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martes, 15 de octubre de 2024

A una socialista/ Consejos de Ardutiel a un rey jubilado, y otros epigramas que no están en "El Buscón". El Corral del Mudo. Por Andrés Acedo. Publicados en La republiqueta (Ágora humorística). Del libro "Musa epigramática"

 

 


 

 

A una socialista

 

A una socialista,

perdón: a una begonia,

le he preguntado la hora

y me la ha quitado. 

 

 

 

Consejos de Ardutiel a un rey jubilado

 

Disfruta la vida, señor,

pero paga tus vicios

con tu peculio y rentas.

Somos el sueño de una sombra,

como dijo Píndaro;

no un sueño con faldas y a lo loco

que se realiza siempre. 

 

(transcrito al español moderno por Andrés Acedo).

 

 

 

El Psoe al descubierto, o desmontando al Pp

 

El Psoe es el Pp de Fraga

y el Pp es el Psoe de Felipe.

¡Voto a Judas,

a las putas y a los perros ciegos,

antes que a estos...!

Aquí cobran comisiones y ugetés

y se las dan de puros.

 

 

 

Yo, Claudio

 

Yo, Ábalos... Solo tengo miedo

de que al volver la esquina 

me pongan en la boca

una almohada a muerte.

Zé todo de ellos, zé zé zé...zé.




Otro enfermo de Espronceda

(Letanía)


Sánchez Sánchez sánchez

Excesivo esférico y afélico

El creador de la fachoesfera 

y de la uniesfera

y de la tijera amenazante 


Sánchez Sánchez sánchez

Repiten las olas del mar

Sánchez Sánchez qué verano

Qué sonata de verano me das.

Valle, saca el brazo

que te falta y dale

unas monedas que se vaya

a pedir a otra puerta.

 

Otro enfermo de Espronceda.




A perro flaco...

 

Balan los lobos

entre Medina y Olmedo

Voces, Enseñando

a Sumar y Memos. 

 

Vienen otra vez contra la democracia 

bifronte y corrupta,

contra la casta y el hierro

de los toros de Mihura,

 

y contra esto y aquello

unos a paso de mula

otros corriendo sentados 

sobre la dulce montura

de unos billetes morados.




 Ir al cielo


Vivimos de alquiler pero no

pagamos el alquiler

Somos indepes

y ácratas y algo

delincuentes

Pero buenos mansos de la agenda

veinte treinta

Menores de treinta

y de la burra Francis.

Y orgullosos de siempre

ser menores de edad.

 

Nota aclaratoria.

   El poema se refiere

a la mula Francis

de la película,  

secundo animal parlante

que dice verdades de perogrullo.

 

No sigue la propaganda

de una urbanización de lujo

en Marbella, 

para cansados peregrinos.


Para ti que te lo mereces.

Para mí porque yo lo valgo

y no estoy dispuesto nunca

nunca a pagar por ir al cielo.

 



Andrés Acedo 

del libro Musa epigramática

NOTAS PARA RECORDAR A MARÍA TERESA CERVANTES. Por José Luis Martínez Valero / Notas de actualidad / Ágora n. 29. Nueva Col. Otoño 2024

 


 

ÁGORA EN RECUERDO DE MARÍA TERESA CERVANTES

    El poeta-profesor José Luis Martínez Valero ha escrito unas notas en recuerdo de María Teresa Cervantes, centradas en su libro El desierto, primer premio de poesía "Emma Egea". La poeta falleció hace unos días, fue enterrada el pasado sábado 12 de Octubre en el cementerio de Los Dolores, barrio de Cartagena (España), un lugar donde también vivieron otros dos grandes poetas, Leopoldo Hércules de Solás y José María Álvarez. Un lugar cerca del mar Mediterráneo, al que cantó Joan Manuel Serrat

 

 

NOTAS PARA RECORDAR A MARÍA TERESA CERVANTES

 

                              Por José Luis Martínez Valero

 

 

A María Teresa le gustaba contar esta anécdota parisina… Estaban tres amigos, sentados en un parque, cuando alguien les preguntó qué hacían. Cervantes contestó:

                        — Aquí estamos representando nuestro Siglo de Oro: a mi izquierda Murillo (Amalia) y a mi derecha Velázquez (José Luis).

Fue mi amigo José Luis Velázquez, año sesenta del pasado siglo, quien me habló de una amiga poeta llamada María Teresa Cervantes.

