Un ensayo sobre la poesía de José Jiménez Lozano
por Francisco Javier Díez de Revenga
La editorial Pre-Textos de Valencia ha publicado, en colaboración con la Fundación Gerardo Diego, el libro de Raúl E. Asencio A la espera. La poesía de José Jiménez Lozano [1]. El libro obtuvo el premio internacional Gerardo Diego de investigación literaria en 2022 y lo cierto es que se trata de un ensayo que examina en su conjunto la poesía completa publicada hasta 2022 del escritor José Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 13 de mayo de 1930-Valladolid, 9 de marzo de 2020), un poeta que comenzó tarde su andadura como escritor y más tarde aún su trayectoria como poeta, por lo menos en relación con los libros que fue publicando, a partir de los sesenta y dos años de su edad. Su primera novela, Nosotros los judíos la publica en 1961, pero su primer poemario Tantas devastaciones en 1992.
José Jiménez Lozano. Premio Cervantes en 2002. Foto, Fuente: Wikipedia
En realidad, su relación con la poesía por vía impresa se inicia cuando recibe el premio anual de poesía de la revista El Ciervo que ganó en 1979. A partir de entonces el escritor fue dando a conocer su poesía, fundamentalmente, a través de la publicación de nueve poemarios, aunque también, en sus últimos cuatro dietarios, así como en revistas y antologías. Allí aparecieron poemas suyos de forma paulatina y esporádica.
Este libro es el primer estudio que aborda la poesía de Jiménez Lozano de principio a fin; y parte de un proyecto inicial, basado en la recopilación, y examen de toda la obra poética teniendo muy en cuenta las reacciones de la crítica habitual que se fue refiriendo a los libros conforme eran publicados. Los nombres de algunos críticos reseñadores de sus libros como Víctor García de la Concha, Luis Antonio de Villena o Andrés Trapiello, son tenidos en cuenta a la hora enfrentar opiniones y valoraciones. Pero no solo a este propósito inicial de recopilación e indagación se reduce el libro, ya que del mismo modo y sobre la marcha se analizan de forma certera y segura las características fundamentales de su estética, tanto de cada una de las obras en sí misma, como de la relación entre unos poemarios y otros a través de los años y de la trayectoria poética de Jiménez Lozano.
La aproximación a la poesía de Jiménez Lozano tiene, desde el comienzo, muy en cuenta la realidad biográfica y la importancia que posee la memoria en la expresión del poeta. Por eso, el autor organiza su estudio con una serie de apartados iniciales en los que analiza diversos aspectos que afectan a toda su trayectoria. Así cuando se trata de su estética se atiene a lo que representa el problema de la belleza en la génesis de los poemas con la importancia que adquiere, en este proceso, todo lo relacionado con la propia identidad del yo lírico y su propia proyección especular, algo que afecta a todo el proceso creador de la obra poética del autor. Un importante papel en este análisis concede Asencio a la cuestión de los símbolos fundamentales en la construcción el lenguaje creador de Jiménez Lozano. Por supuesto, son muy acertadas algunas detenciones: nacimiento, primera casa, educación, escuela y el color de la infancia, como símbolo de símbolos. Del mismo modo, en el volumen tiene mucha relevancia la indagación en el taller de la escritura del autor al analizar su condición de poeta tardío y sobre todo su atención a la célebre máxima horaciana de los nueve años (nonumque prematur in annum), que recordaba el Licenciado Francisco Cascales en el prólogo a sus Discursos históricos de la ciudad de Murcia y su reino (1622). Dejar reposar a los textos creados durante nueve años antes de publicarlos, pero Jiménez Lozano, a veces, ha tardado más aún en darlos a conocer, sometiéndolos previamente como recomendaba Horacio al juicio y a la censura.
El estudio de la evolución que experimenta la obra de Jiménez Lozano ha decidido a Asencio a señalar en su obra dos etapas poéticas. La primera, compuesta por los libros Tantas devastaciones (1992), Un fulgor tan breve (1995) y El tiempo de Eurídice (1996), está marcada por una concepción aciaga y trágica tanto del tiempo biográfico como del histórico. El tiempo aparece en un gran número de poemas como una fuerza inexorable que acaba con la vida, la belleza y la memoria.
