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viernes, 4 de abril de 2025

POEMAS DE JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO EN HOMENAJE AL TRADUCTOR JOAQUÍN GARRIGÓS BUENO. ILUSTRADOS POR EL MISMO AUTOR / Co-lección Ágora. Avance de Ágora N. 32. Nueva Col.

 

                                                                                    Pendientes. Valero

 

POEMAS DE JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO EN HOMENAJE AL TRADUCTOR

JOAQUÍN GARRIGÓS BUENO. ILUSTRADOS POR EL MISMO AUTOR

 

 

                               TRADUCIR

 

Estos poemas son un homenaje al traductor Joaquín Garrigós Bueno. Nos conocimos en Murcia, curso 1964-1965, compartimos mesa en el Colegio Mayor, él estudiaba quinto de Derecho y yo Románicas. Aunque el mundo iba a cambiar muy pronto, nosotros lo desconocíamos. Casi todos estos versos corresponden a aquellos años.

Quizá todo poeta es un traductor. No se trata de sustituir la palabra rumana por el término castellano. Requiere un conocimiento profundo, sensitivo, inteligente, para enlazar, el texto objeto y su imagen reflejada en otra lengua, sin que la voz pierda su elasticidad, el sabor de cosa nueva.

Creo que Joaquín ha sido un excelente poeta, por eso traducía.

 

 

 

                                                          Sentado. Valero

 

AQUELLOS VERSOS

 

He pasado la vida entera

en busca de aquellos primeros versos,

que de niño alumbraban las mañanas.

Cuando muchacho, melancólico,

escribía unas torpes líneas,

que confesaban mi secreto amor.

Palabras misteriosas

cuyo sentido también he olvidado.

Desde entonces escribo

en busca siempre de algo

definitivamente

perdido:

aquella mañana, un secreto  

el lugar donde oculté mis palabras.     

 

 

 

                                                                                            Playa. Valero

 

MAR

 

Sólo la mar,

sólo la mar, eterna patria,

si viene al caso.

Sólo la mar

Con sus rocas y playas.

La mar, historia donde nada,

donde nada calla.

¡Traductor! Este es tu poema

 

 



 

                                                                                            Silla. Valero
 

SILENCIO

 

Silencio

para poner las cosas en su punto.

Nos quedan las pausas

de la ortografía

que anidan en la garganta:

¡Palabras! ¡Qué canten solas!

 

 

  

    NO

 

La palabra No

es como un alarido transparente.

Copa de cristal frágil que no suena.

        ------------

 

Este espejo,

perdonad mi pesimismo,

nunca miente, es uno mismo.

        --------------

 

 

NIEBLA

 

La niebla es el fantasma de la luz,

la buhardilla del tiempo

una esquina redonda,

la bebida de los relojes

el sonido de las acequias,

gris espuma del aire.

       

    

                                                                        Peces. Valero

 

    PERDIDO

 

Alguna vez me veo perdido

entre la gente que camina

por las calles de esta ciudad.

Parece todo normal,

sin embargo, insisto:

¿alguien sabe el camino?   

 

 

 

                                             Casa. Valero

 

 CIUDAD

 

Su plano

de esquemas mudos

y sombras renovadas.

Abiertos diques de rumor constante.

Silencios en la madrugada.

           ----------   

 

 La tarde, cuando se va,

si es domingo,

no se quiere marchar.  

      

            ----------            

Desde mi ventana contemplo hileras de delfines, que se alejan con la tarde; veo la tropa gris. El último un viejo tiburón negro, que enciende las primeras luces.

 

 

 

                                      Barco. Valero

 

            EL CARACOL

 

El caracol, burgués de la vereda,

pasea,

pensativo se distrae.

Vuelve la vista a la casa

y exclama: “aquí mi mismidad”.

Luego suspira, Se aparta y medita,

pacifico burgués, sobre la eternidad. 

 

 

 

              Silla. Chico. Valero


 

 

      LA PUERTA

 

Desaparece la frente serena.

Nunca existió aquel niño inocente.

Se pierde en la niebla de la mañana.

Acuden redentores,

pero la puerta continúa cerrada.

 

 

 

   ME FUSILARON

 

Me fusilaron ayer y estoy bien

muerto.

Lo digo con la poca voz

que me ha quedado; pensarán:

no es normal que esto suceda, y que escribo

por mero pasatiempo.

Es verdad –lo confieso-

así que me someto al juicio lógico

y acepto que ya estoy repuesto.

             -----------

Ser hombre, curiosa pesadilla.

Se resume en cuatro letras: vida.

 

 

                                                                           Palmera. Valero
 

       QUIJOTES

 

¿Seremos Quijotes definitivamente

olvidados en algún rincón

de la conciencia?

¿En el inmenso desván de Sancho?

¿Algo aprendido de memoria

que luego se convierte

en un hueco vacío?

La Mancha, bajo un sol radiante,

aún permanece abierta. 

 

            ----------

 

Crece el camino,

tanto como alargas tus pasos.

Lo que fue dulce,

se torna amargo.

 

 

   José Luis Martínez Valero

        Murcia, 2024

    

 

      

                                          El autor, en su mirador al río y a la catedral de Murcia

 

José Luis Martínez Valero nació en Águilas (Murcia) en 1941, es poeta, narrador, ensayista y pintor. Catedrático emérito de Literatura.  Autor del ensayo Antología del Veintisiete en Murcia (Ed. La Fea Burguesía, 2024), y de otros libros de versos o de prosa como: Poemas (1982), La puerta falsa (2002), La espalda del fotógrafo (2003), Tres actores y un escenario (2006), Tres monólogos (2007), Plaza de Belluga (2009), La isla (2013), El escritor y su paisaje (2009), Libro abierto (2010), Merced 22 (2013), Daniel en Auderghem (2015), Puerto de Sombra (2017), Sintaxis (2019) y Otoño en Babel (2022, ed. La fea burguesía, Murcia). Ha sido guionista en los documentales: Miguel Espinosa y Jorge Guillén en Murcia.

       

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