Luis Bagué, autor de Paseo de la identidad |
BIBLIOTHECA GRAMMATICA.
CUADERNO DE CRÍTICA DE FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA T3/1
PASEO DE LA IDENTIDAD
por Francisco
Javier Díez de Revenga
Paseo de la identidad
Luis Bagué Quílez
Premio Emilio Alarcos de Poesía
Ed. Visor, Madrid
Luis Bagué
Quílez (Palafrugell, 1978) obtuvo el XII Premio Emilio Alarcos de poesía por su
libro Paseo de la identidad, que
ahora publica Visor en Madrid. Y experimenta en este libro un nuevo paso en su
ya consolidada obra de poeta, crítico y filólogo, un avance más en el mundo de
su poesía que parte del concepto sugerido por un paraje visitado en Iguazú,
Argentina, con el nombre de Paseo de la
identidad, que figura en la imagen de la cubierta del libro. Porque, desde
luego, aunque el poemario recoge paisajes y espacios diversos visitados, y
podría parecer un libro de viajes y geografías alucinantes, no es sino un
ejercicio de profundización en la propia «identidad», tal como sugiere el
título del poemario y la fotografía que ilustra su portada.
En
todo caso, la técnica empleada por Bagué para ahondar en un mundo poético
incisivo y penetrante, es similar a la del collage, ya que conjunta espacios
remotos (USA, Argentina, Europa) para estructurar su poemario en tres partes de
diferente extensión: Mecánica terrestre,
American Landscapes y Escala real.
Y cada una de ellas acoge poemas que son fragmentos de existencia ante una
realidad insólita, a veces retenida en poemas muy breves de uno o dos versos
nada más. Aunque en otras ocasiones se demora y extiende en escenas admirablemente
conseguidas con toda su dosis de vida cotidiana y de inevitable asombro ante el
instante, como ocurre en dos pomas antológicos: «Oración en Starbucks» o
«Biología marina», pertenecientes a Mecánica
terrestre.
Es
muy destacable en la construcción del mundo poético de Bagué en este libro,
como en otros anteriores suyos, el sentido del humor y la ironía que, a veces,
se consigue con la nueva formulación de frases hechas sorprendentemente
deformadas como si quisiera mostrar un mundo cotidiano en descomposición y en
crisis, en el que el poeta es un ciudadano absorto y sufriente, para mostrar
que tanto la identidad del poeta como la del mundo no son en realidad lo que
parecen sino que están sometidas a presiones muy intensas.
Y en ese
sentido el intermedio norteamericano, con sus imágenes retenidas, es altamente
representativo de las contradicciones de este mundo, un mundo capitalista posiblemente
fracasado a causa de su deshumanización y carencia de identidad como no sea la del
consumismo desmedido. En realidad, tanto esta apertura al mundo norteamericano
como al argentino en otra de las partes del libro, refleja el asombro del poeta
ante la inestabilidad de un mundo abierto y global en el que las sorpresas se
van alternando con los accesos a la propia intimidad. Todo ello, sin duda, como
expresión de la identidad del yo lírico, que sigue siendo la de un Luis Bagué
poseedor de un estilo propio y de un idioma personal, en el que no faltan las
predilecciones de siempre como el cine, recuperado en un Triptico Lumière compuesto de tres estancias: Salida de los obreros, Llegada de un tren y El regador regado, que se
cierra con estos paradójicos versos, pura esencia del cine con Louis Lumière como
trasfondo: «¿Qué diferencia ves / entre la filmación y lo filmado?».
O reflejado
también en la reverencia ante la más entrañable poesía de siempre retenida en
un emotivo y sintético Yo también estuve
en Colliure, reflejo de la inevitable sensación de pesadumbre histórica que
comporta el lugar y su trascendencia literaria con Antonio Machado en la
memoria. Identidad que es la del ciudadano del mundo contemporáneo sobrecogido
ante el Entorno Windows que viaja en
un avión de las Narrativas argentinas,
que se cita en un Starbucks, o que visita leones y lobos marinos y sobrevive en
un mundo dominado por las lenguas modernas, para exclamar en el único verso del
último poema, titulado Lost in
Translation: «No volveré a escribir sobre mojado». «El sueño del dragón
produce monstruos» se dice de forma muy goyesca en otro poema y con Quevedo en
el fondo en otro se asegura: «No cambia lo que solo se transforma. / Solo lo
que ha cambiado permanece».
Un defensivo
sentido del humor es la única arma de la que dispone el poeta para enfrentarse
a este mundo globalizado que está perdiendo su propia identidad y está logrando
que el ser humano, sensible y consciente, también pierda la suya propia. Y casi
sin identidad, ya solo la ironía es capaz de salvaguardarla de la patética tragedia
de una vida sin sentido, como se dice en el penúltimo poema del libro, Traducción simultánea, en sus dos únicos
versos:, «Las palabras que nos salvan la vida / son las mismas que pueden
condenarnos a muerte».
N.Editor.
Luis Bagué Quílez (1978), doctor en Filología Hispánica. Ha publicado, anteriormente al libro comentado, los libros de poemas Telón de sombras (2002), Un jardín olvidado (2007) y Página en Construcción
(2011), y obtenido el Premio "Ojo Crítico"
de RNE, el Premio "Hiperión" y el Premio "Unicaja".
FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA es Catedrático de Literatura. Profesor de la UMU. Miembro de la Real Academia sevillana de las Buenas Letras.
REVISTA ÁGORA DIGITAL/ octubre 2014/ Bibliotheca Gramática/Poesía/Cuaderno de F.J. Díez de Revenga
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