ÁGORA. ULTIMOS NUMEROS DISPONIBLES EN DIGITAL

lunes, 23 de enero de 2023

Políptico del Prado. Seis poemas de Luis Alberto de Cuenca sobre cuadros del Museo del Prado/ ÁGORA N. 16 (AVANCE)/ Textos magistrales

 Fotografía de José del Río Mons                                                                                                                                                                                                         Luis Alberto de Cuenca

 

                               

POLÍPTICO DEL PRADO

                 Luis Alberto de Cuenca

 

 

ELOGIO DE LA PINTURA LITERARIA

 


Para mí la pintura es la historia que cuenta,

no el escorzo, el color, la técnica pictórica,

la textura, esas cosas a las que se refieren

en sus doctos trabajos los expertos en arte.

Me gustan, sobre todo, los cuadros que suscitan

en mí las emociones que provocan las viejas

epopeyas (ya saben: la Ilíada de Homero,

la Eneida de Virgilio, la Canción de Rolando,

el Beowulf, el Cantar del Cid, los Nibelungos…)

o las grandes novelas, sus fieles herederas

(y aquí Dickens y Tolkien, Melville, Galdós y Stevenson,

entre otros muchos nombres). Le pido a la pintura,

por tanto, que me cuente una historia en imágenes,

como hacían en Grecia y en Roma los sofistas

en sus series de Eikones de corte mitológico

(y aquí los dos Filóstratos para corroborarlo).

 


                           

 

                                     

 

 

 

 

 

 

 Tiziano. La bacanal de los Andrios y Ofrenda a Venus. Inspiradas en el libro Imágenes de Filóstrato el Joven. Museo del Prado. Madrid.

 

 

 


                                                      Andrea Mantegna. El tránsito de la Virgen. Museo del Prado.
 

 

MANTEGNA, EL TRÁNSITO DE LA VIRGEN

 

Belliniano y bellísimo, lo eligió Eugenio d’Ors

como cuadro a salvar de un incendio hipotético

en el Museo del Prado. Es puro surrealismo

(como lo es también Piero della Francesca,

de quien, para desdicha nuestra, nada tenemos

en el Prado). Felipe IV se hizo con él

cuando se subastaron los bienes del rey Carlos

I de Inglaterra, a mediados del siglo

XVII. Desde esa fecha El tránsito nutre

nuestra imaginación, fecunda nuestro espíritu

y nos hace soñar con nuestra Madre eterna.

 


 

                             

                                                               Sandro Botticelli. Historia de Nastagio Degli Onesti. Episodio 2

 

BOTTICELLI, HISTORIA DE NASTAGIO DEGLI ONESTI

 

Mi siguiente elección serían los tres cuadros

que Sandro Botticelli y su taller dedican

(junto con una cuarta tabla, que está en Italia)

a ilustrar una historia narrada por Boccaccio

en el Decamerón. Son tres maravillosas

viñetas que nos cuentan un cuento con final

feliz, ya que la dama termina concediendo

la mano a su galán (aunque antes asistamos

a la fantasmagórica y feroz cacería

que se plasma en las tablas). Un ejemplo de écfrasis

para la eternidad este de Botticelli,

mi pintor favorito, el dueño de la línea

que convierte en pintura la esencia neoplatónica

y nos conduce al reino perpetuo de la Idea.

 

 

 

 

                                                                                     Alberto Durero. Adán y Eva. Museo del Prado.

                 

 


DURERO, ADÁN Y EVA

 

Cómo son estos dos formidables retratos

que Durero pintó en 1507

y que nos hacen ver, enteros y desnudos,

a los primeros padres de nuestra especie. Cómo

iluminan el mundo a fuerza de belleza,

y más ahora que han sido restaurados

de manera impecable. Me fascina Durero

desde mi adolescencia, cuando visité en Núremberg

su casa natal y descubrí que eran copias

del Adán y la Eva del Prado las que había

allí. Padecí el síndrome de Stendhal paseándome

por la casa que fuera del genial grabador

y pintor alemán, autor de El Caballero,

la Muerte y el Diablo y de Melancolía,

dos muestras admirables de su genio inmortal

que, junto a Adán y Eva, son para mí la síntesis

de aquel Renacimiento que aún vive en nuestras almas.

