PADRE
(REFLEXIÓN SOBRE LA PATERNIDAD)
SEGUNDA EPÍSTOLA DOCTRINAL
Toda la tradición occidental ha hurtado al hombre su muerte, y a la vez su paternidad.
Por Fulgencio Martínez
a Teresa Oñate y Zubía, filósofa,
profesora de la Facultad de Filosofía de la UNED
1. En la búsqueda del sentido de una nueva ontología posmoderna, hermenéutica, que no interprete el ser como voluntad de poder, o voluntad de voluntad, sino como diálogo, apertura en el lenguaje y escucha (del ser) en el ser del hombre, nos surge una cuestión: ¿qué es, para la filosofía, la paternidad?
Nietzsche la llama voluntad de engendrar, de crear nuevos valores....
Toda la tradición desde Platón la desvaloriza. En República y Timeo ni siquiera tiene cabida el concepto de padre... (A Platón solo le interesa la "paternidad" de los "escritos", de los logoi -Fedro, Timeo-; qué pueda dar cuenta de ellos: la antigüedad venerable de la memoria oral -caso de un relato, de un mito-, o la razón y el arte retórico del escritor, si se trata de un logos nuevo, un hijo que no puede legitimarse por aquel testimonio de la memoria oral).
¿Por qué algo inherente a lo humano no es tenido en cuenta por los filósofos? ¿Qué terror o nudo hay aquí?
2. Precisiones sobre el concepto de paternidad. No es tanto la voluntad de crear o engendrar, sino la de cuidar, proteger. Esto abre el concepto.
2.1. En primer lugar, el sentimiento legítimo de poder se expresaría por este cuidado: es ese cuidado.
Ser superior significa protección y cuidado; respecto al otro: hijo, obra, débil.
2.2. Está en relación con la muerte y la existencia auténtica (Heidegger. Ser y tiempo).
2.3. La paternidad se asocia con la obra de arte. El creador siente a su obra como hijo, quiere cuidarla, se preocupa por su futuro; y de algún modo conjura la muerte y la acepta a la vez; no la defiere.
3. Se arranca al hombre una existencia plena cuando se le difiere la muerte y la paternidad.
Tenderíamos nosotros a asociar ese hurto con la "mala posmodernidad", que critica Teresa Oñate en un texto en el que reflexiona sobre "el fin de la modernidad", a propósito de los malentendidos que deforman la noción de posmodernidad y des-sustancian lo que Vattimo llama "el fin de la modernidad".
4. Toda la tradición occidental ha hurtado al hombre su muerte, y a la vez su paternidad.
¿Toda? Toda la tradición utópica (Platón, Campanella), o, más, toda la tradición que pretende instaurar un "post", o que pretende instaurarse, ella misma, en un "post".
Siempre que nos referimos a Platón, lo hacemos a una de las posibles interpretaciones de la gran masa de intereses de los diálogos platónicos (Derrida, Khôra). Un cierto Platón se presenta antagonista de la paternidad, otro Platón ("somos hijos de la polis) la envuelve en una interpretación más amplia, pero desnaturalizándola; otro Platón la toca tangencialmente en su exigencia de que lo escrito tenga un padre, y otro Platón.....
5. Desde un enfoque ético y político: se comete así la suprema injusticia, al pobre, al hombre en general, que se toma como valor de cambio o de uso.
6. Una post-modernidad mala pretendió deshacerse del padre, de la linealidad edípica del tiempo. Todos somos hijos de nuestro tiempo. Somos padre hacia el futuro.
7. Ser padre, cuidar el tiempo, el ser, la obra, el otro, implica: inseguridad (¿cómo hacerlo bien?), vivir en ausencia el presente (un futuro anterior y un futuro posible), y al revés, vivir en presente la ausencia (querer preservarlo para ella, darlo en don); asumir el riesgo, la responsabilidad, el valor del error.
8. Toda la tradición ha puesto un padre al hombre por encima de él, para evitar esos riesgos supuestamente; pero, en realidad, para despojarlo de su corazón humano. (En las sociedades míticas el nombre de una persona repetía el del ancestro o antepasado: tiempo circular).
9. La muerte de dios significa la muerte del padre prefabricado.
El asumir el hombre su condición de ser y tiempo, su no dilación de la muerte (su muerte propia).
10. ¿De dónde surgen los valores si no de ese ansia de ser que habla en el propio hombre? Le llaman anhelo de inmortalidad del alma (Platón ya desfigura el concepto, como luego el cristianismo).
