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viernes, 28 de junio de 2013

Nominaciones. Diario politico y literario.../51




DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE FULGENCIO MARTÍNEZ, DONDE SE HABLA DE LO DIVINO Y DE LO HUMANO/ 51

Cerramos con este artículo el curso 2012-2013 de este diario. En septiembre seguiremos comentando...


                      Publicado en La Opinión de Murcia, sábado 29 de junio 2013.

                   http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/06/29/nominaciones/479881.html


                                     NOMINACIONES



Ya se acabó. en el Partido Popular y en el Gobierno, lo de "nos hace buenos Zapatero". El otro día, viendo en un telediario, la enésima vez que don Mariano Rajoy en sesión parlamentaria usaba ese mantra de argumentario desfasado en respuesta a la Oposición, se me metió una raspa de risa en el galillo mientras almorzaba.

La cómica seriedad a lo Buster Keaton de nuestro Presidente, quien superó el bachiller con un aprobado raspadillo, consiguió en este profesor cansado transmitir un regocijo incontenible, más inconveniente, si cabe, que la náusea cuando está uno a medio de tragar un bocado. "Salí de casa con la sonrisa puesta", recordando un estribillo de Tequila.

Por lo general, los más días es náusea y cabreo lo que suelen provocarme las discusiones entre Gobierno y Oposición, cuando las miro en la tele. En casa, ya hemos decidido apagar la tele a la hora de comer, y oír el Ángelus como antiguamente, ahora grabado con sonido sonorámico en un hit moderno.

Es curioso el efecto Gran Hermano que encierra el viejo caserón de la Carrera de San Jerónimo, sede parlamentaria, como usted saben, de nuestras Cortes democráticas. Allí, si no en clausura y apartamiento mundanal, sí durante unas horas transcurren nuestros Diputados, ajenos a la brasa de la calle, a los oídos y lenguas de la opinión pública: y allí se embelesan en un diálogo interno, como si nadie los viera ni oyera, ni hubiese cámaras de televisión que graben.

Levantan el argumento del "tú también, ladrón, lo eres" o del "tú más, Mariano, que te pillo", como si el juego consistiera en obtener puntos en un concurso de retórica: en quién es capaz de acusar de más incompetente o ladino al otro. Creen, en el fondo, como los concursantes de Gran Hermano, que lo que hacen, dicen, callan, se queda de puertas a dentro del Congreso. Piensan, tal vez, que la taquigrafía donde se reflejan las sesiones es solo un mecanismo para registrar con oficialidad el juego, y que, al final de casa sesión, el presidente del Congreso, don Jesús Posada, la revisa y puntúa los méritos obtenidos en la descalificación del contrario. Son tan infantiles los diputados... No extrañe que algunos conserven lagunas y mares que arrastran de su bachillerato elemental. Si levantara la cabeza el padre de nuestro presidente del Congreso (quien fue alcalde franquista, hombre de orden y convencido de la seriedad del servicio a la política), y viera a su hijo hacer el papel de la Milá.

Pero, el acabóse final para los populares lo está escribiendo estos días Luis Bárcenas, preso como Cervantes en una cárcel española. Veremos lo que pasa. Estaremos expectantes. Un editor tendría ahí, en la pluma del cabrón, un éxito de ventas asegurado: mucha lana que escardar. Se avecinan tiempos de nominaciones y expulsiones en el PP, pero no estoy tan seguro de que nosotros los veamos.


Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y escritor cansado

jueves, 27 de junio de 2013

Desde otro cielo imposible. Un poema inédito de Sebastián Alfeo




DESDE OTRO CIELO IMPOSIBLE


                           Converso con el hombre que siempre va conmigo.
                                                ANTONIO MACHADO


Converso con el amor imposible 
que siempre va conmigo, y que a veces
necesito tenerlo en la distancia
para que en su ausencia lo reconozca.

Me llega en el amor
el desconcierto de todas las voces
de mi alma resonando en su espesa
materia de tiempo, y de recuerdos.

A poner paz en los ecos
viene la sombra
del amor callada, 
 
tú y solo el rumor de un río
de estrellas en el cielo oscuro.
 
La serenidad no encuentra
mi huso horario, 

y cuando me llega, de ti, el amor
fuerte, vivo, real, en presencia
me asombra, como unas aspas gigantes
de luz, fijas sobre mí.