La segunda etapa la componen los siguientes libros: Elegías menores (2002), Elogios y celebraciones (2005), La estación que gusta al cuco (2010) y Los retales del tiempo (2015). En estos poemarios se impone un tono celebrativo que vendría dado por la posibilidad de que todo el mal, el azar y la injusticia que se ha incrementado a lo largo de la historia humana puedan ser revertidos. Esta posibilidad es la esperanza de una restitución. Es decir, una revisión o segunda vuelta sobre la historia que es, según la doctrina cristiana, la esperanza de un Juicio Final.
Hay aspectos en este ensayo que merecen ser destacados porque ofrecen una muestra muy certera de cómo era el trabajo del periodista y escritor convertido en poeta. Destaco uno solamente: la relación con la estética japonesa del haiku, concentradora de pensamiento e ingenio psicológico, que destaca Asencio en algunos poemas que merecen ser recodados para cerrar esta revisión: Así los haikus de Jueves Santo («Noche de Jueves Santo, / una hoguera. Y la luna / como un hacha de hielo»), Viernes Santo («La luna inmensamente, sola, pálida / la sombra de un árbol seco, / Viernes Santo, a la noche»), Pascua («Anochecer de Pascua / las tres Marías en lo alto, vehementes, / ¿Ha sucedido algo?») o Navidad («Grullas de Navidad / pasan chillando por la noche. / No hay albergue»). Todas estas representaciones reflejan genuinamente la manera de entender la realidad de toda la poesía de Jiménez Lozano: la mirada y la visión de la realidad sin honduras complejas y alambiques. La realidad sentida como emoción y como vida. Es solo un botón de muestra que revela ante todo la originalidad del poeta, pero más aún el alto nivel intelectual que sustenta su visión poética del mundo desarrollada a lo largo de toda su obra, sea cual sea el medio de expresión empleado o el nivel de elegía o de celebración que cada representación poética necesariamente adquiere en un momento dado. La poesía de Jiménez Lozano pone de relieve así su singular originalidad y le convierte en uno de los poetas españoles más singulares del tránsito del siglo xx al xxi.
Como se proponía el autor al comenzar su ensayo, al analizar la relación entre la poética de Jiménez Lozano y su estética, lo que ha logrado con este certero análisis Raúl E. Asencio ha sido dar cuenta del diálogo entre las ideas de Jiménez Lozano sobre la poesía y su función en este mundo (es decir, su poética) y lo que su propia práctica de la poesía ha conseguido a lo largo de su trayectoria total. Se ha revelado un diálogo entre teoría y práctica que en ocasiones se muestra contradictorio, pero que en ningún caso supone contraposición o discordancia, porque en Jiménez Lozano, como bien demuestra este ensayo, la discordancia y la paradoja resultan ser finalmente luminosas, mucho más que la concurrencia y que las coincidencias.
[1] Raúl E. Asencio. A la espera. La poesía de José Jiménez Lozano. Valencia: Pre-Textos-Fundación Gerardo Diego, 2022, 214 pp.

Francisco Javier Díez de Revenga (Murcia, 1946) es catedrático de Literatura y profesor emérito de la Universidad de Murcia. Entre su extensa bibliografía destacan libros como Carmen Conde desde su edén, o el más reciente, Carmen Conde, en la luz de sus palabras: estudios sobre la poeta cartagenera del 27 y primera mujer que fue miembro de la Real Academia de la Lengua; o Miguel Hernández: en las lunas del perito (publicado por la Fundación Miguel Hernández) que, junto con otros estudios de referencia sobre el poeta oriolano y su contexto, Los poetas del 27: clásicos y modernos (Ed. Tres Fronteras) o Panorama crítico de la Generación del 27 (Ed. Castalia) constituyen hitos en la historia de la crítica literaria.