ANTONIO MACHADO RUIZ. IN MEMORIAM, 86 AÑOS DESPUÉS
por José Martínez Giménez
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora.
G. A. Bécquer (Rima I)
Yo sé de un mundo que es infeliz
a pesar de su mayoría de edad.
Sé de otros que pasan la vida
intentando descubrir
esa otra parte suya,
que compense su existencia.
Y de quien excava
hasta el más allá
del centro de la nada,
para eso:
para no encontrar nada,
y continuar sin apreciar
diferencia en nada,
aun sabiendo que el Universo
brota de la Nada.
Coexisten diversos tipos de mundos
aquellos que con más ahínco
buscan el amor, el verdadero,
y nunca jamás gozaron de su afecto.
Existe un mundo de valores nobles
que reclama la rosa joven
u otoñal que conlleve
vital amanecer,
un tiempo justo capaz
de sentir y beber sincero placer,
en el que sus vibraciones sean
capaces de generar
haces de luz e ilusión,
donde sus apretados pétalos
se reencarnen día a día
al libar de la esencia jugosa
que elabora el buen amar.
J. Martínez Giménez (A Antonio Machado, in memoriam)
INTRODUCCIÓN
Hemos de trasladarnos a Sevilla, ciudad emblemática para Andalucía, para España y el mundo. Una ciudad a cuyos puertos arribaran los mayores tesoros del Continente americano por estar tan unida por la desembocadura del Guadalquivir al Océano Atlántico. Donde tres siglos más tarde, sobre 1871, por esa desembocadura un grupo de delfines subió despistado, o con ánimo de juguetear y los sevillanos acudieron en masa a las orillas y malecones del Guadalquivir para verlos juguetear río arriba y río abajo.
Allí, entre tantas gentes se dieron a conocer dos personas: Antonio Machado Álvarez (nacido en Santiago de Compostela) y Ana Ruiz Hernández, ambos sevillanos de nacimiento, pero Ana, era de madre murciana, -Totana - y de ese encuentro se formaría un matrimonio y con él, el nacimiento de varios hijos.
Doña Ana Ruiz Hernández, madre de los Machados. La madre de doña Ana era de Totana, Murcia.
CAMINO
En esta breve biografía recorreremos el camino del amor, que el poeta y maestro anduvo sin cuitas y con ellas, siendo alumno de las musas, donde poesía y sentimiento hicieron de él, un caminante enamorado.
Solo la muerte le separó de la poesía, ese mundo tan maravilloso y cargado de sutileza, de sapiencia, y por qué no de adversidades.[1]
Patio de Palacio de Las Dueñas. Sevilla.
El 26 de Julio de 1875, Ciudad de Sevilla, en el Palacio de Las Dueñas que tenían arrendado junto a otras familias, los padres de los Machado, a la Duquesa de Alba, se celebran dos acontecimientos entrañables:
Primero, la onomástica de SANTA ANA. Ana Ruiz era hija de Isabel Hernández Oller, oriunda de Totana, Murcia, nacida el día 22 de octubre de 1820.
Segundo; el nacimiento de un niño, ANTONIO MACHADO RUIZ.
Como se sabe, los recuerdos de infancia, la nostalgia del ayer es común en todos y no iba a ser menos en la de Antonio.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero.
Sin temor a la equivocación, este gran hombre fue precisamente por su sencillez, un gran poeta, por su concepto de concebir formas de vida y asimilar la muerte, además, porque lo dejó escrito en unos versos que le nacen prematuramente en RETRATO.
Pienso que el poeta debe sentirse siempre identificado con lo popular, con el pueblo, con el sentir, dejando plasmado todo aquello que sea realidad, llámese alegría, dolor, guerra, paz, etc. porque el poeta no debe inhibirse de nada de lo que le ocurra al mundo
Nos dice el poeta que tiene "gotas de sangre jacobina en las venas" y esa inclinación revolucionaria le viene engendrada de su bisabuelo paterno José Álvarez Guerra, quien formó un batallón de voluntarios para luchar contra los franceses en 1808, durante aquél memorable Dos de Mayo.
Machado tiene, además, profundas raíces familiares de talante liberal y también de influencia intelectual, tanto por parte de su abuelo materno, que era catedrático y Rector de la Universidad de Sevilla, Licenciado en Letras y en Derecho.
