COMISARIOS POLÍTICOS POR LA CUOTA FEMINISTA EN EL MINISTERIO DE CULTURA DE ESPAÑA
En los últimos años, en España, se ha intensificado hasta el ridículo la imposición de condiciones previas a la hora de conceder un premio literario, una ayuda a la creación en cualquier disciplina artística, el apoyo a la producción de una película o simplemente la presencia o no en la escena cultural. Las facilidades para la divulgación y publicidad de una obra se deciden a priori por criterios que no son literarios o artísticos. Todo ello en perjuicio propiamente -y casi en primer lugar- de los autores favorecidos, quienes, sin embargo, están encantados de su suerte, con poca o ninguna conciencia autónoma de artista o escritor independiente. Las obras de estos privilegiados oportunistas pueden ser buenas o malas, no sé (como siempre, el tiempo lo dirá) pero lo que está claro es que sobre esas obras pende ruido de sospecha de favoritismo y oportunismo, apaños que en nada benefician a su presentación ante un lector que no comulgue de antemano con la ideología de sus padrinos.
Estas obras apadrinadas lo son por criterios extraartísticos del tipo ideológico (obras sumisas a criterios políticos de izquierda, derecha o extrema izquierda o extrema derecha; obras que siguen el catecismo de una o varias sectas políticas que instrumentalizan una lengua regional supuestamente marginada, consiguiendo -esa ideología sectaria, no la lengua supuesta víctima de marginación- erigirse en un pequeño dictador, más allá de lo lingüístico, en cualquier ámbito de la vida de las personas (en su trabajo, en sus derechos laborales, de educación, etc).
También hay otras obras apadrinadas que gozan del criterio "feminista", además del criterio político oportunista. Es ridículo, así, que en el jurado del Premio Nacional de Poesía, que otorga el Ministerio de Cultura, destaque la presencia de una comisaria política, Rosa María García Rayego, "por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid".
Pobre poesía española, escrita con libertad -no lo dudo- pero premiada por criterios extraliterarios. Le deseamos a la autora premiada un buen disfrute de las monedas de su premio, y al Ministro de Cultura, le damos nuestra enhorabuena, por comprar tan barato a los escritores.
Fulgencio Martínez
Llevas toda la razón. El jurado solo debería valorar la calidad literaria.
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