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martes, 14 de febrero de 2023

ELIADE EN LA INDIA. POR JOAQUÍN GARRIGÓS. Sobre la novela de Mircea Eliade "Maitreyi", editada en un mismo volumen junto con la novela de Maitreyi Devi "Mircea" por editorial Delirio. Revista Ágora-papeles de arte gramático n. 17

        

MIRCEA / MAITREYI

Maitreyi Devi y Mircea Eliade

 https://delirio.es/87-mircea-maitreyi.html

 

Contiene 2 obras en el mismo volumen:

Maitreyi (La noche bengalí), de Mircea Eliade

Traducción del rumano por Joaquín Garrigós

 

Mircea (El amor no muere), de Maitreyi Devi

Traducción del inglés por Nicole d’Amonville Alegría

Colección de Narrativa Iría, 9

 

La editorial Delirio ha editado en noviembre de 2022 estas dos novelas en un solo tomo. Como correspondía hacer con una historia de amor contada por sus dos protagonistas desde sus propias vivencias.

En una edición bellísima, se ofrece, por un lado, la novela de Mirce Eliade "Maitreyi" (o "La noche bengalí"). La historia de un ingeniero francés en la India, en 1930, que se enamora de una extraordinaria joven bengalí a la vez que descubre los contrastes entre la cultura hindú y la occidental de donde procede.  

La narración está inspirada en la propia experiencia de Mircea Eliade, que se apasionó por la hija de su maestro. Es un relato magistral sobre la inocencia y la inmadurez del amor y el paso a la edad adulta desencantada, y a la larga re-encantada por el recuerdo del amor. En el fondo, es un homenaje a la potencia del amor a través del recuerdo de lo que fue una historia pura, inmortal y vivificante. La traducción al español procede de la primera edición en rumano, y está a cargo de Joaquín Garrigós Bueno.

La segunda novela, "Mircea" (o "El amor nunca muere") fue escrita por la propia Maitreyi Devi, en respuesta a la anterior novela de Mircea Eliade. Maitreyi Devi fue una escritora bengalí, discípula de Tagore, Su libro (publicado en bengalí, y luego en inglés) está traducido del inglés al español en esta edición por Nicole d´Amonville Alegría.


Ágora publica un artículo de Joaquín Garrigós, traductor al español de "Maitreyi", de Mircea Eliade. El autor lo escribió para el periódico La Vanguardia, en 2000, cuando salió una anterior edición de "Maitreyi"; y aquí lo recuperamos con un nuevo título. 

 

 

                                 Mircea Eliade

 

 

Eliade en la India 

 

Por Joaquín garrigós

 


La primavera del año 1928 fue decisiva en la vida de Mircea Eliade. A principios de abril se marchó durante tres meses a Italia. Preparaba a la sazón su tesis de licenciatura sobre la filosofía del Renacimiento italiano, pero en la Biblioteca de la Universidad de Roma descubrió el libro A History of Indian Philosophy de Surendranath Dasgupta, profesor en la Universidad de Calcuta, lo que le hizo dar un giro a sus inquietudes intelectuales dirigiéndolas a la filosofía oriental. En su autobiografía confiesa que, en el prólogo, Dasgupta agradecía el patrocinio del maharajá de Kassimbazar, bajo cuyos auspicios se había publicado el libro.

Eliade copió la dirección y le escribió al maharajá solicitando una beca para poder estudiar dos años con Dasgupta quien, por su parte, aceptó tomarlo como discípulo. Cinco meses más tarde, el maharajá contestó afirmativamente su petición y el 22 de noviembre de dicho año se embarcó para la India, donde habrían de transcurrir tres años de su vida.

Se instaló en Calcuta en la pensión anglo-india de la señora Perris, en el nº 82 de Ripon Street y acude a las clases de Dasgupta en la Universidad, para estudiar filosofía y sánscrito.