En el momento en que el ansia de ser no habla desde el propio ser, sino de una hipotética -titánica- voluntad que quiere perseverar... en otro mundo, o en signos estatales de grandeza (pirámides)
11. La radical ansia de ser desde el ser mismo está inserta en todo (Spinoza), en lo humano: no es crear algo idéntico, imperecedero, inmutable, infinito (inerte) sino lo mismo y diferente: la finitud del ser que encuentra ahí un limite a su deriva o mala infinitud: el ser acoge todo.
12. Eterno retorno, selectivo (Deleuze, Vattimo): de una participación en un bien comunitario, donde se toma y se da el bien-ser. El hombre es el pastor del ser, en este sentido.
13. Se oye aquí constantemente una apelación a la responsabilidad. Al vínculo de la libertad y la generosidad: a la autodeterminación y a la "virtud que hace regalos" (Zaratustra).
14. Los hermanos Karamazov: ambigüedad del padre, padre opresivo, que anula, no deja ser padres a los hijos e hijas. Nihilismo. Espiritualización de Aliosha.
15. El miedo al padre hace esclavos. El esclavo era el único cuya muerte era resarcida, porque pertenecía a otro (su dueño). Los pobres, su muerte no es suya: o bien alienan su muerte en una esperanza ultravida o bien son carne de cañón (Napoleón). No existen.
16. Existir auténticamente implica asumir en el ahora la posibilidad de la muerte.
¿Por qué sería la paternidad-maternidad (no diferenciamos ahora) la respuesta? Hay que entender que no es respuesta a ningún problema (solución o antídoto o recurso para sortear un peligro).
Es respuesta en sentido de respuesta a un reto, llamada, a la autenticidad: del ser. El ser es lo contrario de un problema. Su escucha en los seres humanos dice que el hombre tiene una identidad-diferencia: es padre-hijo, una copertenencia en su ser.
17. Hablamos del hombre y del ser no como especie, sino individuo, inmerso en una corriente de ser.
18. Dionisos es padre-hijo. (Zeus, en cuanto niño. Dioniso naciendo de un muslo de Zeus...el hijo lleva al padre y es padre).
19. La mujer inventa, el hombre (varón) descubre -dice Nietzsche. ¿Cómo entender ahora esa diferencia? -sin duda algo importante -y complementario- hay en esa sentencia. Solo que sospechamos un "también" y que la pensamos desde lo masculino.
20. La maternidad quiere también proteger, reunir, soltar y recoger.
21. La paternidad puede llamar a la puerta de lo diferentemente Otro. Por un exceso -donde había un defecto- de generosidad. Lo humano siempre implica parentesco.
22. Paternidad-maternidad y parentesco. Un aire de familia, la mismidad diferente.
23. Los sistemas de parentesco desparecen en el Estado, que impone una identidad abstracta, repetible, objetivable.
¿En qué ciframos entonces lo común del género humano? ¿en la razón, en el genoma, en la persona sujeta y portadora de derechos universales?
24. La apertura a la paternidad y la maternidad es la apertura a la tierra: tierra que te ha parido, cielo y aire y fuego que has cuidado.
25. Al ser, a los dioses elementales, a lo primigenio que llama Heidegger, se volvería el cuidado. La cuaternidad humana abierta y cuidadora de eso mismo.
26. Mientras la generosidad máxima de los hombres hace, así, posible la apertura, quizá, al dios desconocido, al de los otros...o a lo radicalmente otro.
27. Esta es la tarea del verdadero humanismo: no el de los titanes ni el de los hijos parricidas, sino el de asumir la condición de hombre padre y madre e hijo e hija; que anima a seguir y avanzar en lo abierto y da seguridad en la tierra.
28. El hombre no está solo como hombre, implica el pasado (de otros hombres padres-madres que han cuidado para él) y su apertura, en sí mismo, a lo diferente e igual del hijo.
La mujer inventa, el hombre descubre: esa apertura. El varón ha de dar dos pasos adonde la mujer ya se encuentra. (Seguimos sin captar el fondo de la sentencia).
29. ¿Cómo el ser humano no querría cuidar el ser si en ello le va el futuro de su obra hijo y su sentido de la muerte, pues permanece de algún modo en el hijo?
