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miércoles, 22 de octubre de 2025

"EL LUJO DE LOS POETAS POBRES", DE VALERIU STANCU. Una lectura, selección y comentario de poemas. Por Fulgencio Martínez / Ágora-Papeles de Arte Gramático. N. 34. Otoño 2025. Nueva Colección / Vitrina / Presentación de un libro

 


EL LUJO DE LOS POETAS POBRES, DE VALERIU STANCU. Una lectura, selección y comentario de poemas

 

 

El lujo de los poetas pobres

Valeriu Stancu

Publicado en Perú, Colección de Poesía Universal

Editorial Santa Rabia Poetry, 2025

Traducción al español de Nathalie Bittoun-Debruyne

y Josep M. Sala-Valldaura


 

 

                                                                                Valeriu Stancu. Fuente: souffleinedits.com

 

 

El gran poeta rumano Valeriu Stancu ha publicado en Perú un volumen de versos traducidos al español con el título de El lujo de los poetas pobres. Los poemas de Stancu están vertidos a un español musical, moderno y verdaderamente sabroso, en ritmo, precisión semántica, coloquialismo, expresión natural, nada suena a prefabricado ni siquiera hay una preposición mal puesta o que falte (errores que he visto son muy comunes a las traducciones al español, bien por venir del francés o bien por traducirse a una sintaxis "hispana" degradada, o descuidada, más bien, por falta de dominio del español en el traductor). No es el caso en las traducciones de este poemario, por parte de los dos traductores, Nathalie Bittoun-Debruyne y Josep M. Sala-Valldaura.

Además, las versiones recogen los tonos, diversos, en cada grupo de poemas. Desde el tono irónico, al de la amargura desengañada, o al tono epigramático-didáctico, que extrae una lección con validez universal de la propia experiencia. Y está también presente el tono de denuncia, de reivindicación de la memoria del dolor y de la injusticia, en esos poemas que me han emocionado tanto y que casi diría son lo mejor del libro, los poemas de crítica a la represión del comunismo, los poemas de la abuela y esa pequeña obra maestra que es el poema: "Navidad iluminada sin chucherías ni espumillón".

 

Navidad iluminada sin chucherías ni espumillón

 

Cuando era niño,

la casa de mis padres no tenía chimenea;

así que, para alegrarla,

los agentes de la policía secreta le prendieron fuego.

Era justo antes de Navidad y Año Nuevo,

y las llamas que engullían nuestra casa

se elevaban hacia el cielo, como los fuegos artificiales:         

alegría sustituida por el miedo y el terror.

Entonces vi mi casa adornada por lenguas de fuego,

como el árbol de Navidad que mis padres

habían decorado con chucherías y espumillón.

Fue la Navidad más «brillante» de mi vida,       

me hechizó, y para siempre envenenó mi sangre

contra el comunismo.

 

Josep M. Sala-Valdaura, dice en el prólogo del libro El lujo de los poetas pobres:

 

Durante muchos siglos hemos creído en la secular distinción del sabio Aristóteles: “No corresponde al poeta decir lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, esto es, lo posible según la verosimilitud y la necesidad”, mientras que el historiador “dice lo que ha sucedido”. Sin embargo, hoy la veracidad se ha desleído entre mentiras, la historia ha dejado de ser verosímil… y, leyendo El lujo de los poetas pobres, me he dado cuenta de que es la poesía la que nos dice “lo que ha sucedido” en el fondo y de verdad.

 

Pero quisiera destacar algunas líneas maestras del poemario.

El libro muestra dos partes diferenciadas, aunque ambas se presentan como perspectivas sobre una misma cuestión, entiendo: el lugar y el destino del poeta y de la poesía en el mundo de hoy. Este tema central está desarrollado a lo largo del poemario, y su conexión progresiva con otros temas vitales (la memoria sentimental del poeta, o el desengaño y los motivos de la fe renovada en la palabra), produce el salto, en la segunda parte del libro, a una lírica profundamente arraigada en la memoria de un tiempo de silencio, muerte, y represión del cual la poesía es capaz de despegar, y como en el poema final dedicado a Don Quijote, levantarse desde la derrota y el cansancio, sabiéndose heredero de algo muy noble, posiblemente, entiendo, de aquellos sueños que animaron a los libros: "supe que tenía el don de leer / los labios de los muertos". Libros donde se escribieron las gestas de todas nuestras derrotas pero también de las maravillosas y cotidianas pequeñas victorias casi milagrosas. Y recordemos aquello de que no hay libros sobre la felicidad, parafraseando aquel inicio de Tolstoi, de Ana Karenina: que no hay novelas sobre las familias felices.

Pero, personalmente, me gusta mucho algún otro grupo de poemas (en la primera parte sobre todo) que son apuntes, donde la voz lírica captura en una instantánea el otoño, el tiempo atmosférico, breves joyas. O esos otros íntimos, donde también se sugiere la referencia concreta temporal, en este caso, agosto... Por ejemplo: El poema "Los Manuscritos -senos floreciendo bajo los besos", y otro tipo de composición, pequeña elegía autobiográfica, como ese poema genial, que es uno de mis favoritos, "Non omnis moriar".