Las vivencias indias las recoge en su diario íntimo, libro que, si por un lado tiene un importante valor documental, por otro también lo tiene literario, como pone de manifiesto el subtítulo de novela indirecta, pues todo cuanto acontece en la vida puede ser tema de novela, dice en el prólogo. Por el libro desfila toda una comedia humana de personajes con los que comparte la vida en la pensión y correrías por la ciudad, amoríos, chismes, pasiones, escapadas al barrio chino y fumaderos de opio, etc.; las clases en la Universidad, el choque del joven europeo con la cultura del país asiático, la revuelta india contra los ingleses, etc., pero también es un libro de meditaciones y vivencias íntimas, la tensión perpetua entre la tentación carnal y el esfuerzo que ha de hacer para ser un sabio. Todo eso confiere a la narración el ritmo trepidante de una novela. Eliade rechaza todo artificio e impone la primera persona en la narración, asumiendo así la responsabilidad de sus actos (no siempre edificantes), huyendo del manido subterfugio literario del manuscrito hallado entre los papeles de un amigo, etc. El libro está impregnado de la misma autenticidad que brota de las páginas de su novela de adolescencia La novela del adolescente miope e incluso, en Maitreyi, Eliade deja al desnudo su personalidad, es una personalidad en formación asediada de tentaciones, contradicciones, inquietudes y sueños. La personalidad de un genio.

 Dasgupta inmediatamente advirtió las facultades excepcionales que concurrían en su discípulo y, siguiendo la usanza india de que el alumno se forme junto al maestro, lo invitó a vivir en su casa. En enero de 1930, abandonó la pensión para instalarse en casa de Dasgupta, en un barrio residencial de Calcuta. Allí vivían su esposa con sus dos hijas, Maitreyi, que entonces tenía 16 años, y Chabú de 11, más una multitud de criados y parientes.

Pronto nace un apasionado idilio entre Maitreyi y Eliade que dará lugar a una de las más bellas historias de amor de la literatura, con la rara particularidad de que los propios escritores han sido los protagonistas de los hechos narrados.

                           

 Maitreyi Devi 

Maitreyi Devi

 

Dasgupta, al enterarse, reaccionó de modo brutal expulsando inmediatamente a Eliade de su casa y prohibiéndole cualquier contacto con ningún miembro de la familia. Dasgupta, brahmán de casta, no pudo vencer sus prejuicios. En una actitud abiertamente racista, no podía tolerar el matrimonio de su hija con un extranjero so pena de incurrir en deshonor; ni siquiera tomó en consideración la intención de Eliade de convertirse al hinduismo. Escrúpulos que, años después, no le impidieron abandonar a su familia para irse a vivir con una joven estudiante india.

Esa ruptura sumió a ambos en la desesperación. Eliade estaba muy enamorado (en 1944 afirma que entonces vivió los momentos más dramáticos de su vida), deseaba fundirse con la India y al perder a Maitreyi sentía que también había perdido a la India. Se marchó a un ashram del Himalaya en busca de la «India eterna», con intención de practicar el yoga y hacerse anacoreta pero las tentaciones de la carne le hicieron fracasar en su intento y, a los seis meses, terminó volviendo a Calcuta. Allí, Maitreyi trató de reanudar el contacto con él, pero Eliade se mantuvo fiel a la palabra dada a su padre y los dos amantes no volvieron a verse hasta el año 1973.

 

*

 

Maitreyi, escrita el año 1933, ya de vuelta en Bucarest, presenta la misma actitud de autenticidad y sinceridad que sus otras obras de recuerdos. Conserva los nombres de la protagonista, de su hermana Chabú y de algunos familiares. Las variaciones sobre los hechos reales son mínimas. Incluso las cartas y notas de los personajes son auténticas. Alternan continuamente los planos autobiográfico y novelesco; a través de este último se nos introduce en un mundo exótico y fascinante en que se asiste a la confrontación entre las dos culturas, visto en este caso desde la perspectiva del europeo (curiosamente, la censura de la Italia fascista la prohibió por violar las leyes raciales). Pero la autenticidad, por sí sola, sin genio de narrador no vale, podrá ser un reportaje pero no literatura, mas en este caso ambas cosas están unidas. Creo que solo el hecho de haber sido escrita en un idioma sin circulación internacional privó a esta novela, como a otras del autor, de haber figurado en su momento entre las grandes de la literatura europea. Y posiblemente otro hubiese sido el destino de Eliade si en los años 30 sus novelas hubiesen estado en los escaparates de las librerías de París.

