NAVIDAD 2025. NOVEDADES DE LIBROS RECOMENDADOS POR ÁGORA.
En poesía, "Los mitos incendiados", de José María Herranz; "Lento arder", de Jordi Doce; y "Aquel jardín", de José Luis Martínez Valero; en novela, "Panocho's metal", de Jesús Cánovas Martínez
José María Herranz ha publicado Los mitos incendiados (Libros del Mississippi, Madrid). El libro contiene poemas de diversa temática, siempre con la sabiduría y la belleza propias de la palabra de este autor madrileño. Especialmente interesante un conjunto de sonetos blancos, donde experimenta el poeta una melodía rota. "Besa la nada un instante patético / donde comienza el dolor sintagmático / a carcomer, cultural, polimórfico, / nuestro presente tristoso, quimérico". El poeta ha publicado también en 2025 "Hombre", un texto destacado como Finalista en el IX Certamen de poesía "Poeta Juan Calderón Matador". El libro se gestó -según su autor- en 1984 y fue reelaborado en 2012. Se publica ahora por Ediciones Agoeiro. "No fui un hombre sino en brazos ajenos", una búsqueda de la verdad personal perseguida en versos como esos, o estos otros: "¿quién soy? / dónde voy"// (...) son las tres de la tarde mastico mis arenas / muge la galerna".

Jordi Doce publica Lento arder / "Lente brûlure", en edición bilingüe franco-española. El texto está traducido al francés por Laurence Breysse-Chanet.
"Y
en la casa, de pronto / hay una habitación que falta, / que nadie
encontrará porque no existe / aunque ayer mismo estaba ahí / y su puerta
se abría por costumbre, (...) La poesía concisa, rítmica, de uno de los
más secretos poetas españoles, Jordi Doce. El libro ha sido publicado
como cuaderno número 1 de la colección Nimrod. En su dedicatoria: "Para
Marta Agudo, siempre".
José Luis Martínez Valero no había sacado libro de poemas desde "Puerto de sombra" (La Fea Burguesía, 2017). Vuelve con Aquel jardín (libro bellamente publicado en la misma editorial murciana, donde también ha publicado otros títulos de ensayo, como "Antología del Veintisiete en Murcia" o de narrativa: "Otoño en Babel").
"Aquel jardín" nos muestra a un poeta de la serenidad lograda a través del ejercicio cotidiano de la mirada amorosa a cuanto le rodea. Poemas de alta lírica, como "Astillero", donde la presencia del mar y las gentes del pueblo de Águilas, foco de la infancia del poeta, o de Cabo de Palos y La Manga, en Murcia, devienen una verdad intemporal. "Como si hubiesen mondado los huesos / de una gigantesca ballena, / como si royesen un esqueleto / sujeto por la quilla, / los carpinteros de ribera, / con golpes secos fijarán las tablas. // (...) "Todas las naves son huecas, / éste es su secreto. // Vaciad lo que hemos sido / para que naveguemos de continuo". Una cierta sapiencia oriental, presente en la poesía japonesa, transformada en José Luis Martínez Valero en aclaración de la nostalgia, en serenidad, o, aun a riesgo de oxímoron, en una nostalgia sin dolor, aceptación y amistad de lo vivido y convivido.




