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martes, 6 de febrero de 2024

El cielo. Cuatro poemas de Fulgencio Martínez para un recital de poesía

 

 El cielo. Cuatro poemas de Fulgencio Martínez para un recital de poesía

                                                  

FIDES  (Poción mágica)

                                                                

Toda la fe en la escritura vuelve

 en la escritura misma

cuando estamos a punto

de renunciar. Toda la mar abraza

a esta única gota que se hace cuenta

de la vida. Mirándome la mano

en lo oscuro, pasa un río de ceniza.

Un ápice de deslumbramiento mágico.

Un fondo de rocío bulle a ráfagas…

evoca el cielo nocturno estrellado.

Por verlo contigo valió la pena

deambular como un ciego muchos días.

Que nadie se equivoque: no elegimos.

Tan solo se decide perseverar o no.

Los ojos del niño se divertían

cazando en un estanque

sus pensamientos, como ahora yo

sobre la hoja verde que gira en blanco.

Hoja de menta, delirio de olor

que nos quita el relente del aliento

y nos dora con ilusión los frutos

extraños que dejamos en la sombra

madurar. Los fantasmas sin sonido.

Los versos en los que se labra el alma

su vuelo sobre el olor a podrido…

Que nadie se confunda, que lea bien,

que nadie añada: “y su mortaja”.

Por verlo contigo valió la pena

deambular como un ciego muchos días. 

Que nadie se equivoque: no elegimos.

Tan solo se decide perseverar o no.

 

 

 

 

 

DESDE AHORA

 

como un huésped
procedente de un país donde todo es silencio.

                 Guillermo Carnero

 

Desde ahora hablaré suavemente

como el lagarto rubio en la cima del cielo,

o como croa la luna inquieta

en la charca, mientras dura la noche.

Palabras como un pegaso de cartón

que cruza ligero el mar de nunca.

 

 


 

CONSTRUYENDO ESPAÑA

 

Un tormento de grúas es su cielo

que anuncia una tormenta futura

de todo el litoral construido,

de uno a otro confín.

 

 

 

  

 AMOR DEL CIELO AL SUELO                          

                  Versión 2.

 

       Converso con el hombre que siempre va conmigo.

                              ANTONIO MACHADO

  

   A Soledad

 

Converso con el amor imposible

   que a veces va conmigo, y que a veces

   necesito tenerlo en la distancia

para que en su ausencia lo reconozca.

 

Se despierta por gracia del amor

    el desconcierto de todas las voces

    de mi alma, resonando en su espesa

materia de tiempo, y de recuerdos.

     

A poner paz en los ecos confusos

     de esa algarabía viene la sombra

del amor callada y tu ausente luz

 

pulsa un río de estrellas en el cielo

nocturno.                                

                  Tú que no eres una estrella

ni el sol, me acercas a él poco a poco.

 

 

En el primer y en el cuarto poema se menciona el cielo de noche, el cielo estrellado. En "Fides (poción mágica"), poema del libro Línea de cumbres, la alusión al cielo se vincula con la escritura, y en el fondo, con el anhelo humano de sobrevivir. En el soneto blanco, "Amor del cielo al suelo", del que doy aquí una segunda versión inédita hasta ahora, el cielo simboliza el amor y se vincula a la luz, o mejor, ausencia de luz que propicia en la noche oscura contemplar el alto río de las estrellas. La luz es el ideal, el amor celeste; la ausencia o sombra, el amor del suelo, no hay uno sin el otro.

En los otros dos poemas, el cielo es solar, diurno. En el segundo poema, "Desde ahora", el cielo se asocia al "lagarto rubio" en su cenit al mediodía. Pero el tiempo humano es también un andar todas las fases del sol, hasta el atardecer, incluso, quién sabe, dura en la noche mientras croa la luna inquieta...

El tercer poema es un epigrama, brevísimo; expresa una crítica a la voracidad económica que destruye la naturaleza, y denuncia el hiperdesarrollismo especulador (fue escrito en la primera década del siglo XXI, pero un poco antes de la "crisis" o gran recesión económica española que se inició en 2008-2009). Hoy en día, entiendo que puede leerse también como una crítica a esa otra especie de destructores de la convivencia entre españoles. El cielo es físico, pero también, como en los otros tres poemas, es simbólico en parte; simboliza lo abierto, la dimensión que hace respirable y que acoge a la morada Tierra.

 

FM

 

Fulgencio Martínez es autor de Línea de cumbres (ed. Adarve, Madrid). El año de la lentitud (Huerga y Fierro ed. Madrid), Cancionero y rimas burlescas (Renacimiento, Sevilla), y El cuerpo del día (Renacimiento, Sevilla).

Los poemas serán leídos por su autor en el Centro Cultural Puertas de Castilla, Murcia, el martes 13 de febrero 2024.

1 comentario:

  1. Me resulta difícil interpretar los poemas en general pero gracias a tu posterior explicación me ha parecido comprender bastante, un abrazo

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