Sebastián Alfeo
 
(versión actualizada a 2 de marzo de 2023, en Tarazona)

domingo, 23 de junio de 2013

CRÍTICA DE LA CRÍTICA CATÓLICA AL ABORTO. Diario político y literario de F. M..../50

                         gracias a Amnistía Internacional, en nombre de la Humanidad




CRÍTICA DE LA CRÍTICA AL ABORTO

(o de la necesidad hoy de la Filosofía para el progreso social)



I

La verdad os hará libres, dice el Nuevo Testamento. (Juan 8, 32). Recogemos ese espíritu de amor a la verdad y refundamos en él nuestro derecho a la libertad de pensar; libertad también de pensar lo contrario, o mejor, lo diverso a lo que dicen los intérpretes "únicos" del Evangelio. Pensar (nos enseñó Hegel en su Ciencia de la lógica) es ir de lo diverso a lo más diverso, es decir, pasar de una cosa a su concepto, y de un concepto inerte a otro vivo: de un cauce a otro cauce más ancho, deshacer los tópicos, diluir las frases hechas. Mas, teniendo en cuenta que casi todos pensamos con frases hechas, y que estas provienen de una filosofía o ideología, a la pregunta: ¿Para qué necesitamos de la filosofía?, habría que responder: Pues para manejarnos con la filosofía; es decir, con pensamientos que han inventado otros: los filósofos o sus adaptadores, los ideólogos. 

El "ideólogo", el creador del cristianismo como religión universal fue san Pablo (según Nietzsche anticipó y ha confirmado la ciencia neotestamentaria en el siglo XX). Sus pensamientos ocurrentes interpretaron a su sabor aquella frase dirigida por Jesús a sus paisanos judíos: la verdad os hará libres- ; la "verdad" es, para Pablo de Tarso, la religión cristiana. Pero, aun la interpretación paulina se puede interpretar al pie de la letra (ad litteram) o según espíritu. Como pasa con toda "verdad" (como vale también para la Carta universal de los Derechos Humanos), tan importante o más que lo que dice la letra es su interpretación. Hay interpretaciones conservadoras, regresivas, solidarias, progresivas, de todo hay en la viña de la interpretación. La lucha de las ideas -que es lo que impone su tempo y su substancia a la realidad concreta que vives-­ suele ser lucha en ese nivel de las interpretaciones, pues las grandes verdades o son eternas o fueron ya encontradas, por genios; y casi siempre dicen con una pluralidad casi inagotable de interpretaciones de su sentido.

Viene esto a cuento por el tema del aborto. La iglesia, desde su anterior Papa aún vivo y que en paz descanse, ha venido rearmando una interpretación regresiva y -creemos nosotros- anticristiana y rígida de su moral. Este hecho sería solo un asunto de teología moral si no afectara a la vida diaria de muchos de nosotros, y no solo a los mismos sinceros cristianos (conozco a una profesora de Religión que tuvo que verse dividida entre aceptar el aborto que necesitó su hija o seguir la rígida moral antiabortista del anterior Papado- que, por cierto, sigue siendo la del prelado máximo español, el cardenal Rouco Varela, que en paz nos deje descansar). Así que, la tesis de una Curia romana no solo afecta a la grey cristiana, sino a muchos más que pasaban por allí y que indirectamente sufren las consecuencia de una dilapación moral cuando deciden abortar, o a los que simplemente se les niega esa posibilidad, aun a riesgo de su vida. Incluso, en el discurso de aquellos católicos más tolerantes, se cuela un poso vicioso del eslogan de que el aborto es pecado, cuando se sienten comprensivos con el error humano y el consiguiente delito de abortar. No hay tal pecado ni tal error más que una determinada ideología que parte de una determinada antropología.

Está reciente el triste caso de la niña salvadoreña Beatriz. Pero no queremos basarnos en él para una reflexión puntual. Sino abordar el debate filosófico sobre el aborto. Quizá, con cierta razón para algunos, este sea un debate ocioso: para un pensamiento laico, la cuestión quedó ya resuelta -tanto a nivel filosófico como moral (véase el libro Ética aplicada, del aborto a la violencia, de José Ferrater Mora y Priscilla Cohn) después de ser debatido largamente en los años 60 y 70, en las sociedades modernas norteamericana y europea: "Obligar a una mujer a seguir llevando un organismo viviente que no quiere llevar parece ser algo así como una especie de esclavitud, una pérdida de autonomía, lo que desde el ángulo moral es aborrecible. Podría compararse un embarazo obligado con un secuestro...Si hay alguna propiedad de algo es la propiedad del propio cuerpo. Si alguna persona tiene derechos de alguna clase, son ante todo los derechos de su propio cuerpo". Y también el aborto parece asunto resuelto en las Constituciones -a través de leyes de casos, o plazos, etc, de condiciones en las que se puede o es lícito abortar. "La mayor parte de las sociedades han establecido leyes que disponen lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer con la propiedad de una persona. Hay leyes relativas a la compra de una casa... estas leyes aspiran a proteger las prerrogativas del propietario de manera que pueda hacer lo que quiera con su propiedad. No hay límites a que uno haga lo que quiera con su propiedad. El cuerpo es una propiedad, aunque hay cosas que no se pueden hacer por respeto a los demás: dar patadas, porque ese modo coarta la libertad de otros; limitaciones que son restricciones concernientes a lo que se puede hacer con la propiedad de uno en tanto que se tiene en cuenta el bienestar de otra persona independiente. El cuerpo es propiedad de una manera íntima, debemos tener sobre él más dominio, un dominio completo".


