NUESTROS MAESTROS
DON SEM TOB DE CARRIÓN
Non val el açor menos
por nacer de mal nido
nin los enxemplos buenos
por los dezir judío.
Mal es la soledad,
mas peor es compaña
de homre sin verdad
que a omre engaña.
Vivió por tierras de Palencia y de Soria. Se conoce que fue un líder de las aljamas judías de Castilla, en el bélico y culto siglo XIV que se desarrolló en la Península Ibérica. Fue el Marqués de Santillana, el gran poeta y erudito, nuestro primer humanista, quien dio título a la obra que le ha dado renombre al Don Sem, los “Proverbios morales”. Otras obras, escritas en hebreo, por quien dominaba este idioma, junto con el arameo, el latín, el árabe y el castellano, son apenas conocidas, o, incluso, se perdieron.
Sem Tob de Carrión fue un poeta alegre, lleno de sal y dotado de la ironía amable a la vez que de un verbo un punto retador y orgulloso (antecedente de Góngora y de Luis Cernuda). Portador de un hermoso ritmo, en castellano, que recortó del alejandrino del mester de clerecía, convirtiendo el verso de 14 con su cesura en medio de los dos hemistiquios, en sendos versos heptasílabos. Maravilla la estrofa cuarteta heptasílaba de rima asonante que vino a inventar, casi sin querer, para nuestra historia de la poesía. Sin darse mucha más importancia, salvo en lo de nombrarse Don Sem Tob. (¿Le perdonamos el “Don”, que debió ser reivindicación de su condición letrada, en su época? Su equivalente debía ser, en hebreo, rabí o “rabbi”, maestro, docto; no rabino en sentido religioso). Su nombre: Sem Tob significa “Buen nombre”. שֵׁם es “Sem”, nombre. Sem fue uno de los hijos de Noé. “Tob” significa “bueno”. En hebreo, טוב. Si leemos ahora de derecha a izquierda, tenemos las letras del nombre del poeta:
שם טוב
De izquierda a derecha, a nuestra manera:
Sem Tob
Otro de los inventos de este sabio y arriscado poeta, que le hacía sisas al latín de la clerecía, fue un tipo de rima, ni en asonante ni en consonante, llamada ex homoioteleuton, es decir, a partir de la coincidencia en los sonidos (la sílaba) finales (telos, final: homoio; igual; homonioteleuton: acabado igual). Ejemplos de algunos sonidos finales del verso: temen / comen; necio / vicio.
sabio que ha por premia
de servir señor neçio:
toda otra lazería
ant' esta es gran viçio.
el sabio que tiene por premio
servir a señor necio:
cualquier otra enfermedad
ante ésta es un gran placer.
Algunos ejemplos más de rimas recogemos de esta breve antología de los “Proverbios” de Sem Tob, disponible en el siguiente enlace:
https://www.biblioteca-antologica.org/es/wp-content/uploads/2017/07/SEM-TOB-Proverbios-morales.pdf
Un ejemplo en rima ex homoioteleuton:
Las bestias e las aves
una dotra non temen,
nin an menester llaves,
con miedo que las tomen.
A veces combina rima asonante en los pares con rima ex homoioteleuton, como en esta secuencia:
Omre la su arqueta
de çerrar olvidando,
quanto en ella meta,
todo será furtado.
A los sus omres tenga
ojo e bien los cuente,
syn que de fuera venga
otro que çelo furte.
Y en otro momento, tras haber escrito “Yo querrié más yazer / solo en la montaña”… desarrolla su queja:
yazer en la montaña
a peligro de sierpes,
e non entre compaña
d' omres pesados torpes.
Como aquel de las sevillanas del “Probe Miguel”, que se fue a la montaña… Lo culto y lo popular tienen ecos imprevistos…
Hay otro documento, disponible en Dialnet, de Marcelino García Velasco, cuya lectura aconsejo: “El Rabí Don Sem Tob, judío de Carrión, visto por un poeta a través de su obra "Glosas de sabiduría" o "Proverbios morales”.”
“El siglo XIV, que es en el que vive Sem Tob, sabemos que lo llenan Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, Pero López de Ayala y D. Juan Manuel” (escribe García Velasco).
Los poemas de Sem Tob ponen el acento en el hombre, omre, homre, en la grafía medieval. Sus proverbios tratan de la necedad, de la envidia, la codicia, la insatisfacción y amargura—causas que dentro del propio hombre le llevan al mal y a la infelicidad—; pero también del orgullo legítimo (como el que Cernuda atribuye a otro grande de la literatura española, Góngora, también judío), el valor del saber, del “cálamo”, como dice en otro libro don Sem: del hermoso y noble saber y oficio de la escritura.