La historia está enfocada desde una doble perspectiva: el protagonista narrador, con ayuda del diario, cuenta los hechos, pero a una distancia temporal que le permite intercalar notas y apostillas a esos hechos, lo que le da el dinamismo de una confesión, y al lector la impresión de objetividad.

A la pregunta en bengalí con la que Eliade abre la novela, ¿Te acuerdas de mí, Maitreyi? Y si te acuerdas, ¿podrás perdonarme algún día?, Maitreyi respondió cuarenta y tres años después con It does not die (Mircea, en la versión española).

Solo muchos años más tarde conoció Maitreyi la existencia de la novela. Siguiendo la tradición india, los padres la casaron, tuvo hijos y se convirtió en una poetisa notable en lengua bengalí. En ocasión de un viaje con su marido a Europa en los años cincuenta le causa extrañeza que personas desconocidas conozcan su nombre; unos rumanos en París le hablaron del libro, que había sido traducido al francés el año 1950 con el título de La nuit bengali. A punto de salir para Londres, conoce en el hotel a un rumano al que le pregunta por Eliade. Este le dice que vive solo a unas manzanas. No puede demorar el viaje (Eliade, además, estaba en Suiza) pero le escribe manifestándole su deseo de verlo. Eliade no le contestó. Escribió en su diario el 16-9-53 (anotación inédita): ¿Cómo podría volverla a ver después de haber publicado La nuit bengali? ... No me atrevo a mirarla a los ojos. Tengo su dirección de Calcuta. Ya le escribiré. No consta que lo hiciera.

Hasta principios de los años 70, Maitreyi no volvió a oír hablar del libro de Eliade y, en 1972, el indianista rumano Sergiu Al-George la visitó en Calcuta y le contó la historia de Eliade y todos los pormenores del libro. Su reacción fue de absoluto rechazo y de tachar de calumnia todo el perfil que de ella traza Eliade en la novela, sobre todo su acentuado erotismo.

En el año 1973, se celebró el centenario de Gandhi y Maitreyi consiguió ser incluida en la delegación cultural india que viajó, con ese motivo, a los EE. UU. Allí fue a Chicago y se entrevistó con Eliade.

Son muy pocas las menciones del diario de Eliade sobre esta visita. Habrá que esperar a la publicación de los textos inéditos para saber la verdad. Por lo que él cuenta, no pareció agradarle mucho. 13 de abril. Encuentro con Maitreyi. Después de casi 43 años. Todo me parece inverosímil, irreal, falso y, en cierto sentido, de mal gusto. 26 de abril. No he anotado aquí casi nada en relación con esta visita. Tendré que contarlo todo con más detalle en el segundo volumen de la autobiografía. Por ahora solo un detalle: el admirable comportamiento de Christinel. La ha acompañado por todas partes, ha pasado todo su tiempo libre con M. (hay que añadir muchas más cosas). Lamentablemente, la autobiografía se quedó parada en 1960.

Sí es cierto que Maitreyi le pidió que no se tradujese el libro al inglés mientras ella viviese. Como así sucedió. Maitreyi murió en 1990.

En 1976, Maitreyi replicó con su libro, escrito inicialmente en bengalí y pronto traducido al inglés. Un maravilloso romance empapado de poesía. Muy diferente como estilo a la novela de Eliade, aunque escrito con gran talento. Mientras la fuente de Eliade fue el diario, Maitreyi escribe bajo los impulsos de la emoción y a considerable distancia, lo que tiñe el libro de subjetivismo y donde las imágenes están más empañadas, pero eso en absoluto desmerece la calidad literaria del libro pues, al fin y al cabo, este valor debe primar sobre la mayor o menor exactitud de tal o cual hecho. La estética literaria es lo que cuenta, pues estamos, antes que nada, ante dos obras literarias; la fidelidad de los hechos será algo que interese solo a los eliadistas. No obstante, en carta al biógrafo de Eliade Mac Linscott Ricketts en el año 1976, Maitreyi le dice: Me pregunta usted lo que hay de cierto en mi libro. Todo es cierto, excepto la descripción del último capítulo, donde he intentado utilizar el símbolo.