 

“Non omnis moriar”

 

Algunos manuscritos dispersos,

algunos libros que envejecerán

y morirán en estanterías polvorientas,

los cuadros que miro cada día,

palabras sin sentido,

pecados que nadie conoce,

amores frustrados,

felicidades nunca alcanzadas,

una vida...

 

En esa línea, este lector sucumbe también al encanto de un poema como "El pasado que no he vivido", por su condensación y fuerza de comunicar, y su tono de confidencia aun desde cierta distancia.

 

el pasado que no he vivido

                                                                      

no me veo en ninguna                              

de las posiciones que me pueda ofrecer el futuro,

porque verme implica

un pasado

que no he vivido.

Los tiempos kafkianos me lo han robado.

Me basto a mí mismo

o, como decía con orgullo

en un poema de mi juventud,

¡«de mí eternamente a mí»!

 

Y destaco también los epígrafes 8, 9 y 10 del poema "Poesía - la lágrima que corre por el Paraíso". Esas tres composiciones o fragmentos tienen una unidad que llega a mi intuición (sé que hay otras partes de la poesía del libro más abstractas o intelectuales, que son extraordinarias y que leo con mucho placer del texto, pero prefiero aquellos poemas que me provocan la intuición, ese goce del texto, por diferenciar la expresión de Barthes, que me hacen sufrir o sentir algo que me golpea o me deja en puerta de conocer). El símbolo de la paloma asociada a Ulises, como guía en su toma de decisión ante el dilema de Scyla y Caribdis, la paloma como símbolo del consejo de Circe, es sencillamente un acierto extraordinario. Y antes la repetición, en orden alterno, quiasmático, de "en domingo nací / sí nací en domingo...

Esto me lleva a otro tipo de poemas, uno de los mejores, para mi gusto, en la línea del epigrama lírico (no satírico), el epigrama es un mundo que me interesa mucho en la escritura poética. Casi empieza con un aforismo o lo que diría el español Ramón Gómez de la Serna, una greguería (aunque no está ausente, en el poema de Stancu, el humor, la gracia; no es tampoco exactamente la metáfora a veces intrascendente de la greguería):  Me refiero al poema "La eternidad de las alas de las mariposas", otra pieza magistral.

 

la eternidad de las alas de las mariposas

 

El vientre materno es la obra de arte más enigmática.

 

Su eternidad no perdura en la piedra,

sino en el polen de las alas de las mariposas

guardianas de una tradición

que ni siquiera el crítico de arte más sagaz

ha canonizado aún.

 

Y ya que estamos en la segunda parte del poemario, destacaré otro texto poético existencial, como "El sueño de los supervivientes".

 

el sueño de los supervivientes

 

Desde hace un tiempo –no puedo decir desde cuándo,

porque todo se mantiene en secreto,

como las ordenanzas de emergencia de los gobiernos–,

las calles de mi barrio han enloquecido,

al amparo del sueño tranquilo

con el que la noche arropa a la gente.

De hecho, cabe decir que a los supervivientes

solo les queda una cosa: dormir.

Cuanto más profundo,

más largo,

más tranquilo,

tanto mejor

para la paz de los gobernantes indignos

y del Juez insomne.

 

Siempre nos exponemos al encanto de la expresión clara y los finales intensos, emotivos, en los poemas de Stancu. Aunque en esta parte del libro, la ironía y lo epigramático que busca extraer una lección universal (la ironía es siempre un recurso didáctico, en unos casos, o dialéctico, en otros; así que estamos en el ámbito de lo dialéctico y didáctico tanto en el tono irónico como en el epigramático), a pesar de esto, que valoro mucho en esta parte del libro, me quedaría, sobre todo, con los poemas de la memoria sentimental, y con esa extraordinaria verdad que contienen poemas donde de manera abierta la palabra hace, en poesía, testimonio de un tiempo. En pocos poetas rumanos (ya no digamos españoles) he visto como en el caso del poeta Valeriu Stancu una valiente denuncia del comunismo, escrita en un poema bello y verdadero como tal poema.

"La abuela y la interpretación de la Biblia", o "Moi qui criais famine...". Y además, ese otro poema visionario: "Las carreteras del vuelo". Y el gran poema de cierre: “El legado de Don Quijote”. Son muchas mis elecciones de poemas, citaré, como botón de muestra, este último texto:

 

El legado de Don Quijote

 

En aquella noche de misterio, silencio y soledad,

–una noche sin límites ni sueño–

cuando Don Quijote me nombró heredero de su hacienda,

sentí que su corazón se había cansado

y rondaba mis deseos,

donde quería reposar sus quimeras,

sus ilusiones,

sus derrotas,

sus pecados,

sus decepciones,

y sobre todo sus dulcineas...

