Nicole d'Amonville Alegría. Fuente:
Faberllull.cat
Poeta, editora y traductora (entre otros,
de Shakespeare, Emily Brontë, Mallarmé, Rimbaud, Pere Gimferrer, E. Kusturica),
Nicole d’Amonville Alegría es la autora de la traducción al español de la
novela Mircea (El amor no muere), de Maitreyi Devi. Como poeta ha
publicado Acanto y Foll d’amor,
dedicado a Ramon Llull.
Entrevista de Fulgencio Martínez,
Ágora, abril 2023
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Maitreyi Devi, Mircea
(El amor no muere)
Edición y traducción de Nicole
d´Amonville Alegría
¿Cómo llegaste al libro que has
editado y traducido, Mircea (El amor no muere)?
En torno a 1997 entré a trabajar en
Kairós, editorial fundada por el filósofo catalanoindio Salvador Pániker y regentada
por su hijo, el orientalista Agustín Pániker, y propuse dirigir una colección
de literatura que, en principio, iba a consistir en relatos pertenecientes a la
tradición oral. Gracias a Joaquín Garrigós, traductor de los ensayos de Mircea
Eliade del rumano al español, la colección no tardó en incluir parte de la obra
narrativa de este: Relatos fantásticos, Tiempo de un centenario (Dayán), y
Maitreyi (La noche bengalí).
Si no me falla la
memoria, fue Joaquín quien me indicó que la poeta Maitreyi Devi había escrito
una respuesta a la novela de Eliade. Descubrí que, cuando, en 1954, ella por
fin leyó Maitreyi (Bucarest, 1933), no sólo la anegó una avalancha de
sentimientos que se había esforzado por contener, sino que la escandalizó que
el autor, célebre historiador de las religiones, hubiera utilizado su verdadero
nombre para relatar con manifiesto erotismo el encuentro entre ambos en 1929,
lo que, en opinión de ella, constituía un libelo. La historia me apasionó y,
tras comprobar que se hallaba traducida al inglés por la propia Devi, me
propuse trasladarla al español. La titulé Mircea, en respuesta al Maitreyi
original de Eliade.
En tu epílogo titulado «Amrita»
escribes sobre esta nueva edición y haces interesantes observaciones acerca de
la traducción. Querría
que contaras algo más sobre tu experiencia de traducir este libro, como
traductora, escritora y lectora.
Mircea (El amor no muere) no es una novela al uso en cuanto a
que constituye una suerte de autobiografía novelada. La autora utiliza el marco
de una desgarradora historia de amor, única, entre dos personajes, no sólo para
trazar retratos no menos singulares y complejos de la India, Tagore, Gandhi, y
otras figuras literarias y espirituales de la primera mitad del siglo xx, sino también para realizar sus
propios sondeos metafísicos, tanto en prosa como en verso. De ahí que la obra
ostente una gran riqueza formal, cultural (material e inmaterial) e histórica.
En primer lugar, la obra
contiene múltiples referencias a la fauna, la flora, los usos y costumbres, y
las distintas tradiciones religiosas del subcontinente indio, para lo que mi
estancia de dos meses en la India fue de cierta utilidad, por no hablar de la
inestimable ayuda que me prestó Austín Pániker, aunque muchos términos siguen
siendo intraducibles. En segundo lugar, Na hanyate, título original de
la «novela» publicada en 1974, año en que se declaró la independencia de la
India, es, por un lado, un relato histórico que abarca desde 1929 hasta 1972 ¾alude a
la «Guerra de 1971» (la tercera guerra indopakistaní, que dio lugar al estado
independiente de Bangladesh), la revuelta de los cipayos, la Marcha de la Sal
de Gandhi y otros acontecimientos acaecidos durante los largos años de rebelión
política¾, y, por otro, una narración exterior al tiempo, en
cuanto a que confunde presente, pasado y futuro. De ahí que, desde la primera
edición española, Mircea. Una historia de amor (Kairós, 1999), la
traducción me planteara retos, no sólo léxicos, sino también sintácticos, y es
que la obra responde a la mentalidad oriental, no lineal, donde los
acontecimientos no guardan una relación de causa y efecto. Por último, la
narración está cuajada de poemas, sobre todo de Tagore y la propia Devi, pero
también de otros poetas, tales como Kalidasa, Shakespeare y otros, para los que
hube de componer poemas equivalentes.
Así, los cambios
efectuados en esta segunda edición, en la que he revisado la traducción de cabo
a rabo, son que he respetado la «inusual» división de párrafos y los saltos
temporales; he eliminado el extenso glosario, porque muchos términos constan en
Internet, aunque he conservado las traducciones entre paréntesis efectuadas por
la propia autora y he añadido entre corchetes las de los vocablos más difíciles
de encontrar; y he revisado la composición de todos los poemas citados. En
cuanto al título, he conservado el de la primera edición, Mircea, pero
he sustituido el subtítulo por «El amor no muere» (una traducción más
fiel, aunque más explícita, por expreso deseo del editor) del original Na
Hanyate, cita del verso del Gita «Na hanyate hanymane sharire», que
vendría a ser «no muere cuando muere el cuerpo».