30. En la sociedad actual: la técnica ha modificado el acceso a la paternidad- maternidad, pero no su esencia.
31. Lo que ha sido alterado y confundido es (mas allá de toda sociología y problemática) la imagen de la paternidad-maternidad; en la medida en que al hombre-mujer se le ha distraído con otros fines.
Quisiéramos referirnos siempre al hombre corriente, al hombre de carne y hueso (Humano) no al hombre de la tradición occidental ilustrada ni solo al artista, ni al científico o filósofo.
Queremos referirnos a lo que Maslow llamó necesidad de autorrealización (una palabra del Superhombre de Nietzsche, pero no de su exclusiva propiedad): a la paternidad-maternidad en sentido esencial:
Queremos referirnos al campesino, su vida humilde tiene un sentido por cuidar su cielo-hijos-tierra.
Y también al artista, responsable de su obra (¿a qué artista que crea le da igual el futuro de su obra? Todo artista-creador realmente crea las condiciones en que su obra perdura).
También al artista, porque, al cuidar de su obra, necesariamente se preocupa por el futuro, por el bien.
Y quisiéramos referirnos incluso al "man" (que asume las interpretaciones hechas, que se pierde a sí mismo en una existencia inauténtica -Heidegger); a los espíritus débiles, al pobre que no tiene una interpretación propia, y al trabajador a quien le imponen una interpretación (fuerza de trabajo) los amos de la palabra. En fin, al hombre corriente que no se ha dado una interpretación, a ese "resto de los mortales" que forma la inmensa mayoría de la humanidad.
32. Esos mundos diferentes del artista, el campesino, el obrero, el científico, han sido cambiados, por un progreso que fija metas, tiempos, mundos caducos y por venir, sin su voluntad de sentido.
La voluntad humana dirigida y manipulada por los fines del progreso: ella misma se siente a sí fuerte cuando cumple y obedece, o cuando se rebela y "manda", siempre dentro de ese orden teleológico añadido al hombre como superestructura.
33. La verdad es que somos finitos, morimos y esto es lo que da sentido a la pequeña voluntad de sentido que somos: la paternidad-maternidad que crea las condiciones de (para) que nuestro pequeño mundo cuente y fluya en el ser.
34. El ser se oculta y decae en lo ente. Vivimos en la verdad, lichtung, apertura del ser y a la vez encubrimiento.
35. El hombre emboscado (Jünger) de los caminos perdidos en el bosque, que conoce el andarín, y el guardabosques, y el leñador. (Heidegger, en Sendas perdidas).
36. Ya no somos material para una sociedad. Nietzsche.
37. Cómo enlazar estos cabos. Desde un asumir la condición humana adulta de padres-hijos, a lo comunitario.
38. Amistad (Aristóteles), philia (Empédocles), pietas. (Gadamer. Vattimo de Adiós a la verdad). Es triste que no estemos en buenas relaciones con la verdad.
39. El dinero como mercancía total. La técnica como disponibilidad total. Dios, como la mercancia supernumeraria, que nunca se puede comprar, fundamento-patrón de todo.
40. Si no el oro, ¿hoy, qué es el fundamento aún, el patrón de todo?
El miedo... a la orfandad, más aun: a la exposición, a no ser reconocidos hijos... a quedar fuera del poder-progreso-dios- técnica, o a estar solos, después de haber muerto el padre o de habernos liberado de él.
El miedo a ser padres-madres.
41. Viviendo actualmente, de nuevo, en la sociedad del riesgo: la técnica no asegura, ni siquiera tiene el control de lo económico. El poder se divierte con sus microrrelatos: ha perdido su coherencia. (Tras la muerte de los grandes relatos -Lyotard)
En esta segunda década del siglo XXI: el riesgo además se hace pagar a los débiles, pobres, a todos, porque cuenta con el gran patrón-fondo y crédito del miedo.
42. El consumo nos ha vuelto niños no Dionisos niño sino criaturas impertinentes, malcriados, perezosos y deseantes omnideseantes. La ciencia, los expertos callan sobre el riesgo, evalúan en función de los intereses para los que ellos trabajan. La voluntad de verdad, la honestidad que Nietzsche suponía en la ciencia, ha muerto también con la muerte de Dios, en efecto. La ciencia trabaja en la red del poder.
