Artículo publicado en LA CRÓNICA DEL PAJARITO. ES http://www.lacronicadelpajarito.es/blog/fulgenciom/2015/01/camara-precio-un-imputado
Cámara: el precio de un imputado
Lunes, 19 de Enero de 2015
Miguel
Ángel Cámara ha comenzado a mover fichas para presentarse de nuevo a la
Alcaldía de Murcia. No debe confiar ya en su salida al Senado y ha
optado por seguir tirando de la tarjeta de crédito de alcalde. Ya nos
habíamos acostumbrado a ver su cara en las noticias sobre presunta
corrupción, pero lo que no hemos conocido es cuánto fondo tiene su
crédito. Un sector del PP está con él a beneficio de inventario; o sea,
esperan que Cámara renuncie antes de ser oficialmente elegido
alcaldable, para una vez comprobado su crédito, aceptar o no su
herencia. Es una estrategia bien urdida por sus amigos y deudos: te
apoyamos ahora, y si eres elegido candidato por el partido (lo que
significa que aún te ven crédito), entonces renuncias, tú ganas (pues
puedes pedir a cambio ser senador) y nosotros, a la vista de la
herencia, la asumimos o negociamos su embargo con otro sector del
partido que proponga otro nombre propio.
Hay, de fondo, un temor en
la camarilla a que las deudas de Cámara superen a las rentas electorales
que deja. De ahí que hayan tirado para adelante con ese farol
estratégico: es aún el momento, piensan; ya que todavía no se conoce
sino el gris del crédito de Cámara y se está aún por conocer el rojo.
Ya los ciudadanos
estamos al cabo de la calle de estos jueguecitos caciquiles que se dan
en el casino de los partidos. Es necesario que entre aire limpio, y si
es preciso, la autoridad competente para detener a los habituales de la
timba y en algún caso hacerles pagar a escote las consumiciones. Antes
de irse, que paguen.
Debería haber, en
democracia, una auditoría exigente de todo cargo público al final de su
mandato. La obligación de rendir cuentas ante el Estado no debería
esperar a la presentación de una imputación; sino ser una práctica por
defecto, autorregulativa. Se evitaría, de ese modo, que (dado que muchos
alcaldes se escudan repitiendo en el cargo durante años) las
acusaciones de presunta corrupción solo puedan recaer en el último tramo
de su gestión. La prescripción de los delitos debería replantearse
especialmente en los casos de gestores públicos, a la vista de la
sospecha popular de que quien es pillado una vez pudo haber hecho
cientos antes. Por eso, queridos niños, causa risa que un imputado
alegue presunción de inocencia cuando le pillan en una, y no exija, en
defensa de su honor, que se le investigue in toto. El precio de un imputado saldría, así, más caro.
Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y escritor
No hay comentarios:
Publicar un comentario