De su abuelo paterno, considerado un iniciador de los estudios prehistóricos de España, y que fundó en colaboración con Federico de Castro, la Revista de Filosofía y Ciencias.
Siendo con el mandato provisional del General Prim, Gobernador de Sevilla.
En cuanto al padre del poeta, se sabe que fundó la revista "El Folklore Andaluz" (1881) y publicó varias obras, por ello el mundo del folclore lamentó su muerte prematura.
En el año de 1883 marchan a Madrid, son ya cuatro hermanos: Manuel, Antonio, José y Joaquín, después nacería Cipriana.
Antonio estudia en el Instituto Escuela de la Institución Libre que había fundado Francisco Giner de los Ríos el 29 de Octubre de 1876.
Antonio termina sus estudios en el S. Isidro, y los amplia en el Cardenal Cisneros.
De estos dos Institutos salieron personajes como Tierno Galván; Cela; Jacinto Benavente; Fernando Fernán Gómez; Julián Marías; José Luis Garci; entre otros.
En 1898 Antonio marcha a París, con su hermano Manolo, para hacer de traductores para la firma Garnier. Pero la estancia en París es muy breve. Antonio vuelve a Madrid, es ahora en 1899, cuando empieza a escribir sus primeros poemas.
En París 1902 conoce al poeta Rubén Darío, va esta vez Antonio, como canciller del Consulado de Guatemala.
Es entonces cuando compone: GALERÍAS Y OTROS POEMAS, EL VIAJERO, y publica su primer libro de Soledades, de 1905, y Rubén Darío le dedica un poema a Antonio. He ahí unos versos de ese poema, que bien le definen:
Misterioso y silencioso
iba una y otra vez.
Su mirada era tan profunda
que apenas se podía ver.
...................
Era luminoso y profundo
como era hombre de buena fe.
A los treinta años,1905, prepara oposiciones a cátedra de francés. En 1907 consigue plaza, y elige el Instituto de Soria.
En esta ciudad, cambia en su interior la poesía y la vida, el poeta se asoma a la tierra de España. Pasa el tiempo, y por fin le llama algo maravilloso. ¡el amor!
El amor surge con fuerza entre Antonio y Leonor Izquierdo Cuevas, (1894 / 1912) hija de los dueños de la pensión donde reside. Tan enamorados, él, con 34 años, y ella, Leonor con 15, el 30 de Julio de 1909 se casan en Soria.
Al poco tiempo marchan a París, pues le conceden beca para estudiar Filología Francesa.
Breve, muy breve, les resulta esta vida placentera y dulce, a los enamorados. Pues la joven esposa, recae de tuberculosis en París, y no teniendo remedio optan por regresar a Soria.
Pero el retorno a Soria y la cercanía a Almenar, su cuna, no surge el efecto deseado, porque ella, Leonor, la joven esposa del profesor no mejora.
Es en Agosto de 1912, con 18 años, cuando le llega la muerte temprana, a la que poco después se convertiría también en la musa fundamental del veterano y sufrido profesor. La desolación entra en Antonio. Y su amor sale de las sombras de su lucidez. Como testimonio de su amor por Leonor, compone algunos poemas, subrayando que no es amor ficticio, si no real. “Señor ya me robaste lo que más quería”. Poco después intenta suicidarse en el Espino. Ese mismo año publica Campos de Castilla, posiblemente su libro más exitoso, donde se incluye el poema titulado "A un olmo seco", bella alegoría en la que un olmo sacudido por el rayo es referencia metafórica de una esposa de entrañas carcomidas.
Se ha dicho, que la poesía de Antonio Machado no es "amorosa" si no "enamorada", habitada por la nostalgia y el recuerdo de la mujer amada.
Antonio marcha a Baeza para siete años, roto por la pérdida. Iba acompañado por su madre. Corría 1912.
Más tarde, fue profesor en Segovia y en Madrid.
La mañana del 18 de Julio de1936, llega la Guerra Civil. Antonio se encuentra en Masdrid, su hermano Manuel en Burgos.
A las doce de una mañana de los últimos días de Noviembre de 1936, sale de su casa de Madrid.
