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jueves, 25 de enero de 2024

A salto de mata. Fragmentos de un diario (2008-2016), de José Luis Zerón Huguet COMENTARIO DE LA “NOTA DEL AUTOR”. Por Fulgencio Martínez. Avance de Ágora 25 (Nueva Col.) Bibliotheca Grammatica

 


 

 

   A salto de mata. Fragmentos de un diario (2008-2016), de José Luis Zerón Huguet

COMENTARIO DE LA “NOTA DEL AUTOR”

 

La editorial ilicitana Frutos del Tiempo sacó, en el otoño de 2023, un diario del poeta y crítico José Luis Zerón Huguet, cuyo título está inspirado en otro de un maestro de la narrativa contemporánea, Paul Auster.

    A salto de mata. Fragmentos de un diario (2008-2016), es un gran homenaje a la literatura, no solo al novelista norteamericano al que con humildad el autor rinde tributo en el título de su libro. 

    En él, el lector o los lectores, diversos y cada quien con sus particulares intereses, encontrarán un menú atrayente; eso lo puedo asegurar. Decir que este libro multiforme y unitario a la vez -luego intentaré explicar ese último adjetivo-, a través de cada una de sus cuatro sendas, conduce a un festín, no es un gasto de retórica; ustedes mismos…

    Confieso que me senté ante el libro A salto de mata con una certeza previa; conocía la obra poética publicada de José Luis Zerón Huguet, la cual creo que está al mejor nivel de la poesía española actual “post-postmodernista”, que se reta a un decir absoluto; y había leído algunos “fragmentos” de este diario publicados en la revista Ágora.

    Inexcusable la lectura de la “Nota del autor”, con que se abre el volumen. Zerón Huguet reclama y consigue la atención de un lector, ya desde la obertura de la sinfonía que va a desplegar. Un libro del género diario es un cúmulo de sedimentos, de anotaciones, muchas de ellas de naturaleza tan heteróclita entre sí, a las que une o bien la yuxtaposición de fechas (la línea temporal, continua o discontinua), o bien una temática o unas temáticas recurrentes, especie de eje paradigmático o corte vertical que sirve para clasificar los “fragmentos”; o bien (y sin agotar las posibilidades de criterio selectivo o editorial) una voz, un tono, un estilo de comunicación, conseguido desde el inicio y mantenido. Este es el caso del libro de José Luis Zerón; pero en ello tendré ocasión de profundizar más tarde.

    El autor, en efecto, conjuga en su libro, como nos informa en la Nota preliminar, el intervalo cronológico de la escritura (2008-2016), remitiéndonos, pues, a una atmósfera temporal, cultural y también personal (autobiográfica, en el caso del autor), que si bien no se concreta en una data consignada a la cabecera de cada entrada del diario, sirve al lector para acercarle las referencias objetivas de los textos. Como bien observa Zerón, las anécdotas a que aluden algunos textos quizá tengan sentido para construir esa atmósfera, ese “tiempo” interno que todo relato ha de construir (bien lo enseñó Paul Ricoeur). Las nociones de relato, de tiempo y de fragmento van unidas al género diario, así como a todo arte de reconstrucción a partir de la memoria. (Quizá, podamos también abordar algo más esas nociones; de momento, apuntamos la condición narrativa del libro, temporal y fragmentaria: entendemos mejor ahora el acierto esencial del título: “A salto de mata” como alusión a esa condición contrapuntística, heterogénea tanto como afinada por una “selección” posterior: una autointerpretación).

    El segundo elemento de que se sirve Zerón Huguet, tal como dice en su Nota, para la construcción del libro A salta de mata, es el eje temático, paradigmático: en este caso, además, se trata de cuatro “sendas”, como la he denominado, o “secciones”: Raíces y rizomas, Magia cotidiana, Caminos, derivas, y Lampos. Esta última compuesta de aforismos. La primera, que se continúa en la tercera, compuesta de reflexiones estéticas, que abarcan desde la poesía, la música, la pintura, el cine, el paisaje, la literatura. Magia cotidiana, la segunda, es quizá la más personal: nos presenta el transcurso del autor a través de una pintura de sus sueños, su vivir diario en su entorno vital y familiar. Lampos es la serie más atípica, en un "diario" (si bien, no es inusual la presencia de aforismos en estos). Sin embargo, en la misma Nota, al explicar al lector el significado del término "lampo", el propio autor "diariza" su entrega de aforismos, es decir, le dota de temporalidad, temática biográfica, etc, como a los contenidos de las otras secciones.

    Como vemos, cada una de esas secciones en que se ofrecen los contenidos del libro presenta suficiente individualidad y variedad; de modo que cada una hace el papel de una cuerda distinta, sumándose a su vez, finalmente, al concierto y a la macrosección de instrumentos de cuerda que junto a otras líneas de elementos completan la obra. Pero, de nada valdría que esto fuera así en teoría, como arquitectura, como plástica, plan u organización de la misma; si el efecto acústico, de lectura, fuera ineficaz.

    El último -o penúltimo elemento- que quisiera señalar es el estilo, el tono de la escritura. En esta línea de instrumentos hay un solo vocalista, y en él descansa toda la responsabilidad de aquel efecto literario, acústico, mental y sonoro a la vez, y sobre todo, cordial, temporal, homogéneo, aglutinante, corroborador de la selección, y afirmativo, como nos propone el autor: ese tono natural, que combina la media distancia en la confidencia, sensibilidad, arte exquisito, actitud de alerta ante el narcisismo y la pedantería (adherencias del género diarístico), que nos invita a compartir y a disfrutar de la lucidez de la escritura, en este caso la de un poeta como José Luis Zerón, cercano en lo humano y magistral en lo literario, en esta su primera publicación en prosa: A salto de mata.

 

Como me he extendido mucho (como suelo) en este comentario, y veo que solo he comenzado a hacer el comento de la “Nota del Autor”, que inicia el libro, debo concluir con la cita de un fragmento de la primera sección del mismo. El autor lo dedica al gran maestro mexicano Octavio Paz. Estimo que también podrían aplicarse estas palabras al propio emisor de las mismas: José Luis Zerón Huguet.

“No puedo estar de acuerdo con los que creen —y son legión— que Octavio Paz es un poeta refinado y cerebral. Su poesía nace de una inteligencia lúcida no exenta de fuerza lírica. Me cuesta creer que haya tan pocos lectores que sientan la vida, el misterio, el fuego interior que transmiten los poemas de Libertad bajo palabra y que a pocos les conmueva El mono gramático, uno de los poemas en prosa más inteligentes, sí, y también más intensos de la literatura universal.”


                                                                         (A salto de mata. p. 25)

 

                                                          Fulgencio Martínez

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