Annie Lamarque, consejera municipal de Cultiura, Pedro Gálvez, el alcalde Guy LLobet, Luis Gálvez y Francois Desclaux
José Gálvez Muñoz es médico reumatólogo, jubilado del servicio nacional de salud. Habiendo dedicado sus años jóvenes al estudio y creación de literatura médica, ahora nos regala su tiempo y humanidad con el cultivo de la filosofía, el arte y la literatura, y su divulgación.
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