Sus Proverbios tienen un fin didáctico, en el fondo: nos previenen para evitar la cuita, la infelicidad, diríamos hoy, o al menos, para llevar un vivir menos cuitado de aquel que “nos merecemos”. Pero, ese ardid didáctico no es otra cosa que un cauce que hace fluir, sin desbordarse, la amargura, la gran amargura del poeta, su elegía por y a veces su clamor contra una humanidad necia, que se causa o agudiza sus propios males.
Su condición de judío, de intelectual, y de español no son ajenas a estos sentimientos de extrañamiento de la existencia y de inconformidad con todo. El Español es, ante todo, un inconforme, primeramente consigo mismo. Heterodoxo, por naturaleza. Su heterodoxia no es a primera ni a última de tipo intelectual, sino vital, histórica, su inmediata respuesta al mundo y a sus mismos intentos de dominarlo o de adaptarse a él. Yo, Acedo (Azedo, o Açedo), español de cinco letras, leo el famoso título del otro sabio tocayo de García Velasco, don Marcelino Menéndez Pelayo: “Historia de los heterodoxos españoles”, poniendo el acento sustantivo en “españoles”, a los que antecede el adjetivo calificador de “heterodoxos”, según una audición que tuve y que ningún dato de experiencia me lo desmiente hasta ahora.
Omre cuerdo non ría
quand' entronpeçar 'otre,
nin tome alegría
de su pesar: pues omre
seguro non ha tal
qu' a él non acaesca.
El hombre cuerdo no ría
cuando otro tropiece,
ni tome alegría
de su pesar: pues no hay hombre
seguro de que tal cosa
a él no le suceda.
“Nos dice D. Américo Castro (cito de nuevo a García Velasco) que Sem Tob fue el primer caso de poeta de auténtica expresión lírica, el primero en poetizar la belleza de las flores a través de un sentir de experiencia personal, y el primero en el que la poesía toma una cobertura intelectual, y el primero en el que aparece el tema del amargo vivir, propio -señala- del hispanohebreo.
Amargor que le lleva a una concepción totalmente pesimista en todo el poema y que culmina en estos versos:
"Omre bien venturado
nunca naçió jamás
si non el que cuidado
non ha de valer más:
omre rafez, astroso,
tal que non ha vergüença
éste bive viçioso:
que non le faze fuerça
de que nunca más vala,
nin es meenoscabado
por vestir capa mala;
robando del mercado
dos panes, se govierna
e de fruta que furta,
e en cada taberna
beve fasta que s' farta.
Éste sólo en mundo
vive sabrosa vida."
Hombre bienaventurado
nunca nació jamás
sino aquel que no tiene
aspiración de valer más:
hombre grosero, desastrado,
tal que no siente vergüenza,
éste vive placenteramente:
porque no le preocupa
mejorar su estado,
ni siente menoscabo
por vestir capa mala;
robando en el mercado
dos panes y con la fruta
que hurta, se sustenta,
y en cada taberna
bebe hasta que se harta.
Sólo éste en el mundo
vive una sabrosa vida.
Para Américo Castro, "LOS PROVERBIOS MORALES" son el único texto anterior al siglo XV con referencia a cuestiones no sólo de saber y doctrina, sino puramente intelectuales, a lo que hoy llamaríamos cultura."
Yo querrié más yazer
solo en la montaña,
yazer en la montaña
a peligro de sierpes,
e non entre compaña
d' omres pesados torpes.
Yo preferiría más yacer
solo en la montaña,
yacer en la montaña
con peligro de las serpientes
que no en compañía
de hombres pesados, torpes.
La insatisfacción del poeta no es menor que su orgullo, la estima de sí, por su saber y su libertad de escoger a quien sirve, y así advierte en estas cuatro maravillosas cuartetas:
Tres son los que más biven
cuitados, segunt cuido,
e de los que más deven
dolerse tod' el mundo:
fidalgo que mester
ha al omre villano
e con mengua meter
se viene en su mano...
e justo que, mandado
de señor tortiçero,
ha de fazer forçado;
e el otro tercero,
sabio que ha por premia
de servir señor neçio:
toda otra lazería
ant' esta es gran viçio.
Tres son los que viven
más infelices, según creo,
y de los que más debe
dolerse todo el mundo:
hidalgo que tiene necesidad
de hombre villano
y con mengua se viene
a meter en sus manos…
el justo que, mandado
por señor torticero
ha de obrar forzado;
y el otro tercero,
el sabio que tiene por premio
servir a señor necio:
cualquier otra enfermedad
ante ésta es un gran placer.
