ORACIÓN POR ANTONIO MACHADO
Se fue con su canción
al umbral de un reino silencioso.
Nos dejó a su espalda el trabajo
de encender cada día el hogar
con rabia al mañana vacío.
Enseñó lo que pueden hacer
juntas la rabia y la idea,
supo hacer del llanto belleza.
Luchó el maestro por una España
clara, donde el cielo fuera amigo.
Por sacarle a su tierra la espina
que durante siglos le dejaron
clavada; no renunció Antonio
a soñar un futuro mejor.
Hoy que enmudecen su estatua
los hielos del imperio, he querido,
humildemente, leer junto a ti
los versos de Antonio Machado
para infundirte ánimo y fe
en estos tiempos difíciles.
Si alguna vez la poesía
llevó un aliento de esperanza a alguien,
si a una sola mano ayudó a levantarse,
suplico hoy más que nunca, al dios
de los poetas, que sea generosa
contigo, joven amiga.
FULGENCIO MARTÍNEZ (del libro El año de la lentitud, en Madrid, por Huerga y Fierro editores, en Marzo de 2013).
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