CARTA A MANUEL GARCÍA VIÑÓ.
REIVINDICACIÓN DE LA ILUSTRACIÓN CRÍTICA
ESPAÑOLA. MI POSICIÓN ANTE LA POESÍA Y LA LITERATURA, SOBRE LA CUESTIÓN
PALESTINA Y EL INGLÉS, Y OTRAS COSAS QUE VERÁ EL CURIOSO LECTOR
Primero,
decirte que busqué un libro tuyo en la biblioteca regional de Murcia: Novela
española actual, de 1986, creo. Libro que mantiene
su vigencia en la actualidad. Me considero un aprendiz en la novela, en el relato,
en general, tanto en la práctica (tengo un librito inédito de relatos, al que
algún día le daré una mano final, aunque cada cierto tiempo lo rehago); como en
la crítica y el estudio. Me he ido siempre más hacia la poesía. Estudié
filosofía, aunque he sido y soy un lector ferviente de literatura. Hace un par
de años terminé Filología Hispánica por la Uned, que era un ansia mía de antes:
disfruté con el estudio de mis poetas y mis novelistas, y me voy poniendo al
día en crítica y en filología, poco a poco. Mi formación filosófica parte más
de Derrida y de los franceses, y en el fondo, de Heidegger (La
esencia del arte y otros ensayos suyos sobre Rilke, Hölderlin
es lo que más aprecio).
Me resulta curioso
pero quizá el énfasis que pongo en reivindicar el compromiso en poesía con lo
histórico, y con el presente-futuro (poner el foco en el futuro) quizá haga que
se piense que tengo una visión unilateral -¿tal vez marxiana o marxista de la
literatura o de la poesía en concreto?- Ya están muchos compadres con la
etiqueta al canto. No. A mí me gusta toda la buena poesía, aunque disfruto de
la grande (Hölderlin, San Juan de la Cruz, Pessoa, Quevedo...
a quien adoro en todo, y mucho por su poesía satírica, en mi blog hay una
sección quevediana: billete contra el gobierno), y amo a Góngora,
pero sobre todo la poesía oral, el habla, el Arcipreste de Hita, Villon,
y toda esa mala hierba encantadora.
Pero la poesía hoy, y más la española, pienso yo, ha de dejar un rato al menos su egocentrismo lírico, esos "mundos interiores" que tanto nos entretienen o nos gustan. Decía yo, como sin querer, en un libro (Prueba de sabor, que está en Renacimiento):
"De la esclavitud silenciosa /que sufren los trabajadores/ bajo la nueva tiranía/ del poderoso Don Dinero/ poco se escribe.
¿No se escribe porque no se lee / o quizá, porque como tema/ de una poesía/ hoy no interesa....
Ten por seguro /que nos quieren/ mano de obra sumisa/ mal pagada y contenta.
Que el poeta hable/ de sus mundos interiores./ La poesía no debe ser política...
Otro cantar quisiéramos....”
Vivo una cierta contradicción, pues, aunque me parecen buenos poetas aquellos que hablan desde su torre de marfil, considero que en la poesía es imprescindible la tensión erótica, es decir, la lucha con lo real por parte del sujeto poético: con cualquier forma de entender una realidad- obstáculo que supera al poeta individual.
Ese eros-lucha se
da en grado máximo en la gran mistíca, donde hay celos, quejas, hasta ese toque
humano de reproches y de chantaje emocional: “¿adónde te escondiste/ amado y
me dejaste/ con gemido... “ Hay erotismo a raudales en ese
forcejeo y rendirse reprochándose y chantajeándose, y ocultarse. Ya sabemos,
desde Denis de Rougemont, lo que da el obstáculo en la novela y en el
eros de occidente; sin eso no hay pasión erótica, solo poemas de amor
sentimentales, válidos, sí, pero no de aquella estirpe.
Decía
que vivo en una cierta contradicción (aparente) porque me parecen buenos poetas
pero no me interesan nada.
No
llego al punto de decir aquello que decía Quintana: que si leemos la
poesía española no nos enteramos nada de la historia de España. Precisamente,
algunos poemas de Góngora (tan puntuales y periodísticos, “A la mamora…”, por
ejemplo) o de Quevedo, lo desmienten. Me interesa, sobre todo, la poesía del
siglo XVIII (algunos poemas de Jovellanos y Meléndez, y el genio
de Leandro F. Moratín... coincido en esto con mi maestro y amigo Guillermo
Carnero, aunque él toma la parte de la forma y no -en apariencia- entra a
su calado filosófico y político).
Como
ves, reivindico la ilustración crítica y lo hago de forma crítica con la
herencia ilustrada, pero mucho más con la burguesía literaria (ay esa
generación del 27 cuánto ha dañado la literatura española, y más porque los
tipos eran grandes, grandísimos poetas. Por cierto, con Cernuda tengo
muchísimo amor, sobre todo con el Cernuda del exilio, y con un libro Desolación
de la quimera. Pero Las nubes es magistral. Menos, con Alberti,
y sobre todo, con Machado, Antonio (su hermano era un genio particular,
pero Antonio es el maestro y la genialidad tanto filosófica como poética del
siglo XX español). Y admiro y me guía Miguel Hernández.
Miguel Hernández es un caso único. No burgués -como García Lorca, al que aprecio muchísimo, pero Miguel va más allá: solo el verso de Miguel más humillado que bello, pone lo bello burgués a cien metros bajo tierra. La dignidad humana, la justicia son los nuevos valores estéticos y los de siempre, desde Platón. Lo bello es y era lo bueno y justo. Ante todo esto, lo burgués queda en su sitio, nos tiene contaminados por el gusto, vale, pero nuestro pensamiento va más allá.