Cruzamos algunas cartas, aunque fue con motivo del primer premio Emma Egea, 1994, Cartagena, concedido por su libro El desierto, cuando nos conocimos. De aquel encuentro quiero recordar algunas notas:

La poesía no necesita de la actualidad, está reñida con ella, es el presente.  Decir poesía es decir “desierto”. En su vacío parece que nada ocurriera, el horizonte es arena, el aire cielo y, sin embargo, es ahí donde acontece el ser. El desierto es comparable al desnudo, muestra lo esencial, el único acontecimiento necesario. María Teresa en sus libros habla de algo que nos lleva lejos. Devuelve la palabra a su condición original: la metáfora.

Tierra de profetas es el desierto, pero no es profeta sólo el que anticipa. Dice en “Molinos de mi tierra”, poema de su libro El viento: Hoy os veo abatidos y al azar / de un viento que desgarra vuestras telas. / Gigantes ya vencidos para siempre. / Molinos de mi tierra.

Esta profecía es hija de la historia, constata lo que sucede. Hay otra profecía, producto de la visión. El profeta hace que todo lo que vemos recupere su misterio, que lo que está ahí se presente ante nosotros como por primera vez.

Si poeta es el río que se hace estanque, la imagen que refleja es la duda, como si el propio espejo se preguntase si es cierto lo que ve.

Hace unos días leí en la calle un viejo grafiti que decía: todos somos inmigrantes. Lo que puede traducirse por todos somos desterrados. María Teresa lo hizo realidad. El espíritu del desterrado se transparenta en su biografía.

Desde sus primeros versos late la preocupación existencial, una existencia que interroga todo lo que la rodea.  Quizá intuyó que el ser humano sólo era una pregunta.

Su libro El desierto se sitúa entre la emoción y la inteligencia, no se conforma con referir lo que ve, sino que lo descubre, descorre el velo. Culmina aquí una cuestión que había sido enunciada, con tono juanramoniano, recordemos “La estrella en el agua”: Que se desnuden las cosas / que quiero ver la pureza / de la estrella y de la rosa.

La desnudez y el tiempo la conducen a descubrirse: Desterrada en el tiempo, sin nombre, sin lugar, sin fecha exacta.

Se inscribe así en la línea original de nuestra literatura, porque si hacemos memoria, ya el Cantar de mío Cid, trata de un desterrado. Pero, la separación aquí, es ahora, condición humana.

Tras presentar la fragilidad, el azar y la muerte, el desierto exige al poeta la vigilia permanente: ¿Qué hora es la que marca la vida en esta hora?” Tentación quevedesca que a todo español persigue, pero no cae en ella, por el contrario, se salva y nos salva por la luz, porque frente a la dualidad que encarna el mundo, sólo la luz unifica. La luz, única verdad.

                        ¡Descansa en esta luz que siempre has deseado!

 

 

José Luis Martínez Valero, catedrático de Literatura, poeta, narrador y ensayista. Autor de Otoño en Babel, entre otros libros.

 

lunes, 14 de octubre de 2024

“La cuchillada lúcida en el espejo”. Invitación a la antología de Miguel Sánchez-Ortiz “Geografía de la ventura” (Bartleby, edición y prólogo de Alfredo Rodríguez, 2024). Por Fulgencio Martínez. Ágora-Papeles de Arte Gramático. N. 29. Nueva Col / Bibliotheca grammatica

 

 


 

“La cuchillada lúcida en el espejo”. Invitación a la antología de Miguel Sánchez-Ortiz “Geografía de la ventura” (Bartleby, edición y prólogo de Alfredo Rodríguez, 2024)

 

 