En ese siglo de grandes escritores, eligió pasar como lo recordamos; casi oculto, como aconsejaba el griego Epicuro.
“Mal conocido, D. Sem Tob, ha pasado como poeta de letra pequeña a los manuales de Literatura entre los autores del siglo XIV”. (García Velasco)
Se le ha tratado de empequeñecer, desde la lectura blanca de hoy (¿Somos “los de hoy” otros o los mismos necios de los que huye el poeta?). Su poesía sería meramente de circunstancias, una poesía útil, pragmática -no digas “pragmatista” porque los necios preguntarían qué es eso de pragmatista (y no les vamos a explicar que “pragmatista” es lo que de verdad es la literatura de Sem Tob, pues trata de los pragmata, de los temas de la vida ordinaria. Lo gnómico es un ingrediente, de esa poesía pragmatista, del vivir humano ordinario).
Casi concluimos con estas reflexiones finales de Marcelino García Velasco, en el texto que citamos:
“A simple vista parece, o puede parecer, desde esta óptica fría de los primeros alientos temporales del siglo XXI, que el rabí Sem Tob, o Santob el judío, escriba este poema de casi tres mil versos como pretexto para reclamar al rey D. Pedro I de Castilla una deuda contraída por su padre, Alfonso XI, o una merced prometida y no cumplida.
Y puede que sea cierto. Y puede que ésta sea una razón primaría. Aunque hoy, por creer que ya estamos de vuelta de todo, nos equivocamos muy a menudo y nos pasamos de listos. Lo que sí es verdad es que la intención del poeta va a quedar desbordada por la propia materia del poema, o que, por encima de su intención, haya otras intenciones.
No creo yo que todo este poema sea una excusa, tampoco, para la apología de un rey. Siempre fue edificante leer entre líneas, y más si el que escribe parece no estar seguro de todo lo que afirma, mejor, que en todo lo que afirma puede haber varias caras porque siempre habrá distintos ojos que las miren. Y todas están a la vista. Será cuestión de -con inteligencia- ir descubriéndolas."
Según puede leerse en la Wikipedia:
“En Soria, Sem Tob compuso su Debate entre el cálamo y las tijeras (1345), en hebreo. También se conservan diversas poesías, como una Súplica y otras poesías de carácter litúrgico. Tradujo del árabe al hebreo la obra litúrgica Preceptos temporales, de Israel ben Israel. Su última obra, en hebreo, pudo ser el Viddui, oración de penitencia, escrita durante la guerra de Pedro I y Enrique II, ya saqueada la aljama de Toledo. Se tradujo al castellano en 1553.
De su obra más famosa, los Proverbios morales, se han publicado cuatro ediciones modernas”.
Agustín García Calvo le dedicó un estudio magistral, que está publicado en su editorial Lucina, y antes en Alianza editorial: Sermón de glosas de sabios y otras rimas. Marcelino García Velasco lo valora así:
“el libro utilizado para conocer al poeta en profundidad a través de su obra, ha sido el de Agustín García Calvo, "DON SEM TOB: GLOSAS DE SABIDURÍA O PROVERBIOS MORALES Y OTRAS RIMAS".
Cita ese especialista la edición de Alianza Editorial (2ª edición, 1983, la primera de 1974), con otro título al de la edición definitiva en Lucina en 2000.
La editorial Sapere Aude, de Oviedo, ofrece una modernización del castellano del poeta palentino, al cuidado de Ilia Galán, quien también escribe prólogo y notas (el libro se titula Proverbios de sabiduría práctica, de Santob. 2014). (1) Y además del muy valioso texto de Marcelino García Velasco, del que nos hemos servido, el citado Ilia Galán publicó sobre nuestro poeta un estudio digno de destacar: Orígenes de la filosofía en español (actualidad del pensamiento hebreo de Santob), publicado por Dykinson, Madrid, 2013.
________________
(1). Hay una edición actualizada de esta obra, Ars Poetica, 2017, Oviedo (Col. Ars Antiqua):
Cf. https://www.arspoetica.es/libro/proverbios-de-sabiduria-practica_44094/
Andrés Acedo ha publicado, entre otros títulos, La baraja de Andrés Acedo, Libro del esplendor, Cancionero y rimas burlescas (Renacimiento, Sevilla), con edición de Fulgencio Martínez. Incluido en la antología La escritura plural. 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura (Ars poetica, Oviedo. Selección de Fulgencio Martínez. Prólogo de Luis Alberto de Cuenca).
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