Miguel Hernández es un caso único. No burgués -como García Lorca, al que aprecio muchísimo, pero Miguel va más allá: solo el verso de Miguel más humillado que bello, pone lo bello burgués a cien metros bajo tierra. La dignidad humana, la justicia son los nuevos valores estéticos y los de siempre, desde Platón. Lo bello es y era lo bueno y justo. Ante todo esto, lo burgués queda en su sitio, nos tiene contaminados por el gusto, vale, pero nuestro pensamiento va más allá.
En
novela no te puedo decir con igual o algo parecida opinión meditada. Hay una
cuestión teórica a la que siempre he dado vuelta: ¿por qué Sartre, en su
¿Qué es la literatura?, excluye a la poesía de la llamada al compromiso?
Es la novela, el
teatro y el ensayo los que asumen la función histórica del compromiso. Eso es
un resto burgués: la poesía siempre nos queda como reino aparte estético, es
más: incluso el dogma -seguido por poetas "comprometidos", aun hoy,
como es, según él, García Montero, el prejuicio -digo- de separar obra y
hombre. Lo ético, el compromiso está bien -dicen- para la vida personal, civil,
para el hombre; la obra ha de ser aséptica, lo ideológico, lo político, lo
ético la desvirtúa estéticamente; es más: según dogma del 27 y siguientes hasta
hoy una obra con ideas, ideales, ética con opiniones y todo lo que quieras
poner según instinto del escritor es, a priori, apoética. Es mentira: es el
esteticismo burgués que deja al arte una función desvitalizada, deshumanizada y
descontextualizada.
Más política e
ideología que hay en Dante o en Homero...imposible. Son obras
grandes porque no se les puede quitar su ideología. No como decía Eliot:
que nos daría igual que fuera esa u otra ideología, pues el efecto estético las
envuelve. No. Es al revés.
¿Cómo deshacernos
de la crítica burguesa y de sus mundos y pensamientos únicos? Hay que leer
ciencia (Einstein), hay que leer otras visiones críticas. Como me dijo
Guillerno Carnero, a propósito de los románticos alemanes (Friedrich
Schlegel) e ingleses: tuvieron la suerte de estar acompañados por los
mejores críticos. La crítica es lo que da y hace el valor literario y crea las
perspectivas. Él se quejaba de que su generación, la del 70, no tuvo crítica en
España. Hoy comienzan a verse, con perspectiva, algunos logros de esa
generación desde la óptica histórica europea, del mayo del 68 y los aires de
cambio en todo que trajo...
Me gustaría
recibir algunos de tus libros sobre la novela. Yo te enviaré también algunos
libros míos de poesía.
Como adelanto, te
envío esto que está inédito y quizá, si no hay censura, se publique este año.
Le llamo Cancionero y rimas burlescas, es un cancionero de mi ortónimo
Andrés Acedo, un libro diferente que ha sido ilustrado con poemas visuales, y
es de poesía amarga y satírica sobre el tiempo que vivimos.
Le escribiré a
Juan Zapato enviándole tu poema. Gracias por la confianza. Yo creo que tanto
él, como los poetas que me gustan en Israel, son pacíficos y detestan la
violencia antirrevolucionaria. Yo aquí en España veo también mucha hipocresía
respecto a Israel, sobre todo en la progre... Es como los que dicen
Euskalerría, Catalunya, Palestina como estados, pero nunca han sido tales; vale
como utopías, y ahí todo derecho a luchar por ello, pero no tienen ningún
derecho histórico sobre tierra o estado, pues, aparte de que jamás ha valido el
derecho histórico (salvo para la muda constitución española aún actual,
manipulada ab origine por las oligarquías nacionalistas que obtuvieran
sus prebendas basándose en dicho supuesto, y que no les basta), si valiera el
derecho histórico los romanos reivindicarían Palestina, Marruecos, Libia, etc,
que eran provincias de su imperio, y los incas el Perú, y antes otros más atrás
reivindicarían lo de éstos, etc). Pero es que, además, no hubo nunca un Estado
palestino al que haya invadido o reprimido Israel. Eso por un lado. Luego,
evidentemente, el dolor, el mal que se hace a inocentes, a niños es
injustificable: no hay ninguna filosofía, ética ni menos religión ni política
que lo justifique. Los judíos de Israel no son todos iguales, ni fanáticos ultrarreligiosos, que los hay, sí, y
también entre ellos hay bandidos, usureros malos, inhumanos, y, por supuesto, mucha buena gente. El
criptoantisemitismo español está también. En fin, que en estas cuestiones es
difícil -además de lo ideológico pasional- de darle toda la razón a unos sobre
otros. Yo, emotivamente, me considero judío español y árabe español, y donde
español digo romano, no de la iglesia, sino romano de Catulo y de Horacio.
¿Sólo con que se dé cuenta el mundo que escribe en latín y suma y resta en
números árabes? ¿Qué sería de Bill Gates sin la escritura alfa (bética)
numérica?
Los ingleses, por ejemplo, semianalfabetos aún hoy... que aún escriben mal el latín, y pronuncia i cuando escriben e... etc. A mis alumnos les diverte mucho que les diga eso y también que sé que los jodidos ingleses, alemanes, etc, que escriben en latín, hostias, nunca van a dar su brazo a torcer y a reconocer que lo leen mal y lo hablan peor. Si el monje que les enseñó a escribir en latín les hubiera dado dos leches...por leer mal lo escrito...no tendrían tantos problemas como tienen los chicos al aprender el inglés. "Peter", y dicen Piter, serán bizcos... Coño, que escriban Piter y dejen de marear.
Un abrazo, amigo Manuel
Fulgencio Martínez
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