TERRALIDAD, poemas de verano 2025
Fulgencio Martínez
SALÓN DE JUEGO
Diré cómo nacisteis, sombras contemporáneas,
puertas tras de las que no se encuentra más que la memoria
[en huida,
vicios y virtudes sobre columnas rotas,
pendulares tiempos vacíos
que siguen la marea que nombra
una sola dirección: el culto de Narciso.
en duermevela o insomnes sobre un ring de boxeo;
fantasmales pulsaciones de un sinfín de solitarios
que apuestan en la mesa del becerro de oro
y siguen ante la ventanilla cerrada otro día más.
Diré lo que sufrimos: de vulgares impulsos
de ángeles y demonios familiares
induciéndonos a futuras pérdidas,
¡y hay tanto cómplice callado!
LA RELIGIÓN DEL PARTIDO
Cuánto esclavo teme
a la contera del bastón
y se inclina
ante el guante que besa.
Suelen cargar en sus hombros
el santo del partido.
La Poesía los fotograma
cogidos del brazo,
sirviendo de espejo sumiso
a otros esclavos más jóvenes.
COMPAÑERA DE LA NOCHE
Y tú, mi compañera.
A. Machado
Al que permanece en soledad
las noches roban los primeros albores
los días son el campo de la ausencia
del ser querido, añorado por tanto espejo,
que el cuerpo robado por las sombras
inesperadamente reaparece
Pero ni los espejos devuelven más de un latido.
La amada es un cadáver, un inacabado poema
que duerme ya entre el ruido de triviales coloquios.
MADRE
Madre,
ocupas el centro de mis recuerdos
cuando miro el acerico, la rosa en el vaso,
tu silla donde cada tarde te sentabas a coser.
No hay miedo de que el mar los trague.
3-7-2025
SOLO UN PROPÓSITO
A veces miro la calle Esther Festini solitaria.
Me refugio en el aliento amoroso
que me aguarda.
Y con infinita ternura me duermo confiado
que la noche no es eterna.
Carlos Zúñiga Segura
Solo hubo un propósito,
un único proyecto,
madre, y era vivir
como tú anunciaste:
a cada día su afán,
hay más días que longanizas,
era tu refrán preferido
para enseñarnos paciencia,
discreción, esmero, dedicación
a la hora, al momento, a esa
tarea o a aquella que nos exigía
tomarnos tiempo
y saber soltarlo.
LATIDO NUESTRO
Sobre el aire lento de las plazas
acuchillan a las palomas sin espacio
para batir en el corazón. Llegan tiempos
en los que no quieres vivir y buscas
ampararte en la sombra, como Sócrates,
bajo una estatua en el umbral de un gimnasio.
Miras las lisas hojas, los lirios, las sábanas
donde dormisteis tú y tus amadas
alas de antaño, y necesitas
urgentemente vomitar,
o saltar al vacío
o hacerte una solitaria desopilación
para acabar riendo de ti mismo y de todo.
El asombro no es una fruta ácida,
que no ha llegado a sazón;
es el ritmo, el latido de mi cerebro.
La poesía es una lengua muda.
No muerta, pero sí muda,
todavía y siempre, apuntando
a la verdad.
EL POEMA ES HIJO DE LA ALEGRÍA
1
La alegría es un labio imán
que escasamente luce enfrente.
Sean bienvenidos
por tanto
los atisbos,
las pequeñas y veloces grietas,
las firmes promesas vacuas
y las caricias de algodón sobre la herida.
Pero, sobre todo, sepan
los labios dispuestos a besar
que nunca estamos lejos de ellos
ni hartos, ni intransitivos
(aunque no les roguemos su abordaje).
Vive entre nosotros
un jardín que el otoño ha devastado,
mas se abre a la noticia de la primavera
desde un recuerdo sediento todavía…
2
La terralidad es suficiente motus
para encender los besos.
Al alba, vi el poema como un hijo
que no acaba de vivir. Pacientemente
le animé, le pedí que tomara cuerpo,
y hasta le di mi soplo, una forma.
Sin embargo, algo aún le faltaba
para que el decir fuera de verdad:
querer vivir, desangrarse y rehacerse
en la dudosa luz de la palabra.
Martes 8 de Julio 2025
FULGENCIO MARTÍNEZ
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