II

Como todo derecho, el derecho a interrumpir el propio embarazo se ha de realizar bajo ciertas condiciones. Pero, para la ideología de la curia católica, no hay diálogo en este punto. Después del éxito político del papado de Juan Pablo II ante el final del comunismo, con su sucesor Benedicto XVI, el Vaticano instrumentalizó y universalizó en las sociedades neoliberales dicho prestigio político y moral para rearmar un pensamiento católico ultraconservador y regresivo social y humanamente.

En el fondo y en la forma, la Iglesia está en contra de todo tipo de aborto, por una razón que en último término va de la mano de una interpretación -seguimos con aquello de las interpretaciones- determinada del Evangelio. En este caso, de los versículos de Juan 1, 12-14, que dicen (los escribo en latín para más claridad, y porque ustedes son cultos y compartirán o no luego conmigo la posible traducción-interpretación): "nec ex sanguinibus nec ex voluntate carnis nec ex voluntate viri; sed ex Deo nati sunt". Los hijos nacen de Dios, los hace Dios y solo Él puede decidir en su nacimiento o no nacimiento. Esa es la cuestión radical, que está en la dogmática de la Iglesia y vulgarizada en su Catecismo. 

Pero la frase del Nuevo Testamento dice, situada en su contexto: "nec ex sanguinibus nec ex voluntate carnis nec ex voluntate viri; sed ex Deo nati sunt. Et Verbum caro factum est et habitavit in nobis". Nacemos, procedemos como hombres, no de las sangres, ni de la voluntad de la carne (el deseo sexual) ni de la voluntad humana (o, en su concreción histórica, del macho, varón y amo), sino de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. La frase se refiere claramente al renacimiento del hombre como hijo de Dios al hacerse Dios a través de su Hijo Hombre. Ese es carisma espiritual de la fraternidad en Cristo, el sello cristiano por encima de ser judío o gentil. Nada dice la frase de la unión natural hombre y mujer, de la procreación natural; sería hacerles de torpes e ingenuos a hombres experimentados como san Juan o san Pablo, o al filósofo san Agustín, por más que fueran cristianos, el no atribuirles una experiencia de la vida suficiente para saber de dónde vienen los niños. ¿Cómo de esa interpretación descaminante se ha podido llegar al absurdo de sentar el dogma rígido de que no hay libertad de decidir para las mujeres y los hombres, y que los niños los da Dios -otra frase hecha que es réplica de una interpretación- y que hay aguantarse?

Si interpretamos bien, entendiendo por el contexto del Evangelio ( que se refiere al "renacer" del hombre en Cristo, no al nacer natural, desde sus padres) podemos extraer lo que piensa el Evangelista sobre este nacimiento natural: los niños vienen de las sangres, de la voluntad o apetito carnal, que es como no menos libre que la voluntad propiamente humana, racional, pero el Evangelista alude también enseguida a esa voluntad humana, a la libre elección. La vida es un proceso natural finalístico que necesita de tres cosas: el cuerpo ( de la mujer, y las sangres de los dos, hombre y mujer), pero también del apetito - la voluntad de la carne, a la que los curas renuncian y denigran de forma antinatural, por cierto- y, sobre todo, de su fin final: la voluntad humana. Porque -fijaros- hasta aquí no se ha dicho más que hombre y mujer, no padre y madre; decidir ser padre o madre es asunto exclusivo de la voluntad libre de los seres humanos, de la pareja humana, Nadie puede imponerme ser padre o madre, ni a una mujer se le puede imponer ser madre por el hecho de que haya pasado por los dos capítulos anteriores, de la sangre y la carne.

"Dios creó al hombre a su imagen y semejanza". Que Dios creó al hombre, si se fijan bien, es contradictorio con el mismo concepto cristiano de Dios y de creación: ¿crear qué significa?. Siempre se ha hecho hincapié en un crear de la nada, para manifestar la omnipotencia y autosuficiencia del acto creador y del divino Creador. Al contrario, si lo pensamos bien, crear implica siempre crear algo para alguien, no para nadie; si Dos creó al hombre fue para el hombre, para que él decida y piense por su cuenta.

Si los católicos ultramontanos están dispuestos a revisar las ideas éticas de la modernidad, oigan esta advertencia: la filosofía moderna puede volver a señalarles en sus mismas carnes las frases hechas que siguen adorando, las inepcias de sus interpretaciones, incluso de ese concepto tan capital como la creación del mundo y del hombre por un dios que nos trata como cosas y siervos suyos. Y que nos niega nuestra más pobre heredad: el dominio sobre nuestro propio cuerpo.




Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y escritor cansado

viernes, 21 de junio de 2013

En busca del lenguaje único. Anna Rossell comenta las recientes producciones del grupo Oxímoron




EN BUSCA DEL LENGUAJE ÚNICO


DVD: Videolibro-objeto nº 1: El luto de los colores & Metáfora en busca del lenguaje único, La Náusea Ediciones, Monistrol de Montserrat, 2012 /  
CD: Bluesía, La Náusea Records, Monistrol de Montserrat 2012-2013.
Oxímoron (Marian Raméntol, Jaume Vendrell, Cesc Fortuny i Fabré)



Dividido en cuatro partes: Metáfora, en busca del lenguaje único, El luto de los colores, Galería y Biografías, los tres componentes de este grupo pictórico-poético-musical llamado OxímoronMarian Raméntol, Jaume Vendrell y Cesc Fortuny Fabré-, nacido oficialmente en 2012, nos ofrecen un conglomerado artístico polifacético en cuantas vertientes son capaces de manifestarse. El conjunto pretende alcanzar, como ya intentara Wagner, una Gesamtkunstwerk -una obra de arte total-, en la que todos los elementos que intervienen buscan el equilibrio y se hibridan entre sí, evitando que cualquiera de ellos esté al servicio del otro. Así, exceptuando Biografías, que da cuenta del perfil artístico-cultural de cada uno de los miembros de Oxímoron, las otras tres partes participan de esta idea común y están hilvanadas por un hilo conductor, que las unifica más allá de las características propias que las diferencia como parte.

Como anuncia el título del videolibro, Raméntol, Vendrell y Fortuny construyen una Metáfora en busca del lenguaje único, a partir de una performance, filmada en los bellos y sugerentes jardines de asilvestrada decadencia e interiores del edificio de El Konvent de Cal Rosal (Berga, Barcelona, España). Estas instalaciones de Movimentpuntzero, salpicadas de objetos artísticos y esculturas, nos sumergen en un ambiente de naturaleza y artificio. Ellos lo llenan de voz, movimiento, impacto visual y color, hasta formar un todo artístico integral, integrado y orgánico, en tanto que su concepción supera la duración limitada de su obra, sugiriéndonos la idea de arte no tanto como producción artística sino como un modo de vivir, una concepción que determina absolutamente la vida de los implicados.

El oidor-visionador del videolibro goza de la imagen de Marian Raméntol moviéndose por el bellísimo espacio del Konvent a la vez que escucha su melodiosa, reposada voz, en ningún momento sensiblera, recitando sus propios poemas, textos densos y contundentes: Soliloquio de preceptos en pentagramas de sílice, / mi vida andada cubrirá la piel / y la aprendida bañará la greda en ríos / de una sola lágrima. / Quien quiera nuevas huellas en el coraje de mi crónica / le componga un réquiem a mi biografía. (Epitafio nº 2 en Si bemol)[1]. Su léxico descarnado contrasta con la paz y la armonía que transmite el recitado y el desplazamiento reposado, que la cámara de Fortuny subraya, buscando efectos combinatorios de arte conceptual en movimiento. Voz y música, ésta de Fortuny, ejecutada por él, buscan una lograda simbiosis con la palabra a través de estridencias, crujidos, disonancias a base de instrumentos varios –armónica, mortero metálico, gong, guitarra…-, clara muestra de su gusto por la experimentación y su interés por el esoterismo y las religiones comparadas. Fortuny nos brinda también su voz recitando sus propios poemas, como los de Raméntol igualmente categóricos, que gustan del lenguaje y la imagen sexual, y de los que destacan muy especialmente los versos finales, de una impactante rotundidad: […] al caer en el útero veremos raíces y troncos, / comprenderemos el léxico de la humedad, la ortografía del musgo, / encontrando el palo cerrado en la basura y cayéndonos los ojos como al ciervo quieto. / Cuando los siquiatras pacen en los campos / y el negro semen de la codicia me emborracha como a los árboles / se alzan los muros y las cruces que conducen al olor del fuego, / de la llama ardida tantas veces. / Como un montón de tallos clausurados por el aire, / que son cobijo blasfemo, y como la madre que se peina bajo las aguas, / en la pureza de la gangrena. / No hay medicación para soportar la existencia. (El negro semen de la codicia)

El mismo concepto viene corroborado en la segunda parte, El luto de los colores, grabada en el barrio del Raval de la ciudad condal, cuyo principal protagonista es Vendrell, pintor y poeta, que, en una entrevista en movimiento, nos permite asistir al proceso pictórico del nacimiento de un cuadro de impresionante colorido y trazo, al tiempo que nos describe su modo de trabajo, su estilo de vida y su idea del arte. Vendrell entiende la pintura como una extensión de la poesía: “sacar mi poesía fuera, pero de un modo más visual”, algo que atestiguan las artísticas portadas de sus poemarios, una verdadera obra pictórica que se extiende hasta la contraportada. Al igual que Raméntol y Fortuny, busca nuevos lenguajes a través del arte, para el que le interesa especialmente el tema orgánico –su cuerpo está artísticamente tatuado- y en el que convive lo surrealista con lo figurativo.