Por fin se ha decidido a viajar, y lo hace hacia Valencia con su hermano José, su madre, y sobrinas Leonor y Eulalia, con las que coincidí en Baeza, Barcelona, Colliure y en mi ciudad, Las Torres de Cotillas Murcia , invitadas por ACULTAMAR.
Leonor[2], hija de Francisco, y Eulalia[3], hija de José, todavía muy niñas pero que según me decían: es que “el chache Antonio” (como ellas le llamaban cariñosamente) recibe a muchas visitas y siempre estaba escribiendo, así como José, no dejaba de dibujar, durante más de diez y siete meses. Se instalaron en Rocafort, de donde partirán hacia Barcelona.
Ya no se separarían madre e hijo, hasta unos días antes de la muerte de ambos.
Antonio se hospeda en Barcelona en el Hotel Majestic. Poco después la Duquesa de Moragas (de la que mi buen amigo Guillermo Pizarro i Borrás dice: yo la conocí, y sé que era una gran Señora) le cedió la Torre de Castañer, situada en el paseo de S. Gervasio nº 21, donde enfermó.
En la tarde del 22 de enero, le visitaron dos buenos amigos y el Rector de la Universidad de Barcelona, quien le incluyó en un grupo de intelectuales que iban a ser evacuados en ambulancias.
Su hermano José cuenta que en las calles de Barcelona flotaba en la atmósfera como un negro presentimiento, de que algo grave y transcendental estaba a punto de ocurrir.
Esa misma noche, salen Antonio y los suyos, dejando atrás inmensas iluminaciones, debido a los bombardeos continuos que sufría la ciudad catalana.
-“Tengo la certeza de que el extranjero
significa para mí la muerte.”
A. Machado.
El camino del exilio era inevitable y Francia era, como mínimo, la primera etapa de su odisea.
El 23 de Enero, el grupo llega a Gerona. Con los grandes atascos, y la amenaza de la aviación, se logra llegar a Cerviá de Ter, donde pernoctaron cuatro días, en una casa en ruinas. El 27 de Enero hicieron parada en Más Faixat, allí se les unieron el grupo de profesores universitarios.
Machado (centro), camino de la frontera francesa.
El poeta... silencioso. Esa fue su última noche en España.
El sábado 28 amaneció lluvioso, debido a eso y a la gente que se acumulaba en la carretera hubieron de abandonar las ambulancias y continuar a pie hasta llegar a la Frontera.
“ - Antonio, siempre resignado y silencioso contemplaba a la madre con su fino pelo blanco pegado a las sienes por el la lluvia, que se deslizaba por su bello rostro como claro velo de lágrimas”.
JOSÉ MACHADO
Apunta el célebre historiador madrileño, Manuel Tuñón de Lara:
- En la frontera un grupo de Senegaleses le cubría.
Cruzan las cadenas de la frontera, y en Cerbère el grupo duerme en un vagón.
El 29, Antonio, su madre, su hermano José y su mujer Matea Monedero toman un tren. Machado no quiere ir a París, por su estado físico y su moral; decide bajar del tren y quedarse en un pueblecito costero, serían las cinco y media de la tarde.
Quizá, intentando no perder, y seguir acariciando un poco de sol de su España, y pasados veinte minutos, bajan a Colliure, donde se supone que debería pasar un tiempo de sosiego, tras su partida de Barcelona.
Explica Francisco Jerez: "Machado ha enflaquecido notablemente/ su figura otrora robusta/ aparece hoy avejentada y flácida."
Ya en Colliure, Machado, anda vacilante apoyado en su hermano, deteniéndose frente a la mercería de la señora Juliette Figueres.
Mercería de Madame Figueres (Collioure)
La enfermedad iba minando poco a poco, pues, sus bronquios no se habían repuesto; era un empedernido fumador y el tiempo no perdona, y el asma, había hecho del cuerpo de Antonio su mansión. Su madre también se encontraba terriblemente enferma.
El 18 de Febrero, el médico le diagnostica neumonía.
No hablaba, solo pedía al hijo de Madame Quintana que conectara la radio, para escuchar noticias de España.
Siempre solitario y pensativo como le define "Rubén Darío" salió a dar una vuelta por la cercana playa.
