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viernes, 22 de febrero de 2013

¿Cuál es el momento actual de la poesía en España?

 Atravesamos un momento masivo del "tiro al plato" sin precisar ninguna puntería, como por aburrimiento y petulancia narcisística. Es decir, que todo hijo de vecino "publica" en internet. Un momento que tiene una explicación, quizá psicológica, en la ausencia de perspectivas que ha traído la "crisis" -cuando hablamos de perspectivas, nos referimos también a criterios de calidad. Este momento estuvo, sin embargo, inmediatamente precedido por otro aún peor: la proliferación hasta la náusea de subvenciones a editoriales para que publicaran obras presentadas a premios literarios afines; de modo que las editoriales tuvieron ahí su modus vivendi, lo que les permitió, por otra parte, seguir insistiendo en los mismos autores consagrados que copaban todas las rutas literarias. Indirectamente, se produjo un efecto doblemente nocivo, tanto para las mismas editoriales, que perdieron su "caché", antes basado en un criterio selectivo; como para los mismos autores, los noveles beneficiados por premios afines, y los consagrados, cuyo prestigio se diluyó, al ser finalmente denunciados como los vampiros que se nutrían en ese fondo. La consecuencia de aquellas maniobras de mafia entre editoriales y concejalías de cultura, la falta de un criterio tanto para reconocer lo valioso en lo consagrado como en lo nuevo, hizo automáticamente efectiva la oportunidad del maremágnum virtual en que se diluye al extremo la cultura.

    Sin embargo, pensamos que únicamente cabe esperar de la poesía un foco de resistencia interior, y una señal de que en tiempos de miseria es posible aún la palabra no domesticada. "Ante las mismas puertas del Orco canté a la alegría/ y a las Sombras enseñé la embriaguez", dijo el poeta alemán Hölderlin.


    La poesía tiene hoy una ventaja: no está en el mercado. Por tanto, cualquiera que escriba un verso de verdad está, por ello mismo, cuestionando el sistema. La poesía hoy no es, afortunadamente, ni siquiera "cultura". No le afecta, por ejemplo, lo de la subida del IVA de la "cultura", ni ninguna de esas cantinelas, porque no se vende... Quiere esto decir que la poesía transgrede cualquier ámbito, y más aún: la separación de ámbitos -estético, político, ético, etc- que no se sabe ya en nombre de qué cultura se establecen. Incómoda a cualquier pro-grama, la poesía es la libertad de la escritura, y lo que, por definición, disuelve cualquier trazo, gramma, prefabricado. Nunca podría encontrarse en un best-seller, por ejemplo. Hoy no tiene ninguna "función" en la "cultura" que se dice en crisis, pero que sigue, con su "crisis", más egocéntrica e intolerante que nunca.
 
                                                                                           Fulgencio Martínez


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