La tercera parte, la Galería, presenta una relación de instantáneas, bellísimas fotos fijas, que reiteran la idea del lenguaje único de un interarte polifacético y orgánico en el que conviven y se relacionan naturaleza y artificio, ser vivo y objeto, para incitar nuestra imaginación y brindarnos, en este casamiento interactivo, a través de los objetos -usados como meros trampolines para la idea-, una viva muestra de arte conceptual, en el que los propios artistas devienen parte integrante de su obra de arte y de la idea.

Por otra parte, el CD, titulado Bluesía, que delata claramente la intención de hibridación artística de Oxímoron en su búsqueda de aquel lenguaje único, trabaja ahora con la palabra y la música como únicos elementos para su experimentación. El álbum no especifica la autoría de los textos recitados al son de la música de armónicas y guitarra –Cesc Fortuny-, a menudo dialogando, mientras las voces de Marian Raméntol y Jaume Vendrell recitan, alternándose. También este hecho es revelador de la voluntad del grupo de ofrecer su trabajo como un todo compacto en el que la distinción de sus componentes carece de importancia. No obstante, quien haya leído u oído anteriormente la poesía de los autores, identificará qué texto pertenece a cada cual; su sello es inconfundible, a pesar de la solidez de su denominador común, que les consolida como grupo.
A diferencia del recitado del videolibro, ahora las voces suenan majestuosas, amenazadoras a veces, con clara intención de subrayar con silencios, pausas o acentos ciertos momentos del poema, que tiende a lo escatológico, a lo descriptivo en clave surreal, a lo tremendista, casi a lo apocalíptico. Recita Raméntol invocando a la madre: […] Vendrás con tu Dios entre los dientes / para que pueda ejecutarle / con las balas marinas que me queden / […]. O bien Vendrell: […] la semilla es un nudo en la garganta, / que me ahoga y apuesta por desvelarme / en el punto álgido del sueño / sin haber hallado al hombre / que calza mis zapatos. / ¿Hacia dónde se dirige? / ¿Hay algo que responda al grito de las piedras? […]. La única similitud entre promesas y progreso / son las tres primeras letras.

Al igual que en el videolibro, la música de autoría y ejecución de Cesc Fortuny, tiene personalidad propia; no es en ningún momento un mero acompañamiento de fondo, sino que tiene el mismo protagonismo de los textos, ofrece un marco donde estos se encuadran y se desarrollan; sus sonidos sugieren a quien escucha imágenes asociativas del mismo o similar ámbito semántico que las palabras recitadas. Sintomático para la personalidad de Oxímoron es el hecho de que elijan para uno de los poemas, Promesas, la versión musical de El blues de les bestias, de la película SandWoman, de Samuel Sebastian que se resume como sigue: SandWoman es la historia sobre una mujer escritora de 35 años, cuyas peores pesadillas están repletas de fantasmas y de espíritus necrófagos que la invaden, hasta el punto de no distinguir realidad de imaginación. Su marido, de 40 años, es un asesino que explica a su mujer todos sus crímenes para que así consiga la inspiración para escribir su novela, un libro sobre la pasión y la muerte. Una tarde, la mujer comienza a ser transformada en una bestia, y poco a poco se da cuenta de que el personaje principal de su novela, la mujer muerta, la está poseyendo. El video-libro y el CD pueden adquirirse en las direcciones editoriales del encabezamiento.

                                                                                                                             Anna Rossell




ENLACES A LAS ACTIVIDADES DEL GRUPO ARTÍSTICO OXÍMORON:



[1] Las divisiones de los versos son las que la autora de esta reseña supone, a partir de las pausas que le ha sugerido la audición del recitado; los autores no adjuntan al videolibro los textos escritos.

miércoles, 19 de junio de 2013

Luis Bagué Quílez. Antología actual de poesía española I La escritura plural /9




Luis Bagué Quílez


(Para la antología La escritura plural



PERDIDOS EN TOKIO
(LA PARADOJA DEL COMEDIANTE)

For relaxing times, make it Santori time 
   Bill Murray interpretando a Bob Harris



Quizá fue divertido, pero ahora
no le encuentro la gracia. Ni siquiera
me explico cómo pudo
otra vez engañarme aquel espejo,
si todo era tan fácil:
ensayar las preguntas y pactar
los gestos aprendidos frente a frente.
Ya sabes que no soy
un actor de carácter,
que nunca te diré ser o no ser,
y que gano sin duda en las distancias
de los largometrajes,
atrapado en el tiempo de tres actos
—más la publicidad—
que exige el desenlace de la trama,
el fin de la comedia.
No voy a rebelarme: es mi papel.