Es un relato tan bien escrito y trata
de un tema tan profundo, a la vez que sencillamente humano, el amor, ¿qué
reflexiones te suscita después de traducirlo, a día de hoy? ¿Crees que el libro
conecta con los lectores (uso el genérico), comoquiera que sea la visión de
estos sobre el amor? Hoy se ha llegado incluso a poner en tela de juicio el
amor romántico.
El amor no conoce fronteras, edad ni
sexo. Creo que lo demuestran ambas novelas, aunque, en este sentido, la
principal diferencia entre ambas es que en Maitreyi (La noche bengalí) el
narrador relata la experiencia de un amor imposible, erotizado, sujeto a los
celos, capaz de ser, si no destruido, al menos sofocado, mientras que en Mircea
(El amor no muere) la narradora refiere la vivencia de un amor incorpóreo,
atemporal, imperecedero, indestructible y consustancial al alma.
La editorial Delirio ha tenido el
gran acierto de publicar ambos relatos conjuntamente, en una bellísima edición,
con traducción de Joaquín Garrigós en el caso de Maitreyi (La noche
bengalí), y tuya en el de Mircea (El amor no muere). A mí, como
lector, lo confieso, me ha parecido más interesante el libro de Devi, aunque el
de Eliade me ha gustado muchísimo, es un relato de formación, más que de
búsqueda de un sentido metafísico como el de ella. ¿Qué piensas de ambos
libros?
Se trata de dos novelas
complementarias, y, por eso mismo, aunque contengan elementos comunes,
diametralmente opuestas, tanto en la forma como en el contenido. Ambos autores
recurren a un narrador en primera persona y describen un apasionado y trágico
amor, sin futuro posible, como el de Romeo y Julieta. No obstante, por un lado,
Maitreyi (La noche bengalí) es una novela tradicional que cuenta con dos
claros protagonistas cuyo amor, en efecto, es la suma expresión del amor
romántico: primero la exaltación de un amor idealizado, donde el deseo
emocional se mezcla con el sexual, y luego la tortura física y psíquica del
protagonista al que se le niega la consumación de dicho amor. Por otro lado, Mircea
(El amor no muere) es un relato híbrido que insiste en la supremacía del
amor espiritual, que no sólo abarca a varias personas, sino que incluye a un
árbol, y cuyos protagonistas conforman un triángulo: la narradora «Amrita», el
estudiante extranjero de su padre «Mircea Euclid», y el «Maestro» de ella
«Rabi-babu» o «Rabi Thakur», que no es otro que Rabindranath Tagore.
No puedo remediar, como lector,
hacerte esta pregunta: ¿Qué te parece el final del libro Mircea (El amor no
muere) (no se lo desvelamos a los lectores completamente)? Le di vueltas,
unas veces me parece una venganza, otras…. y otras… Solo dime qué es para ti…en
dos frases, si puedes.
Diría que la respuesta está en la
última línea. Aunque antes de llegar a esta, el relato apunta a que, en este mundo, lo más cercano a la
inmortalidad es la memoria. El personaje «Sergui» escribe a «Amrita»: «nuestra
memoria activa es, en efecto, absoluta y, por consiguiente, en cierto modo
somos inmortales […]. La verdadera muerte es el olvido».
Mircea Eliade en su libro desliza una
cierta observación, alude al bovarismo de «Maitreyi». Quizá pocos lectores hoy
entiendan de primeras ese término y el complejo psicológico que sugiere. Pero,
como tú dices, de otro tema, todo está en internet y lo pueden buscar. Para mí,
el personaje que dibuja el libro de Mircea pudiera ser así, como Emma, pero tal
personaje, en efecto, no se corresponde con la figura que la escritora da de sí
misma en su propio relato. La mujer madura, escritora y filósofa, la autora del
libro Mircea (El amor no muere).
Crees que esta impresión contradictoria puede tener el lector hoy de
ambos libros, y no sé qué pudiera significar en el desencuentro de ambos.
Podrías comentar tu interpretación…
Que yo recuerde, el narrador de Maitreyi
(La noche bengalí) adjudica el «bovarismo» a la violonchelista judía
finlandesa, «Jenia Isaac», que ha acudido a las montañas del Himalaya en busca
de «lo absoluto»... Tampoco hablaría de «desencuentro» entre los dos amantes,
sino de separación forzosa debida a los prejuicios sociales y culturales del
padre de la «Julieta» de la historia, «Naren» en el relato de Devi, «Narendra
Sen» en el de Eliade, que en la realidad corresponde a Narendranath Dasgupta,
el profesor de sánscrito de Mircea Eliade en la India. Lo que sucede cuarenta
años después es otra historia…
Cuando Mircea y Maitreyi se
enamoraron, ella tenía 16 años y Mircea 23. No puedo dejar de pensar en esta
historia de amor entre dos seres a los que «no hiere ningún arma, ni quema
fuego alguno» (p. 301), como escribes en tu epílogo. ¿Es ese el destino
de la gran literatura, de los grandes relatos, dejarnos anhelantes?
