RAMÓN SIJÉ
El 16 de noviembre de 2013 se cumplirán cien años del nacimiento de Ramón Sijé. Escritor oriolano, amigo y mentor de Miguel Hernández, quien le dedicó su "Elegía a Ramón Sijé", al conocer la muerte de este, en las navidades de 1935. Sijé dejó inédito un ensayo La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas, que presentó al Premio Nacional de Literatura (actualmente, se encuentra publicado por el Instituto de Estudios Levantinos).
A lo largo de estos meses hasta fin de año, ÁGORA DIGITAL dedicará varios artículos a la celebración del escritor Ramón Sijé, cuya obra merecería mejor y más amplio conocimiento.
RAMÓN SIJÉ
por Francisco
Javier Díez de Revenga
Se conmemora este año 2013 el centenario del nacimiento de Ramón Sijé,
cuyo nombre es conocido en el hispanismo universal por ser el destinatario de
uno de los poemas más originales y valorados de la poesía española del siglo
XX: la «Elegía» que Miguel Hernández escribió a su muerte en los últimos días
de 1935 y que publicó la Revista de
Occidente, con esta célebre dedicatoria: «En Orihuela, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería». El poema formaría
parte del libro de Hernández, de 1936, El
rayo que no cesa. José Marín Gutiérrez (ese era su nombre, con cuyas letras
creó el anagrama de su seudónimo) nació en Orihuela hace ahora cien años, el 16
de noviembre de 1913 y murió, en plena juventud, el 24 de diciembre de 1935.
Como señala Aitor L. Larrabide, en su estudio Ramón Sije. La claridad del aire, «la relación de amistad y
pupilaje intelectual de Sijé sobre Miguel
Hernández ha hecho correr ríos de tinta entre algunos conspicuos
críticos […] Pese a quien pese, una entrañable amistad unió a los dos
escritores oriolanos, por encima de ideologías y de la distancia.» Tanto Sijé
como Hernández tuvieron en aquellos años treinta una relación muy intensa con
Murcia. Sabemos, por los documentos que da a conocer Larrabide que Sijé fue el
promotor de la edición de Perito en lunas,
el primer libro de Hernández, publicado en Murcia en 1933, y quien lo había puesto
en contacto con la editorial murciana Sudeste para su publicación. Se conservan
cartas de Raimundo de los Reyes, editor de Sudeste, que demuestran hasta qué
punto Sijé estaba empeñado en la publicación del libro ante su amigo murciano,
que en el verano de 1932 aún no conocía a Miguel.
Nuestro casi paisano Miguel Hernández (Hijo Adoptivo de la ciudad de
Murcia desde 2010), hombre de la huerta del Segura y muy cercano físicamente a
Murcia, compartió con los escritores del grupo de Sudeste sus problemas y sus
éxitos. Buen amigo de José Ballester, de Carmen Conde, de Antonio Oliver o de
Raimundo de los Reyes, venía frecuentemente a Murcia a publicar sus primeros
escritos junto a Ramón Sijé, que pone prólogo, breve y concentrado, a su Perito en lunas.
El joven Ramón Sijé fundó la revista El Gallo Crisis, órgano de expresión típico de su mente poderosa,
inteligente y angustiada por un riguroso humanismo militante, por un
cristianismo de lucha, y, como
Hernández, colaboró en La Verdad de
Murcia, aunque con menor frecuencia, sin duda por haber tenido la suerte de
poder contar con su propia revista. La página de «Letras y Artes» del periódico
murciano de 1 de enero de 1933, recogió tres artículos suyos muy interesantes
para entender su personalidad.
El primero se titula El
barroquismo como constante histórica, donde comenta con entusiasmo las
ideas expresadas por Eugenio D'Ors que culmina en frases elogiosas muy de su
estilo. Véase el final de esta defensa del barroco como constante de nuestra
historia: «Canten arcángeles cultura. Pascal llora páginas patéticas. Si lo
anormal del clasicismo es la estatua, lo morboso del barroquismo es la danza.
Clamen lúgubres rigideces clásicas, griten cánones de severidad y elegancia.
Alborócense rientes supervitalidades barrocas. Siglos de siempre, retadoras
columnas del XVIII. Por incógnitas razones la hormona tiene sutilezas de
danzarina».
Otro de los textos es una Canción
de novia en Navidad oculta, prosa de meditación religiosa sobre la
tentación de los sentidos de joven pío y atormentado ante la sexualidad. El
texto es complejo y fuerte, cortante como lo es siempre la prosa de Sijé. Y el
tercero de los textos, más libresco, aunque también personal, es una crítica de
la obra de Aleixandre Espadas como labios,
poesía que «flota un escepticismo, productor de poética impresa, que da miedo y
frío». El trabajo, titulado Vicente
Aleixandre, Santo Tomás novísimo de la poesía española, lleva a cabo una
relación entre nuestro Premio Nobel y el dominico de Aquino muy curiosa y, por
supuesto, insólita en la crítica de Aleixandre.
Lo cierto es que Sijé era un poco genial e inesperado y, sobre todo,
como ferviente católico, sus enfoques de las cosas, las personas y las ideas
van en una línea muy peculiar, en el espíritu precisamente que informaba el
pensamiento de El Gallo Crisis. A un
siglo de su nacimiento, Sijé es un escritor olvidado, aunque su nombre
permanezca en la historia literaria como destinatario de la tan famosa elegía.
El artículo del Catedrático de Literatura de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga fue publicado en el periódico La Opinión de Murcia, el viernes 13 de septiembre de 2013, en su sección semanal "Literatura".
REVISTA ÁGORA DIGITAL SEPTIEMBRE 2013
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