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jueves, 20 de noviembre de 2025

CUATRO POEMAS INÉDITOS DE "MUSA EPIGRAMÁTICA" Y "EL SUFRIMIENTO DE LA OBRA", MÁS OTRO INÉDITO DE "LUZ EN NOCHE. POEMAS CÍVICOS". Fulgencio Martínez / Andrés Acedo / La poetría / Revista de humor acediano / Avance de Ágora n. 35

 

 Dolores Ibárruri, La Pasionaria | Fotografía Transición ...

 

 

LECCIÓN DE HISTORIA DEL SIGLO XX 

 

Stalin tenía un brazo de madera

que dejaba caer como un bate de béisbol

sobre sus adversarios, aliados y cómplices:

No distinguía entre blancos y negros el dictador.

 

Mussolini fruncía el morro, los brazos en jarras,

saltaba a la comba como una niña pelona

destrozando sus botas de cuero fascista

sobre los mármoles de Carrara de la Villa-búnker,

un antiguo palacio de estilo neoclásico,

donde vivió en Roma con su esposa y sus cinco hijos.

 

Con el mismo mármol de Carrara Miguel Ángel

hizo el David. El Duce su refugio ridículo,

pues murió como un perro en la calle.

 

Franco no fue la reencarnación del Cid,

tal como la prensa del Movimiento le aseguraba.

 

Fidel Castro y el Ché se odiaron,

el guerrillero no dejó vivo a ningún prisionero,

eso lo sabía Fidel y temía 

que lo repitiera, con él, en Cuba.

 

La Pasionaria aplaudió a los tanques rusos

en Praga y el pacto de Stalin con Hitler.

Semprún no la absuelve en sus memorias.

Yo, más ignorante, le escribí un poema…

emocionado, ahora entiendo que porque

su digna vejez me recordaba a mi abuela.


La Historia la hemos convertido en un relato

y será cuestión de gustos pero prefiero el mío.



Inédito de Musa epigramática, celebratoria y satírica. 

Andrés Acedo 

 

 


           DEBERES

 

 

A veces miro la calle Esther Festini solitaria.

Me refugio en el aliento amoroso

que me aguarda.

Y con infinita ternura me duermo confiado

que la noche no es eterna.

 

            Carlos Zúñiga Segura

 

     1 

 

Solo hay un propósito, madre,

un único proyecto: vivir,

como aconsejabas, dedicándole

a cada día su afán:

hay más días que longanizas,

era tu refrán preferido

para enseñarnos paciencia,

a no tirar por el medio

para llegar pronto y hacer mucho,

sino a poner el alma en cada

tarea que nos exigía

(para la que nos exigía madre)

tomarnos tiempo

y saber soltarlo.

 

 

             2

 

A veces,

últimamente,

me paralizo

ante el trabajo por hacer,

 

pero tu voz silenciosa

me calma enseguida

          recoger y soltar                                                                                                                         para que vayan volviendo

cuando les hagas su sitio 

las cosas esperan tus órdenes

 

 

        y 3

 

Madre,

ocupas el centro de mis recuerdos

cuando miro el acerico, la rosa blanca

          en tus manos, tu aguja y tu silla

          donde cada tarde te sentabas a coser.

 

No hay miedo de que el mar los trague.

 

 

 

NO SOY MÁS QUE UNA GOTA, IGUAL QUE TÚ

 

Acertadamente discurría quien comparaba el vivir del hombre al correr del agua, cuando todos morimos y como ella nos vamos deslizando.

           Baltasar Gracián. El Criticón. Segunda parte, crisi 1.

 

No soy más que una gota, igual que tú,

          que quizá leas estas simples anotaciones mías

          en verso, sí, pero al estilo de uno que conversa

          con otro, y casi nunca se entienden, y parten amigos.

 

 

 

FE POÉTICA

 

                                               A Valeriu Stancu

 

          Te protege un genio

          cuando escribes poesía.

         

          Equivocándote, rectificando,

cambiando, si es necesario,

          de pensamiento y de lealtades

          nunca te equivocas ni cambias,

          mantienes en tu alma un perseguidor del bien.

 

          Ese mismo espíritu vuelve siempre que escribes.

 

          Ahora cuando piensas que no cambia el mundo

          (su cambio casi siempre es excusa

          para dar vuelo al error y relevo a la adormidera),

         

          afirmas tu fe en la poesía, por encima de todo.

 

 

 

 

 Inéditos de El sufrimiento de la obra.

 Fulgencio Martínez / Andrés Acedo

 

 

 

 

DOLOR

 

 

En recuerdo de las víctimas del 11 M, con unos versos de Soledades de Antonio Machado.

                  Al cumplirse 20 años.*

           

 

Cuando llegué a Madrid

noté la muerte palpar mi ropa.

Siguió el mismo día

terrible fijo en el tiempo.


   Mi corazón latía

atónito y disperso.

 

Cuando volví a Madrid 

noté la muerte...

  Mi corazón latía

atónito y disperso.

 

Temía por mi niña

adolescente

aun cuando la tenía

salva delante de mí.

 

          Cuando llegué a Madrí

noté la muerte.

Siguió el mismo día

terrible fijo en el tiempo.

 

   Mi corazón latía 

 atónito y disperso. 



 

_____ 

 * 11 de Marzo de 2004: varios atentados islamistas en Madrid causaron casi doscientos muertos y varios miles de heridos.

 

Inédito de Luz en noche. Poemas cívicos