Japón: accidente en la central nuclear de Fukushima: ¿ningún experto avisó del absurdo de construir centrales nucleares en zona sísmica? No, posiblemente esa obviedad estuvo tapada por el cálculo de riesgo y ventajas. Es más ventajoso el dinero de centrales. (El ahorro de dinero para el país, en comparación con otras energías; o el dinero del negocio de las acciones en centrales, quién sabe). En realidad, es imposible saber la verdad: si la centrales son beneficiosas o no, nadie cree en la ciencia; y la filosofía asume una función hermenéutica (de interpretación) no legisladora. (Zaratustra, filósofo legislador). Pero tampoco ya legislan los expertos salvo nominalmente (quién legisla: ¿los políticos?: tampoco. Es claro que el dinero. Transparentemente se manifiesta detrás de todo -información, poder politico, poder social, religioso- un poder económico invisible. Por invisible no quiere decir menos real y menos cuestionable.
Cuestionarlo, aun en época de crisis de sistema como la de hoy, supone o derribarlo o seguir pidiéndole soluciones, es decir, provocar otra vuelta de tuerca, del látigo del amo: ven, que te de unos cuantos azotes más para que sufras y te compadezcas y mientras tanto eres mi igual.
Hemos llegado al cinismo ultramoderno, liberal (que no es el buen cinismo divertido de ciertos posmodernos de primera hora que se pusieron la etiqueta de posmodernos. Música, gabardina, mod).
43. La democracia. Participación con amplia base social en lo público. Lugar de debates y encuentro de proyectos, paternalidades-maternalidades.
44. ¿En qué medida lo posmoderno como nuevo, no encierra la contradicción interna de asumir la secuencia con del tiempo lineal moderno?
Es una respuesta primera decir que lo posmoderno es reconciliación, no superación dialéctica, no cae en la trampa dialéctica. Vale. Asume lo pasado, los pasados posibles, la huella, y abre desde ellos la posibilidad del futuro. Futuro es lo posible, lo abierto, que se encierra ya en el pasado como lo no dicho pensado vivido. El eterno retorno implica asumir eso actual del hombre que encierra las tres dimensiones espaciotemporales, sin anularlas.
Pero, sería preciso profundizar más en la idea del eterno retorno. ¿Cómo asumir los campos de concentración y los gulag?
Volviendo a la pregunta de base, para reconocer una edad como otra se requiere una diferencia delimitadora de lo anterior. No estamos en la posmodernidad si no en el fin de la modernidad, podía decir Vattimo.
Pero ese fin de la modernidad -nihilismo alto- ¿cómo reconocerlo sin otro término que venga después? Como al final de la oscuridad se supone luz. O se supone otra cosa. No podemos reconocer el fin de la modernidad sin pensar en un alter tiempo. Pero ese alter es la lógica lineal que delimita fines.
Si lo pensamos desde el eterno retorno de lo mismo....en Así habló Zaratustra... la visión y los enigmas, morder la cabeza de la serpiente que devora la garganta del pastor y que podría no solo matarlo si devorarlo en lo igual e idéntico.
Ese acto de morder la cabeza de la serpiente supone un nuevo comienzo, radicalmente nuevo, sin referencia a un orden serial, un comienzo que no viene después de un fin: el eterno retorno del tiempo presente-futuro.
¿Fue un ensueño, o una visión real? Cabría la tercera posibilidad: interpretarlo literalmente -no de forma alegórica ni tampoco irónica- como una visión del más acá del apocalipsis de san Juan. Un atisbo de lo que ocurriría en un relato diferente de la Historia, distinto al relato cuyo final nos cuenta ya el apocalipsis.
45. Si lo incluimos (me refiero a ese otro relato de la visión del eterno retorno) en una epocalidad nueva del ser, volvemos, con Heidegger, a encontrarnos en una serie, lo nuevo no es nuevo comienzo, sino nueva apertura del juego, que implica ausencia, cerrazón.
No hay progreso, sino vuelta (Kehre) y vueltas. Historicidad fundamentada en el ser- que es también fundamento y abismo.
La historicidad en Nietzsche se entiende como un asumir el hombre el error necesario, la Historia (como ese todo de las diferentes historias), la necesidad de máscaras y un desatar los hitos: desde la voluntad de poder crear nuevos valores eternos, como juego, como hacen la naturaleza, los dioses, las fuerzas elementales irresponsables. Liberar la voluntad de poder de lo ente.
Desde Heidegger, hemos visto que lo primigenio, se integra en la cuaternidad del ser que copertenece al hombre. La tarea del hombre es el logos pensar que recoge, lenguaje pensador del ser.
