DIÁLOGOS
PAUL VALÉRY
por José María Piñeiro
Paul Valéry
Diálogos
Ed. Antonio Machado Libros, col. Lectus
Septiembre de 2023
Trad. José Luis Arántegui, Carmen Santos
De vez en cuando, en el ámbito de la estética, o bien, en la historia de la misma, se produce un misterio que resulta tan fascinante en la operación de descifrarlo como productivo en sus expresiones varias: cuando desde una época determinada se interpreta o representa el arte o el pensamiento de otra.
Esto podemos comprobarlo, por ejemplo, en la utilización que la literatura gótica de principios del XIX hizo de ambientes medievales o de motivaciones egipcias y exóticas para construir sus ficciones, o, también, en cómo interpretó el simbolismo finisecular (XIX) el universo grecolatino y clásico a través de la literatura, la música o la pintura.
Podemos precisar más en esta dirección y citar: los mitos griegos en un Picasso, en un Debussy, en un Mallarmé, los hieratismos del arte antiguo presentes en el Art Decó, o los filósofos y dioses grecolatinos en la obra de un Paul Valéry.
Lo que está claro es que los recursos intelectuales de la época que versiona a otra se emplearán con mayor o menor audacia, que asomarán como potenciadores interesados de aspectos concretos de la época elegida, es decir, que las peculiaridades psicoculturales emergerán como signos del presente que ha decidido metamorfosearse. El resultado final de tales producciones podrá valorarse o bien como un ejercicio de notable hermenéutica, o bien como un juego superficial de apariencias. Una época que sueña con otra o nos mostrará una imagen disfrazada de sus propios delirios, o nos ilusionará con la invención de un horizonte creativo nuevo en el que varios mundos se nos presenten en fascinante complicidad.
A esta segunda modalidad corresponde la serie de Diálogos reunidos en este volumen y que resucitan el modelo platónico de enseñar e ilustrar la verdad y la esencia de las cosas a partir de la comunicación con el otro, el hacerse dialógico del pensamiento.
En estos textos Valéry nos demuestra su conocimiento de la obra de los clásicos y sin obsesivos ánimos mimetizadores, emprende una aventura verbal que desde su estilo preciso y harmonizante semeja una resurrección soberana del pensamiento griego aplicado a elementos varios.
Efectivamente, Valéry redescubre el espíritu clásico, pues su versión de las capacidades del mismo a través de estos Diálogos nos lleva a una imagen atemporal del curso de la reflexión: la razón se despliega aquí no como técnica previa sino como origen y modo legítimo del descubrimiento intelectual del mundo y de los diversos aspectos que ofrece cuando nos aproximamos al entresijo de las apariencias y analizamos nuestra percepción de las mismas.
El cuidado y la calma meticulosidad de Valéry son modélicos a la hora de afrontar el ámbito reflexivo sin olvidar la inspiración literaria desde el que aquel es vehiculado.
No podríamos hablar de meras recreaciones ni de sorda imitación. Lo que Valéry consigue está más allá de tales pretensiones. A partir del juego exquisito del pensamiento, Valéry no busca ni la ingenuidad de la originalidad ni la formalidad del tratado: viene a potenciar una disertación ya iniciada, a través del comentario que supone en sí la posibilidad dilucidatoria de una reflexión actual que tiende a matizar detalles y a explorarlos convergentemente, es decir, dentro de los marcos ya dados.
En el fondo, Valéry elogia la ilustre pedagogía con que se despliega la forma diálogo, y nos acerca, experimentando con el tiempo, a una permeabilidad intelectiva ejemplar: la que pertenece a la filosofía clásica y que él se dedica a explotar literariamente, demostrando su perenne actualidad.
En alguno de los pasajes de estas piezas, va muy lejos en lo que se refiere a la estricta intertextualidad, ya que aquí el objetivo no es, precisamente, la legitimación del pastiche ni la práctica de la inerme variación mimetizadora: estamos ante el despliegue natural de una hermenéutica cuyo resultado no se presenta bajo un balance o una crítica sino en forma de obra literario-filosófica.
Un texto filosófico no se puede inercialmente copiar sin que deslicemos grados de nuestra propia lectura de los contenidos. Por ello destaco aquí que el ejercicio intertextual no se despliega sólo a través del gesto estilístico sino que supone una actualización de una gran herencia conceptual.
Valéry realiza esa “actualización” siendo totalmente moderno en el manejo de su frase. Es decir, no incurre en la anacronía ni evidencia sabores redichos de la formulación prosística. Su elegancia reside en ello y su valor consiste en que habla desde Platón, desde Sócrates o desde Lucrecio sin inventar sino aprovechando, recreando brillantemente el curso intelectivo y razonador que tales autores posibilitan. Valéry sabe, pues, comulgar con el propósito del clásico, articula un símil del pensar antiguo, es decir, viene a afirmar un lenguaje común.
José María Piñeiro (Orihuela, Alicante, 1963). Ha publicado en 2023 Suma de auras (Frutos del tiempo, Elche) y en 2015 Ars fragminis (Ed. Celesta). En poesía, es autor de Las raíces del velo (2019, Ed. Celesta), Profano demiurgo (2013) y Margen harmónico (2010), entre otros poemarios. Fue uno de los fundadores de la revista Empireuma, y Premio Andrés Salom de Ensayo breve en 2011. Blog del autor: http://empireuma.blogspot.com/
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