La alta literatura está ahí para
helar la sangre y volar la tapa de los sesos.
Por último, te felicito por la
extraordinaria fluidez de tu prosa. Para ser traductor, siempre sostengo que es
más importante dominar el idioma al que se traduce una obra. Me gusta el uso
que haces de expresiones como “de hito”, expresiones muy hermosas y coloquiales.
Gracias.
¿Traduces preferentemente al idioma
español? ¿Qué nuevas traducciones llevas a cabo o en proyecto, si puedes
avanzarlo?
Sí, traduzco del inglés, francés y
catalán al español, que es mi lengua materna. Lo más difícil de una traducción
literaria es captar el tono de la obra en la lengua de partida y saber
trasladarlo a la obra en la lengua de llegada, y ese es un reto frente al que
me parece imposible salir victorioso si no se traduce a la lengua materna.
Tengo un proyecto entre manos, del
que no puedo hablar, pero que saldrá en otoño de este año, y otro, del que sí
puedo hablar: se trata de una edición ampliada y revisada de mi selección y
traducción de 71 poemas de Emily Dickinson (Lumen, 2003), a la que
añadiré un buen número de poemas.
Como escritora, ¿en qué género literario
te manejas más a gusto? Dime alguna/s obra /s tuya/s que recomendemos a los
lectores de la revista.
Entré en la literatura a través de la
poesía a una edad muy joven. Sin embargo, aunque he traducido la poesía de
Emily Dickinson, Laura Riding, William Shakespeare, Stéphane Mallarmé, Joan
Brossa y Pere Gimferrer, entre otros, lo que exige un conocimiento absoluto del
oficio, por elección propia, hasta la fecha he publicado un único poemario, Acanto
(Lumen, 2005), que por su antigüedad ya no se encuentra en librerías, pero sí
en Internet. De momento, hasta que publique un nuevo poemario, recomendaría las
siguientes ediciones y traducciones de obras inmortales que han exigido toda mi
atención y creatividad: Emily Brontë, Cumbres Borrascosas (Nueva
edición revisada, Grandes Clásicos Random House, 2022), Emily Dickinson, Cartas (Lumen, 2009;
Penguin Random House, 2022); Víctor Català, Soledad (Trotalibros 2021,
la segunda edición estará disponible en mayo 2023), Víctor Català, La
púa de rastrillo (Club
Editor, 2021), Laura
(Jackson) Riding, Laura y Francisca (Punto de Vista Editores, 2018), El
amor de Magdalena (Punto de Vista Editores, 2019), y Ramsay
Wood, Kalila y Dimna, y otras fábulas del
Panchatantra (Acantilado, 2017).
Entrevista publicada en la revista Ágora-Papeles de Arte Gramático. N. 17. I Parte especial Abril 2023. Nueva Colección. Mircea. Maitreyi. Disponible la revista en Calameo, para su lectura gratuita:
https://www.calameo.com/read/002827296d6e09b5b04bf
NICOLE
D’AMONVILLE ALEGRÍA es
poeta, traductora y editora literaria. Nació en El Salvador y se crio en
Mallorca. Luego vivió en Barcelona, París
y Londres, y viajó
extensamente por América, África, Europa y Asia. En 1992 obtuvo su Maestría cum
laude en la Sorbona con la tesina: «Locutor y estructura textual en el
Llibre d'amic i Amat de Ramon Llull». Regresó a Mallorca en 2010, tras haber
trabajado como editora en Barcelona durante 11 años. Ha establecido su hogar en
Palma. Es de múltiple nacionalidad, pero escribe en español.
Ha publicado el poemario Acanto
—uno de cuyos poemas inspiró al compositor estadounidense Carl Mansker la
sinfonía Signo— y poemas dispersos recogidos en revistas de España,
Francia, y México. Una selección de su poesía ha sido traducida al inglés por
Jonathan Boulting (The other poetry of Barcelona, California). Ha
escrito el libreto Foll d’amor sobre la vida y la obra de Ramon Llull.
Ha traducido la poesía de
Shakespeare, Lawrence Durrell, Mallarmé, Rimbaud, Emily Dickinson, Laura
(Riding) Jackson, Joan Brossa, Pere Gimferrer, y la prosa de Emily Brontë,
Víctor Català, Madame de Lafayette, Paul Bowles, Saki, Gladys Huntington y Emir
Kusturica, entre otros.
REVISTA ÁGORA DIGITAL / DOSSIER MIRCEA. MAITREYI. ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO N. 17. Nueva Colección / Abrl 2023