46. La gaya ciencia.
Nuestro nuevo "infinito". ¿Hasta dónde alcanza el carácter perspectivístico de la existencia?, y si toda existencia es interpretación pues si esta no la tiene carece de sentido; ¿no habrá otro sentido detrás de ese interpretar, o cabe solo buscarlo en preguntar por esa condición interpretadora de la existencia? ¿En una metainterpretación que siempre cae en ser una interpretación pero que no busca un sentido más allá de ese interpretar-vivir?
Existencia interpretadora. No podemos saber, el intelecto humano se ve a sí mismo bajo sus formas perspectivísticas, exclusivamente bajo sus "máscaras" (Vattimo). Vana curiosidad saber si existen otras formas de perspectiva, de intelecto; por ejemplo, si se conciben seres cuya noción del tiempo sea hacia atrás (hay un reloj en Londres así) o alternativamente, hacia adelante y hacia atrás.
Lo cual determinaría otra dirección de la vida y una noción diferente de causa y efecto.
Hemos de asumir la linealidad del tiempo y lo circular, para la paternidad. (Pero, esa "y", esa conjunción hemos de dejarla al ser. No la podemos pensar ni interpretar por nosotros).
Hoy en día es arrogancia decretar desde nuestro rincón que únicamente desde este rincón es lícito tener perspectivas.
El mundo se nos aparece doblemente infinito: no podemos descartar la posibilidad de infinitas interpretaciones.
Alguien estaría tentado de divinizar ese inmensidad de mundo desconocido; de adorar, acaso, en adelante, lo desconocido como Lo desconocido...
pero involucra esto desconocido hartas posibilidades nada divinas de interpretación, harta diablura, estupidez, locura de interpretación, incluyendo nuestra propia humana, demasiada humana, que conocemos.
47. Debemos cuidar de aquellos que no tienen interpretación.
48. Hans Jonas. Principio de responsabilidad. Al margen de la ley de Hume (Ilicitud del salto desde el hecho a la norma).
Modelo de salto de hecho a norma: el niño recién nacido; pide su ser-ahí que se lo proteja.
¿Puede construirse sobre el particularismo del afecto un vínculo universal, comunitario, social?
Paternidad remite a Dios.
Pensar a Dios después del Holocausto, de Auschwitz, supone no entenderlo ya como un padre omnipotente, que puede salvar (Heidegger)...
Dios se habría dado todo en la creación y ya no puede hacer nada por el hijo.
Hemos de asumir la condición de padres, desde él...
- Hijo, necesita nuevos modelos, cristianismo kenótico (Vattimo), la cáritas... el espíritu.
¿No es volver a un fundamento autoritario, paternal del poder, al rey-filósofo platónico, quien se comporta como un padre respecto al hijo?
Nietzsche-Zaratustra, el primer pensador postplatónico: "Dios ha muerto", el Padre ha muerto, vino a decir: Platón ha muerto. Ergo, ha muerto el Padre, el Bien, la Verdad, la Justicia, de arriba. Sed padres, asumir los valores de la tierra. Crea, cuida.
49. La paternidad es una política. Una ecología.
¿Qué otra cosa si no, han hecho (los hombres): sino que han tratado de cuidar su casa, su cuerpo, su voluntad propia con honestidad, sin hacer grandes teorías?
50. La voluntad es niño, el cuerpo es niño. El yo es un pequeño niño que cuidamos.
51. El tiempo es niño (que cuida a un niño). Por él nos vela el padre-madre Ser. (Sein sin sus atributos sexuales, es impensable. Das Seyn, neutro porque da cabida a toda forma de sexualidad. ¿Pensó Heidegger en esto?).
52. Identidad y diferencia (Heidegger). Tiempo y ser. En Levinas: El tiempo y el otro.
Levinas (y Musil) piensan en un padre-madre con atributos, Un Otro en que no nos pudiéramos mirar, no sería, de verdad, otro. Musil describiría al hombre que ha perdido los espejos: el hombre sin atributos.
53. El que trabaja crea a su propio padre. (Kierkegaard. Temor y temblor).
54. El capital vive de la renta del padre que crean otros, los creadores de paternidad.
55. Finalmente, en la Posmodernidad no nos sentimos ya hijos de la Modernidad: una herencia que nos ahoga. ¿Desde qué momento en la Modernidad ya no hubo un espacio para ser padre? Denunciamos "su verdad" (su afán de lucro sobre los hijos y padres) y nos fuimos a otra parte -¿adónde?- a danzar con otros mitos.