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miércoles, 15 de diciembre de 2021

Cien poemas iluminadores y reconfortantes ("Después del paraíso", de Luis Alberto de Cuenca). Por Francisco Javier Díez de Revenga /Bibliotheca Grammatica/ avance de revista Ágora digital 11/ Ágora-papeles de arte gramático

 


 Después del Paraíso

Luis Alberto de Cuenca

Ed. Visor, Madrid. 2021


Cien poemas iluminadores y reconfortantes ("Después del paraíso", de Luis Alberto de Cuenca)

por Francisco Javier Díez de Revenga

 

         Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) acaba de publicar, en la colección Palabra de Honor, de Visor, su último libro de poemas, Después del paraíso, en el que reúne su producción poética escrita entre 2018 y 2021. El poeta ofrece en esta ocasión, tal como manifiesta en unas palabras preliminares, la poesía, su poesía, como liberación de las emboscadas del mundo contemporáneo que tiene preso al ser humano en permanente nostalgia de abnegación, sufrimiento y padecimientos diversos, sobre todo en los últimos meses, en los últimos años. Señala Luis Alberto que, después del paraíso, del que fuimos expulsados tras haber comido nuestra madre primigenia la fruta prohibida, el ser humano no ha hecho nada más que sufrir. Precisamente para mitigar y amortiguar tantos pesares surgió la poesía, que se convirtió en un arte de liberación por la palabra para mantener el pulso ante el reto irrenunciable de disfrutar de la vida.

         Reúne en este libro unos cien poemas escritos con ese fin y, desde luego, bien que lo logra el poeta, ya muy avezado en estas tareas liberadoras, porque, en todo caso, la sucesión de sus poemas, como suele ser marca de la casa, constituye una serie de encuentros con la realidad iluminadores y reconfortantes.

         Comparecen de nuevo en este libro los ámbitos predilectos del poeta, y, desde luego, entre ellos, la antigüedad clásica y la historia, que surge en un poema antológico de este libro consagrada como género literario. Por cierto, un poema dedicado a José Alcalá-Zamora Queipo de Llano, recordado historiador y añorado humanista, que supo dar a la historia un sentido humano y racional que parece haber desaparecido en tantos historiadores de nuestro tiempo. 

 

                                                                           Luis Alberto de Cuenca. Fuente: Cadena Ser
 

         Organiza el poeta su libro en cinco secciones, que contienen poemas cohesionados y relacionados entre sí, lo que fortifica la buena articulación estructural del volumen tan hermosamente editado. En la serie inicial, Costa Smeralda, hallamos al poeta de las fértiles lecturas y de las fidelidades intelectuales a que Luis Alberto tiene muy bien habituados a sus lectores. Los mitos y los personajes de la clasicidad renacida se combinan con esos poemas suyos tan de poeta, como el dedicado a reflexionar nada menos que sobre las virtudes del eneasílabo. Desde Safo a las fiestas del Buen Retiro en el siglo XVII (Velázquez, Meninas) pasando por las felices evocaciones de la convivencia con la amada, evidenciada esta felicidad en los pequeños detalles, en las imágenes indelebles e irrepetibles, que permanecen eternizadas por su fértil palabra poética.

Una buena sección de Epigramas amorosos recupera al poeta de los encuentros apasionantes con la inteligencia y la sorpresa, que la vida puede prodigar constantemente, prendiéndose a un determinado detalle, a una imagen que ha permanecido felizmente en la memoria, forjada con su la palabra inconfundible. Mientras duermo y otros poemas ofrece la mirada intensa del poeta lector, que revive, en los clásicos dilectos, pareceres que descubren realidades adversas de nuestro mundo que el lector podrá entender mejor si revive con las lecturas de Luis Alberto espacios que han permanecido silenciosos hasta que alguien, como él, los redescubre y los hace funcionar como esa liberación a que al principio aludíamos.

Es lo que afortunadamente sucede con la breve serie de la Suite virgiliana, rescate una vez más de un instrumento que cumple su fin como poesía liberadora del destierro al que fuimos condenados después del paraíso. Desde la Edad de Oro, tiempo feliz ya desdichadamente olvidado, al encuentro de Dido y Eneas cuando desde sus carros cruzan sus miradas, pasando por la tempestad que evoca un espléndido hexámetro, un mundo de pasión y de lealtad cierra esta serie, que se completa finalmente con la última, de Hojas sueltas, en la que vuelve a comparecer el Luis Alberto de Cuenca más fértil, lúcido y ameno. El que sabe como nadie forjar en su palabra poética mundos que seducen al lector, lo apacigua y lo convencen de que todavía, después del paraíso, las palabras hermosas mitigan desmanes mientras la vida surge invitando a ser disfrutada. Descubrirá el lector aquí, una vez más al dominador de la palabra, al indagador de clásicos argumentos con los que sorprender a su lector atento, y cautivarlo con los poemas de extensa andadura y con historia, pero también al creador de asombros repentinos como este inesperado haiku, titulado Jardín del deseo: «Tus buganvillas/ parecen de papel / y son de carne». O este otro, Del mythos al logos: «Desilusión: / es un avión o un pájaro, / no es Superman». O este último, con historia: Juana de Arco: «Doncella eterna, / siempreviva en las llamas / de tu coraje».

         

 

                                                                     Francisco Javier Díez de Revenga. Fuente: La Verdad

El artículo fue publicado en el periódico La Opinión de Murcia el sábado 4 de diciembre de 2021. Agradecemos al profesor Francisco Javier Díez de Revenga su deferencia con los lectores de Ágora.

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