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jueves, 7 de agosto de 2025

TERRALIDAD, poemas de verano 2025 Fulgencio Martínez /EL HURÓN Y LA GALERÍA

 



TERRALIDAD, poemas de verano 2025

Fulgencio Martínez

 

                                 

 

 

            SALÓN DE JUEGO

 

                                      

    Diré cómo nacisteis, sombras contemporáneas,

    puertas tras de las que no se encuentra más que la memoria

                                                  [en huida,

    vicios y virtudes sobre columnas rotas,

    pendulares tiempos vacíos

    que siguen la marea que nombra

    una sola dirección: el culto de Narciso.

                       

    Digo que lo que he visto:
 
    obsesas figuras de cera, cantantes de sal,
     
    esqueletos sin canto, hombres como palimpsestos

    en duermevela o insomnes sobre un ring de boxeo;

                       

     anuncios martilleantes, impuras melodías,

     fantasmales pulsaciones de un sinfín de solitarios

     que apuestan en la mesa del becerro de oro

      y siguen ante la ventanilla cerrada otro día más.

                       

      Diré lo que sufrimos: de vulgares impulsos

      de ángeles y demonios familiares

      induciéndonos a futuras pérdidas,

      ¡y hay tanto cómplice callado!

                       

                       

 

              

            

LA RELIGIÓN DEL PARTIDO

 

Cuánto esclavo teme

 

a la contera del bastón

 

y se inclina

 

ante el guante que besa.

 

         Suelen cargar en sus hombros

         el santo del partido.

 

         La Poesía los fotograma

         cogidos del brazo,

         sirviendo de espejo sumiso

         a otros esclavos más jóvenes.


 

 

           COMPAÑERA DE LA NOCHE


                                               Y tú, mi compañera.

                                                    A. Machado

 

 

Al que permanece en soledad

las noches roban los primeros albores

los días son el campo de la ausencia

del ser querido, añorado por tanto espejo,

que el cuerpo robado por las sombras

inesperadamente reaparece

Pero ni los espejos devuelven más de un latido.

La amada es un cadáver, un inacabado poema

que duerme ya entre el ruido de triviales coloquios.

 

 

 

           

 

          MADRE

 

Madre,

ocupas el centro de mis recuerdos

cuando miro el acerico, la rosa en el vaso,

          tu silla donde cada tarde te sentabas a coser.

 

No hay miedo de que el mar los trague.

 

 

                                                           3-7-2025

 

 

 

          SOLO UN PROPÓSITO

 

 

A veces miro la calle Esther Festini solitaria.

Me refugio en el aliento amoroso

que me aguarda.

Y con infinita ternura me duermo confiado

que la noche no es eterna.

 

            Carlos Zúñiga Segura

 

 

Solo hubo un propósito, 

un único proyecto, 

madre, y era vivir

como tú anunciaste:

a cada día su afán, 

hay más días que longanizas,

era tu refrán preferido

para enseñarnos paciencia,

discreción, esmero, dedicación

a la hora, al momento, a esa

tarea o a aquella que nos exigía

tomarnos tiempo

y saber soltarlo.

 

 

LATIDO NUESTRO

 

 

Sobre el aire lento de las plazas

acuchillan a las palomas sin espacio

para batir en el corazón. Llegan tiempos

en los que no quieres vivir y buscas

ampararte en la sombra, como Sócrates,

bajo una estatua en el umbral de un gimnasio.

 

Miras las lisas hojas, los lirios, las sábanas

donde dormisteis tú y tus amadas

alas de antaño, y necesitas

urgentemente vomitar,

o saltar al vacío

o hacerte una solitaria desopilación

para acabar riendo de ti mismo y de todo.

 

El asombro no es una fruta ácida,

que no ha llegado a sazón;

es el ritmo, el latido de mi cerebro.

                                      

La poesía es una lengua muda.

No muerta, pero sí muda,

todavía y siempre, apuntando

a la verdad.

 


 


  

  

EL POEMA ES HIJO DE LA ALEGRÍA

 

                    1

 

La alegría es un labio imán

que escasamente luce enfrente.

Sean bienvenidos

por tanto

los atisbos,

las pequeñas y veloces grietas,

las firmes promesas vacuas

y las caricias de algodón sobre la herida.

Pero, sobre todo, sepan

los labios dispuestos a besar

que nunca estamos lejos de ellos

ni hartos, ni intransitivos

(aunque no les roguemos su abordaje).

Vive entre nosotros

un jardín que el otoño ha devastado,

mas se abre a la noticia de la primavera

desde un recuerdo sediento todavía…

 

 

          2

 

La terralidad es suficiente motus

para encender los besos.

 

Al alba, vi el poema como un hijo

que no acaba de vivir. Pacientemente

le animé, le pedí que tomara cuerpo,

y hasta le di mi soplo, una forma.

 

Sin embargo, algo aún le faltaba

para que el decir fuera de verdad:

querer vivir, desangrarse y rehacerse

en la dudosa luz de la palabra.

 

 

                                                 Martes 8 de Julio 2025

           FULGENCIO MARTÍNEZ





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