Tampoco hay datos en el diario de Eliade de su opinión sobre este libro. Sí comenta la visita que hizo Maitreyi a Bucarest en 1978 para una posible traducción al rumano de su novela. El director de la editorial citó una cifra. «¿Cuántos dólares son?», preguntó Maitreyi. La suma le pareció pequeña, además no era convertible... Se le sugirió que cediese el manuscrito en bengalí a la Biblioteca de la Academia Rumana. «¿Pero cuántos dólares me ofrecen?», preguntó. No se atrevieron a proponer una suma, porque la Biblioteca de la Academia no dispone de divisas. Lo cierto es que el libro no apareció en rumano hasta el año 1992.

 

*

 

          Cuando la familia de Maitreyi conoció el contenido de la novela de Eliade se sintió ofendida. El comportamiento de Maitreyi ponía en entredicho a todos sus miembros. Cuenta Eliade en la entrada del diario de 29-2-84 la visita del hermano menor de Maitreyi: No sé qué creer. ¿Chantaje? ¿Histeria? Me ha dicho que sus hijas no podrán casarse, que han quedado en evidencia. Que Maitreyi es una loca porque se acostó con Tagore, conmigo y con muchos otros. Que es una puerca. Hace un año, Maitreyi decía que nos darían a los dos el premio Nobel conjuntamente, por nuestras dos novelas autobiográficas. Él afirma que yo debería dar un desmentido y decir la verdad. De lo contrario, la familia andaría en lenguas de todo el mundo. No entiendo qué clase de desmentido le va a permitir casar a sus hijas. Le he dicho que me escriba con datos concretos y detallados.­

          También Chabú en su vejez repudió el comportamiento de su hermana, en una entrevista concedida a la periodista Adelina Patrichi, de la televisión rumana. Reconoció y lamentó haber desencadenado ella la catástrofe y relató la crucial escena de los lagos (es decir, Eliade tocándole los pechos a Maitreyi por debajo del sari), que coincide sustancialmente con la narración eliadiana en Maitreyi. A la pregunta de la reportera de si hubo verdadero amor entre ellos, responde: «Maitreyi creo que sí estuvo muy enamorada de él. En cambio, Eliade la tomó como un simple pasatiempo». A la pregunta de por qué fue su hermana a Chicago: «Creo que quiso reavivar la llama. ¡Qué idiotez por su parte!». Después de ese viaje, su marido «fue un hombre terminado, destruido ... y, tras la aparición del libro, nuestras relaciones se rompieron».

 

*

 

        La India fue para Eliade un conjunto de experiencias iniciáticas, un itinerario espiritual donde Eliade se convierte en un Ulises en busca de su Itaca, una Itaca que no halló en la India, donde nunca volvió, y en cuya búsqueda empeñó toda su vida.

 

 

JOAQUIN GARRIGÓS BUENO nació en Orihuela (Alicante). Dirigió el Instituto Cervantes en Bucarest. Ha publicado Poesía completa de Max Blecher (Hermida ed) y la casi totalidad de la obra narrativa de Blecher.  Ha traducido al español a los grandes escritores rumanos del siglo XX. Ha sido reconocido con (entre otros) los siguientes Premios:

       Premio de la Unión de Escritores de Rumania a la mejor traducción en lengua extranjera en 1998 de una obra literaria rumana por el libro La noche de San Juan.

Premio Poesis de traducción, Satu Mare, Rumania, 2006.

Premio de traducción del Festival Días y Noches de Literatura, Rumania, 2007.

Premio Complutense de Traducción «José Gómez Hermosilla», de 2019.

 

Ha traducido y publicado últimamente, entre otros libros de literatura rumana del siglo XX,  La casa de las ventanas de color naranja, de Minulescu (ed. Báltica), La mujer de chocolate, de Gib Mihaescu, y Diario (1935-1944) de Mihail Sebastian.


Un día es un día ÁGORA de Arte Gramático : NOTICIAS GRAMÁTICAS. celebrando  el 22 abril Día de las letras en español 

                Joaquín Garrigós Bueno

 

 

 

REVISTA ÁGORA DIGITAL / LITERATURA RUMANA/ FEBRERO 2023

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