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sábado, 13 de julio de 2013

Crítica de Paolo Astorga a El año de la lentitud, de F.M, en la revista peruana Delirium Tremens, 8, 2013 / Textos de mano. Ágora digital.

Paolo Astorga. Fuente: FestivaldepoesiadeLima.blogspot.com



La revista Delirium Tremens, en su número 8, 2013, incluye un poema inédito de Fulgencio Martínez ("El testigo edénico"), y una crítica del libro El año de la lentitud, realizada por Paolo Astorga, crítico, poeta y director de la revista, que se hace desde Perú, con "alcance internacional". Blog de la revista:




Delirium Tremens, núm 8. 2013. Perú.
Papiros de carne. Reseñas, p. 61.



El año de la lentitud 
(Huerga y Fierro Editores, 2013) 
Fulgencio Martínez


      
Crítica de Paolo Astorga

El año de la lentitud (Huerga y Fierro Editores, 2013) del poeta español Fulgencio Martínez (Murcia, España, 1960) reúne una colección de poemas que giran en torno a diversos temas de corte existencial donde el sujeto poético experimenta en sus descripciones una metaforización del espacio como una identidad, como medio para expresar estados que van desde la nostalgia de lo perdido hasta la reivindicación de lo que acontece. Los poemas de Martínez exploran la modernidad desde varias perspectivas temporales donde el tema central está en las contradicciones del ser que se enfrenta ante sus profundas imposibilidades, ante la negación de sus deseos. La frustración como discurso aglutinante, como medio expresivo, se puede observar de manera muy sutil pero directa en los poemas que conforman este poemario. La duda, la perplejidad y sobre todo la construcción crítica de una realidad que nos hace pasado, recuerdos, ceniza de lo vivido, cruza cual espada filuda todo el libro.

Poemas como “Sirena de una nueva edad del hielo” reactualizan el relato mítico de la dualidad estética de las “sirenas” (bellas y mortales), pero desde una visión desencantada de aquello que “pudo ser”, es decir ese placer no vivido, ese ideal desatendido y abandonado que se convierte en “mi único pecado de juventud: rechazar, una vez, oír tu canto”.

Hay además, en el libro un canto contracorriente, una voz que desde la marginalidad, desde el exilio, se desprende de sus hipocresías y muestra la realidad en el arte como estigmas, como superficialidades que cual barro seco en los ojos no nos permiten ver el fondo, sino solo la cáscara o el cascarón, ya que “por contaminación de época, / en nuestra poesía importa más / la variación temática que el tema”. 

Sin embargo el libro no solo se enfrenta a una ontología del ser que se pierde en sus adversos deseos, sino también nos muestra con una fina carga de ironía su sección: “Sátiras y autografías”, poemas que tienen un contenido más desenfadado y donde la crítica sin duda va hacia esa modernidad que nos santifica como los más hipócritas del siglo frente a lo que nos aleja de nosotros mismos, es decir: nuestro egoísmo, nuestra irracionalidad, nuestro narcisismo de medio pelo. Poemas como “Redes sociales” o el estupendo “Recomiendo leer a Schopenhauer” son solo algunos ejemplos de ironía pura frente a las mil caras falseadas de lo moderno.

Sin duda este poemario nos lanza sus versos para sumergirnos por un sinfín de reflexiones que, evidentemente, nos dejan su soledad, su rabia y su ternura. Una ternura que desgarra y desangra nuestro “rostro” hasta observar realmente nuestro verdadero rostro sin ornamentas, sin maquillaje, al natural para así contemplar sin excentricidades, ni apasionamientos, nuestro año de la lentitud hacia el abismo o el abismo hacia nosotros.

                                                                               Paolo Astorga


ÁGORA DIGITAL JULIO 2013 
 

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