Pintura de JOSÉ AUGUSTO FERNÁNDEZ FRANCO, que ilustra la portada del libro LÍNEA DE CUMBRES, de FULGENCIO MARTÍNEZ
CINCO POEMAS DE LINEA DE
CUMBRES
(FULGENCIO MARTÍNEZ, ED. ADARVE, MADRID,
2020)
CUERPO COMPAÑERO
No estaba dentro sino a flor
de tierra
el sustento que buscabas, tan honda
y peregrinamente, compañero.
Cuerpo, compañero mío, servido
tan bien, y tan mal a veces, cuando
abría tus páginas y leía
su letra muerta solo, el espejismo,
exento de alma, de mis pensamientos.
Esos renglones con que me hablas tú
no los entiendo ni a veces los oigo
porque estoy quizá ocupado en cosas
profundas y que no tienen sentido.
Ahora que atardece ya, te libero
del peso de mis culpas
de mis penas y de mis alegrías;
y me redimes ya de tu servicio.
La noche nos hermana.
Vayamos juntos, cuerpo,
sin hacernos promesas
de amistad eterna, por esta noche.
FIDES (Poción mágica)
Toda la fe en la escritura
vuelve
en la escritura misma
cuando estamos a punto
de renunciar. Toda la mar abraza
a esta única gota que se hace cuenta
de la vida. Mirándome la mano
en lo oscuro, pasa un río de ceniza.
Un ápice de deslumbramiento mágico.
Un fondo de rocío bulle a ráfagas…
evoca el cielo nocturno estrellado.
deambular como un
ciego muchos días.
Que nadie se
equivoque: no elegimos.
Tan solo se decide
perseverar o no.
Los ojos del niño se divertían
cazando en un estanque
sus pensamientos, como ahora yo
sobre la hoja verde que gira en blanco.
Hoja de menta, delirio de olor
que nos quita el relente del aliento
y nos dora con ilusión los frutos
extraños que dejamos en la sombra
madurar. Los fantasmas sin sonido.
Los versos en los que se labra el alma
su vuelo sobre el olor a podrido…
Que nadie se confunda, que lea bien,
que nadie añada: “y su mortaja”.
Por verlo contigo valió la pena
deambular como un ciego muchos días.
Que nadie se equivoque: no elegimos.
Tan solo se decide perseverar o no.
TRAS LA PÉRDIDA DEL REINO SEGURO
No veo más que una extensión
de piedras
desde aquí, mecido en la copa del barco.
Los bárbaros se han sentado en los tronos
vacantes de los reyes. Vaga la locura
por el campo de batalla que ya es todo
el reino. Mudos son los ojos que ven
esta escena y no dan señales de alarma.
¿Dónde están mis almenas? ¿Dónde la ira
y el metal de los brazos que protegieron
a mis tiernos retoños? ¿Qué se hizo de ellos?
¿Dónde las lágrimas por lo huido lejos?
¿Y adónde el cuidado de nuevo se torna?
¡Qué terror en la mar de fieros vikingos!
POR UN BREVE TIEMPO
Suenan lejos, se acercan
casi sin vida,
regresan en tumulto y se alinean
junto a ti, al otro lado de la sábana.
-Las huellas que abandonaste
quieren, insisten, quieren todavía
volver en tu sueño.
¿Fueron testigos de tus errores o una hoja
que al azar pisaste en tu galopada?
Crees dominar el escenario de esta lucha,
al menos mientras al día puedas
agarrar de la camisa
y un pensamiento oponer a su carga:
que la vida nos presta su escoba de bruja
por un breve tiempo maravilloso.
(28-8-2006)
DEFENSA DE LA UTOPÍA
Son espejos, son islas
que cruzan de pie la noche.
Dos cuerpos apretados uno al otro
alejan cualquier pacto con el miedo;
se acuestan a levantar, desde sus ojos,
un nuevo mundo; por sus venas corre
una escala de verdes que no existen
-formidables, ágiles, fieros animales
recorriendo la selva sin espanto ni odio,
pese al humo insensato que avanza de la codicia,
contra el tiempo y la realidad, que les azuzan sus flechas.
Los brazos se han fundido en los brazos.
Las rocas ya se mueven en el mar
para posarse, blandas, bajo sus cabezas.
(30-8-2006)
REVISTA ÁGORA DIGITAL FEBRERO 2020
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