Mientras, estoy mirando —Tokio
por la ventana— la ciudad
desierta a medianoche,
y las calles bañadas por la luz
lenta y artificial de las farolas.
He pedido la última
botella de Santori, he aborrecido el sushi
y lloro si en la radio
escucho More than this.
A mi edad es frecuente
sufrir de hiperestesia.
Creo que algunos lo llaman 
síndrome de Stendhal.

                                       (de Día del espectador, Logroño, Ediciones del 4 de Agosto, 2009)




LA VIDA TE HARÁ TRIZAS

When routine bites hard
And ambitions are low 
Joy Division

La vida te hará trizas,
pasará sobre ti como un tornado,
te marcará la frente con la espuela
de plata de los años,
y con la soga al cuello
acabarás bailando,
ante cualquier espejo,
la danza ritual de los ahorcados,
porque el futuro suele
tener cambiado
                       el paso.

Hazme caso, resuelve tus asuntos.
Hazme caso, muchacho.
La vida te hará trizas,
como lo hizo con tantos.
Y a los viejos errores
acabarás llamándolos
                                pasado.

                                                    (de Página en construcción, Madrid, Visor, 2011)




EL SÍNDROME DE CASANDRA



Puedes llamarme
La Hechicera, Casandra, Zona 0.
Elijo los presagios.
                              Tacho
la opción menos propicia.
El hilo de la historia
o el tapiz de la fábula. Espejo
o espejismo. Memoria o argumento.

Me devano los versos, el destino,
velo para que todo
lo que tiene comienzo tenga fin,
una finalidad o un desenlace,
punto y aparte, puntos                                                                                                                        suspensivos…
Pero no hay nada nuevo bajo el cielo.
No existe la visión.
Existe lo que ves, lo que contemplo.

Sé quién soy
porque nunca
regresaré al hogar de las ficciones.
No cabe duda: corren
malos tiempos para la épica.

                                                                                (de Página en construcción, Madrid, Visor, 2011)




YOSEMITE VALLEY
[fragmento]


Mp3.
Sonajero de ramas la secuoya.
El ruido del arroyo, nieve sucia.

No sé con qué compás medir el viento.
                                                                              
                                                                                                  (Inédito, 2012)





Luis Bagué Quílez (Palafrugell, Girona, 1978) es doctor en Filología Hispánica. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas Telón de sombras (2002), Un jardín olvidado (2007) y Página en construcción (2011), por los que ha obtenido el Premio “Ojo Crítico” de Radio Nacional de España, el Premio “Antonio Carvajal”, el Premio “Hiperión” y el Premio “Fundación Unicaja”.

En colaboración con Joaquín Juan Penalva, ha escrito el libro de poemas cinéfilos Babilonia, mon amour (2005, accésit del Premio “Dionisia García”) y el cuaderno Día del espectador (2009). También es autor de los ensayos La poesía de Víctor Botas (2004) y Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio (2006, Premio Internacional de Investigación Literaria “Gerardo Diego”). Ha preparado ediciones de la obra de Ricardo E. Molinari (2003), Julio Herrera y Reissig (2005), Humberto Díaz-Casanueva (2006) y Ramón López Velarde (2010), las dos últimas en colaboración con Joaquín Juan Penalva. Ha editado antologías de la obra poética de Víctor Botas (Historias con historia, 2009) y de la obra crítica de Carlos Marzal (Los otros de uno mismo, 2009), así como la poesía completa de José Antonio Gabriel y Galán (Último naipe, 2010). Ha coordinado la antología Quien lo probó lo sabe. 36 poetas para el tercer milenio (2012) y el volumen Un espejo en el camino. Formas discursivas y representaciones estéticas para el siglo XXI (2012). Codirige la revista de poesía Ex Libris y colabora en el suplemento “Babelia” del diario El País.


Bibliografía

1. Obra poética

Telón de sombras (Madrid, Hiperión, 2002). Premio “Antonio Carvajal” y Premio “Ojo Crítico” de Radio Nacional de España.

Babilonia, mon amour (Murcia, Universidad de Murcia, 2005). En colaboración con Joaquín Juan Penalva. Accésit del Premio “Dionisia García”.

El rencor de la luz (Talavera de la Reina, col. “Melibea”, 2006). Premio “Joaquín Benito de Lucas”.

Un jardín olvidado (Madrid, Hiperión, 2007). Premio “Hiperión”.

Día del espectador (Logroño, Ediciones del 4 de Agosto, 2009). En colaboración con Joaquín Juan Penalva.

Página en construcción (Madrid, Visor, 2011). Premio “Fundación Unicaja”.


2. Obra ensayística
La poesía de Víctor Botas. Una relectura de los clásicos grecolatinos (Gijón, Llibros del Pexe, 2004).

Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio (Valencia, Pre-Textos, 2006). Premio de Investigación Literaria “Gerardo Diego”.


3. Ediciones
Ricardo E. Molinari, Mundos de la madrugada [1927-1991]. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2003).