 

 

 

 

                                                             Joachim Patinir. El paso de la laguna Estigia. Museo del Prado.

 

 

PATINIR, EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA

 

De niño, en mis primeras visitas al Museo

del Prado, me impactó de manera especial,

junto a la obra del Bosco, esta lección de fantasy

del genial Patinir: una auténtica summa

de narrativa pulp. Por no hablar de la forma

en que fuera pintado, de sus maravillosos

azules, de los verdes que circundan la tabla,

del infierno que acecha al otro lado, con

Cerbero preparando sus insaciables fauces

para engullirnos una y otra vez de un bocado

a todos por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 


 

                                                    Pieter Brueghel El Viejo. El vino de la fiesta de san Martín. Museo del Prado.

 


BRUEGHEL EL VIEJO, EL VINO DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN

 

De adquisición reciente, El vino de la fiesta

de San Martín fue objeto de una restauración

minuciosa, en el curso de la cual fue encontrada

la firma del artista brabanzón. No hay, pues, dudas

respecto a su autoría. El tema es el desmadre

que el 11 de noviembre, día de San Martín,

se produce en el medio rural, con la cosecha

terminada y el vino rebosando en las cubas

después de la vendimia. El gentío se agolpa

en torno a un gigantesco tonel de donde mana

el licor de Dioniso que hace olvidar la muerte

(esa muerte que triunfa en el otro gran cuadro

de Brueghel en el Prado), y la turba compite

por ver quién se emborracha más y mejor. Sus rostros

son los de hombres de entonces, pero también los de hoy

y de mañana: estirpe que un Dios antojadizo

creó a partir del caos y la basura cósmica,

y que repta y se arrastra por el tonel de Brueghel

en busca de la droga nuestra de cada día.

 

 

                  Madrid, 30 de junio de 2019

 

 

 


 

LUIS ALBERTO DE CUENCA (Madrid, 1950) es poeta, filólogo, investigador del CSIC, ensayista, traductor (Premio Nacional de Traducción con Cantar de Valtario, ed. Reino de Cordelia), y miembro numerario de la Real Academia de Historia. En 2022 recibió el Premio de Poesía Federico García Lorca y en 2021 publicó Después del paraíso (ed. Visor, Madrid). Con La caja de plata fue Premio de la Crítica en 1985 y con Cuaderno de vacaciones, Premio nacional de poesía en 2015.

Luis Alberto de Cuenca ha publicado en 2021 Ítaca y otros poemas (Reino de Cordelia), donde traduce una selección personal de poemas de Constantino Cavafis. También en Reino de Cordelia, Hola, mi amor, yo soy el Lobo, con ilustraciones de Miguel Ángel Martín, quien ya ilustró la citada traducción Cantar de Valtario. Algunos de sus más importantes libros de poesía anteriores, como El hacha y la rosa, El otro sueño, Por fuertes y fronteras han sido reeditados en Reino de Cordelia en los últimos años, en bellas ediciones ilustradas.

En Los mundos y los días (Visor, Madrid, 5ª edición en 2019) recoge una amplia selección de su poesía, desde 1972. En la misma editorial Visor, además del citado libro Después del paraíso, ha publicado Por fuertes y fronteras, La vida en llamas, El reino blanco, Bloc de otoño, Sin miedo ni esperanza (sesenta poemas escritos entre 1996 y 2002).

 

 

 

REVISTA ÁGORA DIGITAL/ TEXTOS MAGISTRALES / ENERO 2023

No hay comentarios:

Publicar un comentario