 

Al día siguiente,

de madrugada,

cuando los molinos de viento despertaban sus egos,

un pequeño pavo real,

orgulloso,

se paseó por mi jardín,

hermoso como un cáliz lleno de néctar y ambrosía,

o como una tentación insatisfecha.

 

Desde aquella noche de misterio, silencio y soledad

–una noche sin límites ni sueño–

supe que tenía el don de leer

los labios de los muertos.

 

En suma, junto a la santa simplicidad, que es motus de la palabra poética esencial, buscada adrede y conseguida en El lujo de los poetas pobres, se dan en el libro diversos tonos y registros, que corresponden con poemas de acercamiento y distanciamiento de la materia vivida. 

 

¡Sancta simplicitas!

                                                                      

Las Escrituras engendran verdades

inquebrantables,

con la lógica del “¡cree y no preguntes!”.

¡Sancta simplicitas!

Mis labios nunca pronuncian

esa verdad inconfesable,

y mis ojos nunca la ven:

es

un discípulo en busca de un maestro,

un apóstol en busca de un Jesús,

al igual que los seis personajes de Pirandello

están eternamente en busca de un autor.

No siempre los caballos más veloces

son los primeros en llegar a la meta.

 

Y, por último: hay, en la introducción, magnífica, de Josep M. Sala-Valldaura una referencia a Agudeza y arte de ingenio: libro que escribió el escritor barroco Baltasar Gracián, autor de una obra maestra: El Criticón. Pues bien, el perspectivismo (como llaman los críticos a lo que hace en esta novela filosófica Gracián, como Cervantes en su "Quijote"), consistente en dar dos versiones no del todo distintas del mundo a través de dos protagonistas novelescos, idealismo o realismo en Quijote; pasión y razón en Gracián, se podría también aplicar como término aproximativo a la unidad de las dos partes del poemario de Valeriu Stancu. (La primera titulada: "Sobre poetas y poesía". La segunda, rotulada como “Sobre los acontecimientos milagrosos cotidianos”). Es la respuesta de este poeta europeo, Valeriu Stancu, a la pregunta hölderliana: “¿Para qué poetas en tiempo de miseria? / Pero son, te respondes, como los sacerdotes del dios de las viñas / que en la noche sagrada iban de un lugar en otro”.  

 

                                                F. Hölderlin

 

 El entusiasmo, el sentido despierto del misterio y el hogar de la palabra es lo que nos trasmiten los poetas, y nosotros al menos creemos que es lo que El lujo de los poetas pobres trasluce de la unidad de su discurso compartido entre el culto de la palabra poética y la celebración de lo cotidiano, aunque sea esa celebración a veces en sordina, desde un dolor sordo o desde cierto desengaño también cervantino y un poco gracianesco pero sin la amargura fría y el ceño de desdén del genio aragonés. Si tuviera que poner un subtítulo breve, sintético, a este gran libro de Valeriu Stancu, tendría que pedir prestado a otro genio español, el premio Nobel Juan Ramón Jiménez, que ejerció su magisterio poético también en Puerto Rico, este título de uno de sus aforismos: Raíces y alas

 

                                                   Juan Ramón Jiménez. Fotografía de Juan Guerrero
 

Raíces y alas. Pero que las alas arraiguen y que las raíces vuelen.

 

 


 

Este poeta europeo, como hemos dicho, educado en la tradición de la lengua francesa y en su poesía moderna (Rimbaud, a quien dedica uno de sus mejores poemarios Valeriu Stancu, aún no traducido en España; Valéry, Mallarmé, etc), también recoge toda la tradición poética de su lengua patrimonial rumana. Reconocido en Francia recientemente con el prestigioso Premio Mallarmé precisamente otorgado por su poemario Pusca insomniaca a lui Rimbaud / El rifle imsone de Rimbaud, Valeriu Stancu extiende sus raíces hacia toda la poesía europea contemporánea (un claro ejemplo es su dedicación a las antologías de poesía europea contemporánea que la editorial moldava Stiinta ha publicado; tres volúmenes hasta la actualidad).

 

 Y por otra parte, pero a la vez, arraiga sus alas poéticas en el mejor cuidado de la lengua rumana, como testimonian sus libros -el último, en una hermosa edición publicada en Iasi, por la editorial Junimea: Oarba vecie din minutare, y los anteriores: Ceremonia risipirii, el citado Pusca insomniaca a lui Rimbaud (2025, Iasi, Cronedit; publicado en francés por Editions PHI; Luxembourg, en 2024: L'insomniaque fusil de Rimbaud. Traducción en colaboración con Mariana Stancu) y Mintuirea prin necredinta. (No olvido que hay otro libro de Valeriu Stancu traducido al español: Autorretrato con maldición -Título original en rumano: Autoportret cu blestem. Traducción de Jorge Ernesto González Contreras, editado por El Colegio de Puebla y Mantis Editores, Guadalajara, México, en 2013).

         


 

 

 Fulgencio Martínez

            22-10-2025 


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