Homenaje a Antonio Machado
María de los Ángeles Lonardi
Palabra en el tiempo
Te han despedido las encinas y el limonero
pero aún el aroma a tomillo revolotea en el cielo.
Oigo el eco que trae tu nombre y nace el verso.
Duerme Sevilla tu sueño.
También Castilla conoció tu sombra
y te dejó marchar.
Sólo alimentabas el sueño de una España nueva:
querías con todas tus fuerzas
que de una vez floreciera.
pero aún el aroma a tomillo revolotea en el cielo.
Oigo el eco que trae tu nombre y nace el verso.
Duerme Sevilla tu sueño.
También Castilla conoció tu sombra
y te dejó marchar.
Sólo alimentabas el sueño de una España nueva:
querías con todas tus fuerzas
que de una vez floreciera.
Algo clásico...algo romántico...
Héroe de tu hora dibujando en el viento
blandiste tu espada de puro verso
y mostraste al mundo tu corazón abierto.
No muy lejos, Leonor espera el reencuentro...
y te marchaste viajero incansable
hacia tu cielo poeta, la tierra de más allá
“ligero de equipaje, como hijo de la mar”
tal como querías, sin más.
Pero tu voz se distingue entre las voces
y a pesar del tiempo que transcurre implacable
tu voz vuelve y se hace escuchar.
Un coro de grillos cantando a la luna
compone tu música y me trae versos sencillos
pareados, cargados de fuerza inquebrantable.
Como tu huella perenne y serena
quisiera mi letra perdurar:
“sin perseguir la gloria/ ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción”.
y esos mundos sutiles amados por tu desdicha
como una flor marchita reflejan tu poesía.
Todavía hoy suena el eco prodigioso
de tu voz inacallada
en los paisajes que pinta el sol
bajo el cielo azul que te mirara.
Tus huellas marcan el camino: Caminante eterno
Caminante de Proverbios y Cantares
de un tiempo que fue.
De un ayer que sigue vivo.
En el crepúsculo, la tarde remolonea
y palpita tu recuerdo en la letra
de la memoria y de la idea.
blandiste tu espada de puro verso
y mostraste al mundo tu corazón abierto.
No muy lejos, Leonor espera el reencuentro...
y te marchaste viajero incansable
hacia tu cielo poeta, la tierra de más allá
“ligero de equipaje, como hijo de la mar”
tal como querías, sin más.
Pero tu voz se distingue entre las voces
y a pesar del tiempo que transcurre implacable
tu voz vuelve y se hace escuchar.
Un coro de grillos cantando a la luna
compone tu música y me trae versos sencillos
pareados, cargados de fuerza inquebrantable.
Como tu huella perenne y serena
quisiera mi letra perdurar:
“sin perseguir la gloria/ ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción”.
y esos mundos sutiles amados por tu desdicha
como una flor marchita reflejan tu poesía.
Todavía hoy suena el eco prodigioso
de tu voz inacallada
en los paisajes que pinta el sol
bajo el cielo azul que te mirara.
Tus huellas marcan el camino: Caminante eterno
Caminante de Proverbios y Cantares
de un tiempo que fue.
De un ayer que sigue vivo.
En el crepúsculo, la tarde remolonea
y palpita tu recuerdo en la letra
de la memoria y de la idea.
María De los Ángeles Lonardi nació
en Larroque, Provincia de Entre Ríos, Argentina en 1970. Es Profesora y
escritora. Desde 2002 se radicó en Almería y continúa relacionada con las
Letras.Ha participado en Encuentros de Escritores Nacionales e Internacionales
y obtenido los premios Literarios: "Por Una Memoria Viva de Madres de
Plaza de Mayo, Certamen Internacional" 20 de Junio "en Rosario, la Bienal de
Poesía" Horacio Rega Molina "de La Plata, Concurso Nacional
"Ayacucho 2001" en Buenos Aires, 1er Premio Poesía Asociación
"Juan de Uceda", 2003 y 3er. Premio Concurso Creativo 2004 en
Almería. Socia Fundadora de la Sección Gualeguaychú de la Sociedad
Argentina de Escritores (SADE). En 1997 publicó Amores y
en 2005 Entre Calamidades y milagros. Ha
sido incluida en varias Antologías publicadas en Argentina.
ÁGORA DIGITAL JULIO 2014
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