Julio Herrera y Reissig, Los éxtasis de la montaña. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2005).

Humberto Díaz-Casanueva, El blasfemo coronado [1926-1991]. Antología poética (Madrid, Huerga y Fierro, 2006). En colaboración con Joaquín Juan Penalva.

Víctor Botas, Historias con Historia. Antología poética [1979-1994] (Oviedo, Trabe, 2009).

Carlos Marzal, Los otros de uno mismo (Valladolid, Universidad de Valladolid, 2009).

Ramón López Velarde, El minutero y otras crónicas (Madrid, Huerga y Fierro, 2011). En colaboración con Joaquín Juan Penalva.

José Antonio Gabriel y Galán, Último naipe (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2011).

Quien lo probó lo sabe: 36 poetas para el tercer milenio (Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2012).

Un espejo en el camino: formas discursivas y representaciones estéticas para el siglo XXI (Madrid, Verbum, 2012).

Claudio Rodríguez, Antología poética (Madrid, Rialp, 2013). En colaboración con Ángel L. Prieto de Paula.


ANTOLOGÍA ACTUAL DE POESÍA ESPAÑOLA. REVISTA ÁGORA DIGITAL JUNIO 2013

martes, 18 de junio de 2013

La alta velocidad no llega a Murcia. Diario político y literario..../49


Fuente gráfica: Informaciones de Alicante













                     

LA ALTA VELOCIDAD NO LLEGA A MURCIA



Fernando Pessoa, el poeta de Lisboa, no solo se servía para escribir de sus "heterónimos" (especie de "alter ego" que como las caras de un diamante brillan diferentes exhibiendo una misma luz), sino que también los usaba en la vida "real". Así, en uno de sus poemas anota un viaje que ha realizado a Sintra en persona de otro. Como en un apunte de diario, cuenta el poeta el recorrido que hizo en coche hasta Sintra "en pessoa de outro" (su mismo nombre le permite ese juego lingüístico en portugués). Incluso, en el mismo relato de esa excursión a Sintra, Pessoa insinúa a sus lectores que pudo haber bajado, siempre en persona de otro, a las playas de Estoril para darse un baño en el mar (en el mítico Océano de Camoens), como cualquiera hubiera hecho en un caluroso día de verano.

Modestamente aprendí en Pessoa semejante recurso, que empleo a menudo aunque casi siempre para cosas que me son desagradables o molestas: las hago en persona de otro o mando a alguno de mis heterónimos a realizarla. Menos frecuente pero también efectivo es usar dicho desdoblamiento de manera contrafactual, es decir, con deseos imposibles, casi siempre por falta real de ganas o ausencia de motivo. Si yo tuviera realmente ganas de -por ejemplo- hacer footing por las tardes para perder peso; si tuviera una motivación efectiva, lo haría, créanme. El caso es que no es así. Pero, como me queda una espinita por no hacerlo, ahí entra lo de acudir al heterónimo. Ayer tarde, sin ir más lejos, recorrí tres calles corriendo en persona de otro. Y el día de antes, lunes, me fui de excusión a Alicante para presenciar la llegada del AVE.

Claro que algunos testigos podrán certificar que estuve toda la mañana en mi trabajo en Murcia, repasando el modus ponens con mis alumnos para los exámenes finales de filosofía.

Pero no es menos cierto que estaba en Alicante, y que vi al Príncipe Felipe, junto a la alcaldesa de la ciudad, presunta corrupta en el caso Brugal, otro caso de soborno y cobro de vampiros de la cosa pública. Además, estuvo Rajoy, con cara de ídem, o sea, de Rajoy; y el president valenciano, y aun la De Cospedal, grandes figurantes.

Yo me sentía más próximo a los jóvenes y maduros que protestaban en la calle, frente a la estación de Renfe alicantina. Sus gritos de protesta contra la corrupción, contra la Monarquía, contra estos gestores políticos, contra los abusivos contratos de las preferentes, contra los desahucios, contra esto y aquello, sus gritos en fin eran los míos. Pité con ellos al Rey -usted perdone, señor monárquico-, a la Cospe, a Rajoy y a su luz al final del túnel -otra metáfora como la de los brotes verdes; qué listos son-. Di un viva a la República, a la democracia y a la justicia igual para todos; apoyé que no haya paro ni privilegios, ni para la Iglesia católica ni para la Banca; que se vayan a la cárcel los responsables de este desmán... Pero, estando en medio de ese mar de protestas y reivindicaciones, me acordé del asunto del día: la llegada del tren de alta velocidad a Alicante, a esa ciudad levantina como Murcia; y, ciertamente en persona de otro, grité con toda mi gana: ¡abajo Valcárcel, abajo la Asamblea Regional de Murcia! ¡Vayánse todos al carajo, por vagos y lentos en su actuación política! ¡Nos gana Alicante por 7 a 0!