Antonio le dijo a su hermano José: “Cuando ya no hay porvenir por estar cerrado el horizonte a toda esperanza, es ya la muerte lo que llega”.
Algunas veces se oyó decir: ¡Madre! ¡adiós, madre!, sin saber, que ella, su madre en la habitación contigua, no le podía oír, porque se hallaba sumida en un coma profundo.
En los últimos días de su existencia ¿en qué pensaría el poeta y maestro?
DE SU INFANCIA: Son recuerdos de un patio de Sevilla.
DE LEONOR: Dice la esperanza: "Un día la verás / si bien esperas."
EN SU HERMANO MANUEL: Aviva tu recuerdo hermano / no sabemos de quien va a ser el mañana.
Un 22 de Febrero, Miércoles de Ceniza, día de Santa Leonor.
A las cuatro de la tarde como... el diestro que espera la salida de su primer astado y sin poder evitarlo, le asesta la mortal cornada.
Dañado en su corazón y su alma, posiblemente sin poder saciarse de todo cuanto hubiese deseado beber, del elixir que llena el recipiente de la poesía, muere Antonio Machado Ruiz, en Colliure (Francia).
La U.R.S.S. estaba dispuesta a acogerlo en su país, como huésped de honor. También la Universidad de Cambridge le ofreció un lectorado. Fue enterrado tan sencillamente como había vivido.
Ana Ruiz, madre del poeta, muere el 25 de Febrero y nunca supo que su hijo Antonio había muerto, ni que había sido enterrado en un panteón familiar de Colliure, que le fue prestado, hasta que llegó el día en que los dueños lo necesitaron. Ella fue enterrada junto a él.
Su hermano José halló en el abrigo de Antonio este verso en un papel:
"Estos días azules y este sol de la infancia."
Por ello hemos de pensar que fueron los últimos que debió escribir el poeta y hombre bueno.
Es indudable que, a partir de su muerte, ha quedado en todos nosotros una huella penetrante poética de Antonio, abriendo en el ser humano una herida profunda, pero que no es suya totalmente, también pertenece a los más de medio millón de exiliados que tuvieron que salir por la Frontera pirenaica, hasta alcanzar nuestra nación vecina, Francia, y a él, a Antonio los que quedaron le eligieron como un guía para alcanzar la democracia, un mito, que, como vemos hoy se ha hecho imborrable, por tanto, eterno.
Muestra de ello, Soria y Colliure hermanados, La Ruta de la Retirada. Concentraciones en las playas en San Ciprian, Argelés, cantando su amado himno defendido, y otros muchos territorios franceses y españoles y del mundo.
A los encuentros celebrados en Argelés (Argèles-sur-Mer) y San Ciprian (“Saint-Cyprien”) de exiliados residentes en países americanos, rusos y otros, hijos y nietos de “aquellos,”, de actos de hermandad de ciudades francesas y españolas con presencia de alcaldes, representantes de asociaciones republicanas en territorio francés y otros países, hay que añadir todos y cada uno de los pequeños actos de recuerdo al poeta en cualquier población española.
José Martínez Giménez
En Las Torres De Cotillas Murcia, España
El autor del artículo, José Martínez Giménez (izq), junto al hijo pequeño de Juliette Figueres, dueña de la mercería donde atendieron a Machado y a su madre. Cortesía del autor, foto de febrero 2015.
José Martínez Giménez (Los Pulpites, Las Torres de Cotillas – Murcia). Poeta, conferenciante. Presidente de la Asociación Cultural Antonio Machado Ruiz (ACULTAMAR). Delegado del Liceo Poético de Benidorm (Alicante). Es también Miembro de la UNEE, Unión Nacional de Escritores Españoles.
Ha publicado más de una veintena de libros y dirige el programa radiofónico "El poeta, su voz y su alma", en Onda 92multimedia.
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[1] En Viajes Nocturnos por el Mar (libro editado por el autor de este artículo, José Martínez Giménez) hay versos vinculados al amor, exilio, dolor y muerte del poeta universal Antonio Machado. (Nota del E.)
[2] Leonor falleció en Madrid en 2017. (Nota del E.)
[3] Eulalia Machado Monedero falleció en Madrid en 2011.
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