Articulo publicado en el periódico LA OPINIÓN de Murcia. (8-1-2020), con el título: Con el hijo de Fernando Múgica. Enlace:
https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2020/01/08/hijo-fernando-mugica/1081069.html
"Me ha impresionado esta carta porque he entendido por ella la soledad de una familia, víctima de la violencia nazi de los fascistasunos en Euskadi. Una familia que representó y representa los mejores valores españoles y socialistas, así como la cultura y el cosmopolitismo"
MI ADHESIÓN A LA CARTA DEL HIJO DE FERNANDO MÚGICA
La carta del hijo de Fernando Múgica
(publicada el día 5 y que pueden encontrar en internet) es un redoble de
conciencia, como diría Blas de Otero, dirigido a los españoles y a
las españolas, quienes independientemente de su ideología partidista creen que
hay límites éticos al tacticismo del poder. Fernando Múgica fue asesinado de un
tiro en la nuca por la banda terrorista ETA en presencia de su hijo, el
autor de la misiva al político Pedro Sánchez, quien ha recibido el apoyo
pasivo de Bildu, heredera de ETA.
Vaya por delante mi adhesión, por motivos muy
personales, a lo expresado en la carta, tanto en el fondo como en la forma, y
más allá de cualquier coyuntura o lectura partidista. Mi adhesión es en
términos absolutos: ante el mal absoluto no cabe otro término relativo.
Leo en la carta el sentimiento de frustración y
de incomprensión que expresan hoy (un hoy que no es solo una fecha
física) las palabras del hijo que tuvo que presenciar el asesinato cruel de su
padre. A pesar de los años transcurridos, hay dolores que renacen cuando se les
trata de abonar con el olvido y la banalidad, como denunció Hanna Arendt
respecto a los crímenes nazis. De Sánchez, un dirigente del PSOE, no se podía
esperar que arrojara esa capa de banalidad al dolor de una víctima con la cual nos
identificamos muchos españoles, de izquierdas y de derechas. Pierde, así,
Sánchez cualquier adelanto moral: él no es mejor que el peor. Vencerá (porque
lo querrá así la fuerza del número) pero no convencerá.
Personalmente, me ha impresionado esta
carta porque he entendido por ella la soledad de una familia, víctima de la
violencia nazi de los fascistasunos en Euskadi. Una familia que representó
y representa los mejores valores españoles y socialistas, así como la cultura y
el cosmopolitismo. Por todo ello, precisamente, odiada con tanta inquina por la
mano de la ignorancia que mata.
Y porque es una familia a la que en parte conocí
y con la que me unen lazos de gratitud desde mi juventud.
En mi juventud conocí a Enrique Múgica,
hermano de Fernando Múgica; como éste, Enrique fue dirigente político
socialista, de origen judío, luchador contra el nazismo y el franquismo, además
de escritor e intelectual que, a principios de los ochenta del siglo pasado,
nos convocaba en Madrid a unos cuantos poetas con ocasión, por ejemplo, de un
homenaje a Francisco de Quevedo en Villanueva de los Infantes. Allí
acudí, como jovencísimo poeta, de apenas 19 o 20 años, junto con grandes como Luis
Rosales: todo podía ser si ponía su empeño un apasionado de la cultura y
del socialismo renovador como Enrique Múgica. ¡Aquellos años ochenta que
llevaron al PSOE, a España y a la cultura impulsada por jóvenes y consagrados a
escribir una esperanzada página!
Me presentó Enrique a su hijo Daniel, enseguida,
nada más bajar del autocar que nos llevó a Villanueva de los Infantes, el
pueblo manchego donde pasó sus últimos días el poeta madrileño.
Daniel era más joven que yo, era casi un niño, y
le apasionaba, como a uno más de nosotros, conversar sobre poesía. Nos cogimos
cierta simpatía y no paramos de hablar y de beber, como dicen que deben hacer
los poetas.
Cuando, más tarde, miré la fecha de nacimiento
del escritor Daniel Múgica (1967) en uno de sus libros, y la comparé con la mía
(1960) deduje que aquel adolescente que sabía tanto de literatura apenas
tendría entonces doce o trece años.
FULGENCIO MARTÍNEZ
Profesor de Filosofía y escritor
Leer aquí LA CARTA DE MÚGICA:
https://www.elespanol.com/
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