Hemos de agradecer a Bartleby y a Alfredo Rodríguez (quien ha cuidado la edición y ha escrito un lúcido prólogo crítico) esta antología poética de Miguel Sánchez-Ostiz, el poeta y novelista navarro. Geografía de la ventura se llama esta antología que ha aparecido en septiembre de 2024. El título es siempre más que una simple etiqueta, en un libro de poesía encierra una perspectiva esencial al contenido de la obra. No es casual -creo- que “Geografía de la ventura” haya sido antes el título de uno de los mejores poemas de este libro de Miguel Sánchez-Ostiz, y que se encuentre el poema que introduce el título en Aquí se detienen, poemario de 1999, “uno de sus mejores libros -leemos en el prólogo de Rodríguez, p. 16, op. cit-, con que el autor “cerraba el corpus que supuso La marca del cuadrante, un libro descomunal que contenía toda su poesía (diez libros) hasta la fecha (…)”. De algún modo rotular con ese título la antología de 2024 representa una llamada de atención a los lectores para que nos fijemos en el nexo con la primera etapa de la voz del autor, y en la continuidad y variación de la evolución poética de este. Después de La marca del cuadrante. Poesía 1979-1999, aparecido en 2000, Sánchez-Ostiz ha publicado tres nuevas entregas de su poesía: Fingimientos y desarraigos (2017), El piano de Hölderlin (2019) y Espuelas para qué os quiero (2022). (Todos esos libros publicados en la editorial Pamiela, de Pamplona. Significativo que Aquí se detienen fuese reeditado, esta vez en Ars Poetica, Oviedo, en 2018).

Así pues, el inteligente y necesario prólogo de Alfredo Rodríguez y el mismo título de la antología están llenos de intención (y también, creo, de riesgo asumido). El propio prologuista, en su estudio crítico, señala algún rasgo que define la diferencia entre la voz de los tres últimos libros publicados por Sánchez-Ostiz y su obra recogida en La marca del cuadrante. Es inevitable que el lector, siempre que tiene delante una antología, donde se muestra una evolución (no en el sentido cualitativo necesariamente, sino solo cronológico), compare, establezca preferencias, detecte modelos y desarrollos repetidos. Incluso los más grandes poetas han sufrido el desdén o incluso menoscabo de alguna parte de su obra tardía, como es el caso de Antonio Machado (Nuevas canciones, fue un libro no bien valorado por el maestro y gran poeta, de un gran libro, Dámaso Alonso, autor de Hijos de la ira; incluso el anterior libro del poeta sevillano, Campos de Castilla, sufrió cierto desdén, por su temática y forma, proveniente de la Generación del 27, en los años 20, antes de orientarse algunos de esos exquisitos poetas hacia la “rehumanización” de la poesía).

Viniendo al caso de la poesía de este libro, Geografía de la ventura, es un gran mérito del volumen editado por Bartleby la apuesta clara por la “evolución” de los libros de Sánchez-Ostiz. La antología es honesta y clara y permite al lector seguir la secuencia cronológica de los libros y poemas correspondientes (a diferencia de otras “confusas” antologías donde el lector tiene que recurrir a la biblioteca o a su memoria). Honesta, clara, es decir, bella, y también poéticamente acertada en cuanto sugiere una voz continua, un poeta-río, como es Miguel Sánchez-Ostiz, desde su primer libro hasta el último por ahora publicado.

Pero, como dijimos unas líneas arriba, hay el riesgo de que el lector compare, apruebe o rechace, tenga más en valor lo nuevo o lo de atrás, aquello que estimaba la cumbre de la poesía de Sánchez-Ostiz, en cuanto a tono, intención, emoción, personalidad y acierto artístico, o, por el contrario, aquello que ahora aquí le ha sorprendido, conociéndolo por primera vez o, incluso, en segunda o tercera lectura. Porque también el lector, como el autor, crea y sanciona, según su estado de ánimo.

He de decir varias cosas sobre este libro (ya saben que lo mío sólo es un comentario personal, valga la redundancia; un comentario de un lector):

Me han parecido excelentes muchos de los poemas de Sánchez-Ostiz, pero si tuviera que hacer mi propia selección, me quedaría con unos veinte o veinticinco, que son, en mi opinión, de lo mejor de la poesía escrita en los últimos cuarenta años. Sin duda, este poeta representa una de las voces imprescindibles de esa generación perdida que yo llamo la “generación de la democracia”, que surgió a finales de los 70 y principios de los 80, y que tiene un estudio pendiente, incluso su desencanto político, su rebeldía moral, no tiene parangón con el desencanto de algunos malditos de los “novísimos”, y tampoco se ha estudiado su recorrido, los variados registros de la voz de cada uno de estos poetas casi silenciados en la España cultural oficial. Algunos de ellos y ellas (pienso en Dionisia García, que empezó también a publicar en los 70), siguieron escribiendo, al margen de los olvidos interesados.