Artículo publicado en La Opinión 20 de junio 2013
con el título "Yo estuve en la estación de Alicante! 

Fulgencio Martínez

Profesor de Filosofía y escritor

lunes, 17 de junio de 2013

El profesor Francisco Javier Díez de Revenga comenta El año de la lentitud. Artículo publicado en La Opinión





El año de la lentitud


Por FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA



Fulgencio Martínez (Murcia, 1960) acaba de publicar en Huerga y Fierro, en Madrid, su décimo libro de poesía titulado El año de la lentitud. Se trata desde luego de un nuevo encuentro con el poeta ingenioso y fértil pensador capaz de conjuntar los más enraizados sentimientos éticos y sociales con la reflexión de la mejor literatura que ha legado la historia y cuyas palabras asume como pilares de su pensamiento poético y estético: desde Fernando Pessoa a César Vallejo, desde Antonio Machado a Jules Laforgue, André Gide o al mismísimo Arthur Schopenhauer.
En la línea de su poesía anterior, con la que este libro está íntimamente cohesionado, Fulgencio reflexiona sobre el mundo y sobre la vida desde la atalaya de una madurez comprometida con los demás y consigo mismo: “La vida es una continua prueba de sabor. Tal vez llegues, un día, a saber a ti mismo”, se dice en un prefacio que ilumina el libro y lo sitúa en ese espacio del pensamiento que caracteriza la literatura de Fulgencio Martínez, entre la rebeldía y la sátira, entre la ironía y la compasión, hasta llegar a darse con su poemas contra la realidad, porque su palabra poética nunca despega de la realidad que la justifica y la confirma como una palabra destinada a descubrir un mundo ajeno y propio.

Poseen estos poemas de Fulgencio Martínez la tensión del tiempo, distendida a lo largo de ese año de la lentitud, con su invierno, con su otoño y con su verano, entre fiestas de pueblo y ritmos de lírica de tipo tradicional, desde esa primavera de muerte hasta la reflexión sobre la propia palabra, sobre la poesía como oficio peligroso, pero oficio en fin para hacer amigos. Son numerosos los poemas de este libro que manifiestan sin recato esa pasión del tiempo, que bien está expresada en la memoria de otros días y otros espacios (la obertura lisboeta del libro es espacio de recreo emotivo y entrañable) bien en el refugio constante en la lectura de los imborrables, de los de siempre: el buen Miguel de Cervantes enfrentado al poder económico, el inolvidable Francisco de Aldana (“aquel vivo morir tan claro y cierto”) y las presentes sucesiones de difunto del maestro Quevedo, que encabezan la reflexión más honda de todo el libro, porque es la reflexión del tiempo y de la muerte.

Y así, junto a la meditación del padre invierno compartirán palabra poética en este libro la misteriosa magia de una noche de San Juan con la larga sombra de un miércoles de ceniza, en la que por primera vez el poeta se siente vivo. Una frase de André Gide, recogida por el poeta al frente de una de las composiciones del libro, definirá bien al autor de El año de la lentitud y acaso revelará también el sentido de este libro: “quien se siente observado, se observa”.
Y es muy cierto que, en consonancia con otras entregas poéticas de Fulgencio Martínez, nuestro autor observa el mundo y se observa a sí mismo, porque sigue en él vigente el principio del filósofo clásico, “nosce te ipsum”, conócete a ti mismo para conocer a los demás. Porque esta poesía es, además de ironía y sátira, indagación del mundo y plasmación de su múltiple y poliédrica realidad en una palabra poética que quiere ser testimonio de un tiempo y de una verdad. Por eso no es extraño que el libro contenga un dilatado espacio metapoético, en el que el autor investiga nada menos que para qué se escribe, o, dicho de otro modo, para qué sirve la poesía o qué es la poesía. Pero no es cuestión simplemente de teorizar por el gusto de establecer una definición: es la necesidad de otorgar a la palabra poética la categoría de llegar a ser testigo de esa verdad a que antes nos referíamos. Un poema, en el que el recuerdo de Miguel Hernández, y las menciones realistas de su Viento del pueblo nos devuelven a un tiempo determinado de España, podría ser ejemplo de este nuevo sentido de la poesía que Fulgencio desarrolla entre la sátira y la ironía, como señalábamos al principio.

No hay duda de que la poesía de Fulgencio, en cada nueva entrega, aguarda sorpresas y procesos de innovación, que, sin embargo, están confirmando la fortaleza de un mundo poético firme y cohesionado en una dilatada trayectoria de poeta militante, de obrero de la palabra, que lucha porque la suya, su palabra poética, sea cada día tan innovadora como comprometida con su análisis singular del mundo y de la vida.


Artículo cedido por F. J. Díez de Revenga, publicado en el diario
La Opinión de Murcia, suplemento SINFÍN, el viernes 14 de junio
de 2013.

                              ÁGORA DIGITAL JUNIO 2013