Otro aparente ejemplo de sabiduría.
UNA CITA DE ERICH FROMM
Lo malo de esta época en que está ausente la lectura es -por ejemplo- la proliferación de citas. Las citas han escondido tras ellas, casi siempre, a un imitador de un pedante. Alguien que se hacía pasar por un lector de determinado autor. Ahora ya ni eso. El "fake", el disimulo, solo existe cuando se quiere aparentar: No es el caso. Ahora ya no se simula poseer la lectura de un autor, el conocimiento profundo de una obra, lo cual conlleva saber emplear citas de la misma con cierta autoridad y experiencia, comprendiendo su contexto.
Las citas, hoy día, no solo son triviales y miméticas copias de citas leídas en internet, píldoras adobadas de autores y obras que nadie ha leído, extraídas de su raíz y contexto (y que sólo demuestran que uno ha leído, o para el caso, oído la cita); son también la excusa para vendernos un mensaje.
Además, la cita arrancada, que pretende lucir como una perla, se convierte casi automáticamente en una gilipollez -dicho en madrileño. Hasta el autor (al que se le atribuye, como responsable de tal pensamiento amputado) nos parece un zafio.
Digo esto por lo que me ha ocurrido hace poco con una cita, nada menos, que de Erich Fromm. Dice así:
“Si no eres feliz con todo lo que tienes, tampoco lo serás con todo lo que te falta". Esta cita la he leído esta mañana en una carta de un lector de periódico (soy muy aficionado a este género de comunicación y, en general, a la lectura de los periódicos, de los que leo desde la fecha del día hasta la editorial, y por supuesto las cartas de los lectores, los pronósticos del tiempo, las noticias curiosas, menos las políticas, y no llego a leer los horarios de misa -lo que sí hacía un buen amigo mío- porque no sé nada, que dijo aquel griego...)
Pues, créeme que he pasado toda la mañana dándole vueltas a la cita de marras. Y aún ahora, al caer la tarde de domingo, sigo buscándole sentido. Precisamente lo que nos falta es aquello que anhelamos porque da sentido a nuestro vivir, o porque nos daría la felicidad que ansíamos o al menos la dicha que hemos perdido. Lo que nos falta es lo que nos hace un corazón humano, es decir, no una autosatisfecha máquina.
He buscado en mi memoria de lector de Fromm. No soy especialista en este psicólogo-filósofo. Mis lecturas de Fromm se remontan a mis años jóvenes, es cierto. Pero recuerdo que su filosofía de la realización humana distinguía, a veces con demasiada simpleza, entre ser y tener. Si analizo la sentencia de la cita, leyendo tener como posesión de cosas -en el sentido, creo, en que entiende Erich Fromm tener (no he podido encontrar el libro ni siquiera el contexto más amplio de la frase, buscando en internet, donde sí se repite en miles de espejos la sentencia, extrayendo interpretaciones todas ellas basadas en el malentendido de dicho verbo), en efecto, la propiedad de más cosas no te hace feliz. Pero esto es tan trivial, que lo dijera o no Fromm, no merecería ningún relieve especial. Fromm sería un pensador tan burdo como perogrullesco. A veces, las citas no benefician a la reputación del autor o sabio aducido como autoridad.
No diré más. Ya digo. No conozco la obra de la que tantos supuestos lectores internautas han extraído la cita. Puedes comprobarlo por ti mismo, en una consulta rápida: miles de entradas sobre mindfulness, la felicidad como actitud, la psicología positiva, la salud y la mente, la mente sana, se presentan bajo esta perogrullesca cita, que, además, falsea al autor, pues olvida que tener significa, para Fromm, poseer, no ser, y precisamente lo que nos falta, lo que nos completa nuestro ser, incluso lo que tenemos pero en ausencia, como saben bien los poetas y los enamorados, es lo que constituiría nuestra felicidad. Así que en resumen podríamos decir, mejor:
"Si no eres feliz con lo que eres, busca lo que te falta para completarte."
Interpretar a Fromm de manera banal produce el efecto de una parálisis vital, aparte de -si lo piensas- introducirte en un vacío y una angustia sin salida: evidentemente, si no eres feliz con lo que tienes, tendrías que suicidarte ya (o conformarte), pues tampoco vas a ser feliz con lo que nunca tendrás. Pero es que Erich Fromm no establece un principio positivo con esta sentencia, sino una línea negativa, un desvío del tener al ser. En el campo del ser, donde es difícil encontrar saciedad y satisfacción, las faltas, las ausencias son positivas. Como el pensar en una persona ausente es un modo de tenerla en el corazón y todo lo que se tiene ahí nos enriquece. Somos esas faltas. Je suis un autre. (Me retiro con esta cita, perdona. ¿De Rimbaud?)
Fulgencio Martínez
24-9-2023
a mi madre, in memoriam
ÁGORA DIGITAL / DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE FM / SEPTIMBRE 2023
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