Esos poemas que me gustan tanto son “Y qué dirás”, “Valor para ese día”, y, sobre todo, “Memoria de peregrino”, el mejor de esta serie, por su originalidad y su aire “barojiano” (Camino de perfección, aquí Fernando Ossorio y el alemán suben una montaña, en el poema, es el peregrino; al final, solo queda el camino). Los tres poemas pertenecen al primer libro de Miguel Sánchez-Ostiz: Pórtico de la fuga (1979):

  Así como el obcecado peregrino

  llega al término de su viaje

  y se muestra inquieto, desconcertado

  ante la tumba o la imagen o la reliquia que buscó,

  porque ha olvidado su ruego o su conjuro

  o el hechizo y los dones que buscaba (…)

  Ahora demora el regreso,

  pues, ¿qué hará luego?

 Así te hallarás tú,

  cuando alcances la desconocida presa

 que tanto codicias”.

 

No quiero cansar al lector trayéndole todos los poemas que subrayaría. Le anticipo que pertenecen a libros de todas las etapas “evolutivas” de la poesía de Sánchez-Ostiz.

Ya, tras este magistral texto, de su primer libro, donde está una voz original, el poeta publica dos libros destacables escritos en los 80: El viaje de los comediantes, de 1982, y De un paseante solitario, de 1985. (Libros recogidos, como sabemos, en La marca del cuadrante, de 2000). Si cito el primero de ellos y sobre todo el poema antologado perteneciente a ese libro, “Llévame al fin del mundo”, es por mencionar el recurso a las “máscaras” del yo poético que bien destaca Rodríguez en el prólogo: el aventurero, el marino en especial, el comediante, etc, y sobre todo, para indicar el contraste entre la temática y el tono de poemas de ese libro (y de otros) que abrazan optimísticamente la “ventura” (que no es, sin más, la “aventura”), y otros, como los de un gran libro, De un paseante solitario, donde la voz se recoge en sí misma. Ambos movimientos son artísticamente complementarios, pero, creo, que el poeta logra sus mejores poemas en este otro registro, donde la melancolía, la autoconciencia y la percepción del paso del tiempo, le conducen a unos poemas de honda palpitación secreta, y de una redondez, casi estaríamos tentados a decir, clásica. Poemas como “Del regreso”, “Otoñal”, “Como polvo suspendido en el aire”. Creo que ahí está el hilo que lleva, más adelante, en los siguientes libros, a anudar las dos caras, los dos movimientos (expansivo e introspectivo) de esta poesía; cuyo resultado son extraordinarios poemas de Reinos imaginarios (libro de 1986), todos los antologados; para muestra destaco “Última partida”, del que reproduzco el cierre:

 

          Solo hay un hombre que teme a la muerte

            y a veces también a esa vida

            que afirma amar intensamente

            y entre tanto espera y vela

            y vive como mejor sabe.

 

La tendencia casi en casi todos los poemas es a la meditación, al monólogo, a veces desdoblado en diálogo con un tú profundo; la meditación, cauce principal de comunicación, se presenta formalmente en una versificación continua, monoestrófica.

 

Destacaría otros poemas, bastantes más, como el citado al principio, “Geografía de la ventura”:

    (…no tienes otra tierra incógnita

          ni otra geografía ni otra patria

          que la noche y estas palabras  (…)

 

Pero, si tuviera que quedarme con un solo poema, y con un único verso, de esta antología, iría a uno de los poemas finales, de Espuelas para qué os quiero, de 2022 (último libro de los publicados y recogidos en esta selección).

 

Se llama “Muriático de tinta”, y creo que el verso final del poema es insuperable. Lo reproduzco íntegro (por su brevedad):

 

          Mejor inventar que hacer recuento

            e inventariar la nada, la poca cosa,

            lo vivido a medias en horas bajas.

            Mejor el narcótico de los castillos en el aire,

            el trago duro de muriático de tinta

            que la torva realidad del poeta herido.

            Mejor que simular heroicidades de matasiete

            o el coraje de vivir a contrapelo,

            la cuchillada lúcida en el espejo.

 

 

¡Bueno! Creo que sobran mis palabras, lector.

 

 

Fulgencio Martínez

 








Fulgencio Martínez, editor de la revista Ágora-Papeles de Arte Gramático, digital. Autor de libros de poemas como La segunda persona (Ars poetica, 2021), León busca gacela (Renacimiento, 2009), la antología La escritura plural, 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura (Ars poetica, 2019) y de un ensayo sobre la filosofía y la poesía de Antonio Machado, publicado por la Universidad Católica de Pernambuco (Recife, Brasil).